Paulo Villalobos
Cuatro de cada 10 colones de la partida de remuneraciones pagadas en el sector público para el primer semestre del 2019, estuvo dirigido al pago de un incentivo salarial.
El dato se desprende del informe de Evolución presupuestaria del sector público al primer semestre del 2019, publicado la semana pasada por la Contraloría General de la República (CGR).
De acuerdo con el documento, al 30 de junio pasado, el gasto público en remuneraciones en las instituciones públicas llegó a ¢2,90 billones.
Esto significa que hasta esta parte del año, se ha dado una ejecución del 45,9%, que a su vez es 2,5% mayor respecto al mismo periodo del año previo. El incremento es normal, considerando la inflación.
La partida en cuestión representa un 23,3% del Presupuesto Nacional de 2019 y un 8,0% del producto interno bruto (PIB).
Composición
Los rubros más significativos de la partida son los incentivos salariales (¢1,15 billones, 45,0% de ejecución) y las remuneraciones básicas (¢1,08 billones, 45,9% de ejecución).
Así las cosas, el Estado pagó más en pluses (39%) que en salarios base (37%).
En el periodo de estudio, los pluses en comparación con las remuneraciones presentaron un mayor dinamismo (2,4% de crecimiento versus 2,1%).
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Además, los incentivos representan un mayor peso con respecto al gasto total de la partida (39,6% versus 37,1%).
El 66,7% del gasto en remuneraciones lo concentran seis instituciones públicas. Se trata de:
- Ministerio de Educación Pública (¢720.054 millones, 24,8%)
- Caja Costarricense de Seguro Social (¢660.736 millones, 22,8%)
- Poder Judicial (¢184.588 millones, 6,4%)
- Instituto Costarricense de Electricidad (¢167.993 millones, 5,8%)
- Universidad de Costa Rica (¢112.819 millones, 3,9%)
- Ministerio de Seguridad Pública (¢90.783 millones, 3,1%)
Incentivos
Por otra parte, los incentivos salariales que crecieron más al primer semestre –en términos porcentuales- son:
- Salario escolar (5,5%)
- Aguinaldo (3,1%)
- Otros incentivos salariales (3,1%)
En esta última subpartida se incorporan una serie de retribuciones adicionales al salario tales como el zonaje, la peligrosidad, confidencialidad, discrecionalidad, incentivos gerenciales, entre otros.
La forma de cálculo de muchos incentivos salariales -vinculados al salario base- hace que estos aumenten a tasas más altas que el propio salario base. Ello redunda en una desnaturalización del incentivo, pues pasa de ser una retribución adicional, a representar un porción importante del salario.
Por lo anterior es que el título de remuneraciones de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas añadió una reforma que busca poner freno al crecimiento de gasto en pluses.
Esto, por ejemplo, al bajar los porcentajes de reconocimiento de la dedicación exclusiva y la prohibición para empleados de nuevo ingreso y ajustar el reconocimiento de la anualidad futura a un monto nominal fijo.
Paulo Villalobos
