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No Time to Die: el regreso del inalcanzable James Bond

@Popcorn506 para El Observador El espía más famoso de todos los tiempos, el inalcanzable James Bond, ha vuelto a la…

Por Blog

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No Time to Die: el regreso del inalcanzable James Bond
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@Popcorn506 para El Observador

El espía más famoso de todos los tiempos, el inalcanzable James Bond, ha vuelto a la gran pantalla, hace una semana.

Es algo que muchos llevábamos esperando desde meses atrás, ya que hacía más de seis años que no veíamos al agente 007 en acción y la pandemia había retrasado los planes de estreno de esta última entrega.

No Time to Die es el título que nos atrae en esta ocasión, con tanta fuerza y magnetismo como suelen llevar las películas de Bond, para mostrarnos el retorno del agente al trabajo, tras su retirada.

Dejar atrás su plácida vida

En esta ocasión, Bond tiene que abandonar su vida plácida en Jamaica para atender la llamada de socorro de un colega suyo de la CIA.

Esto para enfrascarse en una misión de rescate de un científico que, inesperadamente, abrirá las puertas a muchos más peligros de los que el agente esperaba.

Dirigida por Cary Joji Fukunaga, esta entrega de Bond va a suponer muchas cosas en muchos sentidos para toda la saga, incluso en términos históricos.

Para empezar, es la última película en la que James Bond va a ser encarnado por Daniel Craig.

El actor británico, que tantas alegrías nos ha dado, se despide del personaje que le dio la fama hace ya más de 15 años. Y al que ha sabido hacer honor, a pesar de que muchos dudaban de sus capacidades al principio.

Hablando de la etapa de Craig, se puede decir que ha sido muy irregular en términos de calidad. A su haber se concentran títulos muy defendibles como Casino Royale y Skyfall, y otros bastante prescindibles como Spectre y, sobre todo, Quantum of Solace.

Aquí, y no por el hype del reciente estreno, podemos decir que estamos ante la más conseguida de todo este ciclo.

Porque No Time to Die sabe aunar el ritmo trepidante y las escenas de acción con la dosis suficiente para que el metraje, superior a las dos horas, no se haga excesivo, y, sobre todo, que la visión en pantalla grande resulte merecedora.

Banda sonora brutal

Sobre todo, queremos y debemos destacar el inicio del filme, uno de los más brillantes de los últimos años y que va acompañado de una banda sonora brutal de Hans Zimmer.

Es cierto que esta maravillosa secuencia inicial, incluso el primer acto completo, no se consiguen mantener durante el resto del film, sobre todo la segunda parte, pero esto no nos aleja de un gran espectáculo visual y de entretenimiento.

Lo que sí es cierto es que, y aquí es donde han llegado muchas de las críticas más ácidas hacia la película y hacia el tratamiento del personaje, hay muchos aspectos del Bond más clásico que aquí se ven alterados.

Y que, para parte del público, traicionan la esencia más pura de la creación de Fleming, como epítome de la masculinidad, sobre todo.

Estamos en otros tiempos, hay otras corrientes, otras modas y, como suele suceder con muchas de estas obras tan masivas, al final se tiende a adaptarse a la actualidad.

No vamos a criticar aquí este sentido, sino más bien avisar de que se percibe de un modo evidente, para evitar disgustos a los fans más puristas del agente inglés.

Y, como decíamos, el cierre de la película es espectacular, glorioso, digno del mejor cine de acción de Hollywood.

Está bien, esto es cine inglés, pero da igual. Ahora, solo nos queda esperar a ver cómo se desarrolla lo que venga de la saga, porque sí que habrá cambios.

Tendremos que ver si la visión que Fukunaga tiene de Bond es la que impera a partir de ahora o, incluso, cuáles van a ser los otros cambios que pudiera traer un Bond interpretado por actores o actrices de perfiles tan distintos a los vistos hasta ahora.

Se admiten apuestas, porque el debate puede ser de los más interesantes sobre el cine contemporáneo y comercial.