Juan Pablo Arias
Tener varios años de desempeñar una función o contar con competencias demostradas en el puesto de trabajo no fueron motivos suficientes para que 49.833 personas conservaran su empleo durante el 2018.
Este grupo lo conforman por todos aquellos trabajadores que quedaron desempleados por el cierre, la quiebra o el traslado de la empresa; así como quienes pasaron por un proceso de restructuración o recorte de personal, el final de algún trabajo ocasional o estacional, la renuncia obligada o pactada, el fin de un contrato, la falta de clientes o la falta de capital para sostener un negocio.
En total, se trató de 28.108 hombres y 21.175 mujeres, todos “con experiencia”, según datos de la última Encuesta Continua de Empleo, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, con base en 9.500 entrevistas a personas mayores de 15 años de todo el país, a lo largo del cuarto trimestre.
“Este resultado responde a la situación económica. Es claro que el año pasado fue de constante desaceleración de la actividad económica. Inclusive este año arrancó con una actividad económica creciendo a muy poco ritmo”, explicó Fernando Rodríguez, investigador del Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional, quien analizó los resultados de la encuesta.
Para el economista, la principal caída del empleo se dio en el sector comercial, que es intensiva en el trabajo y uno de los principales empleadores del país.
“Definitivamente tiene que haber una vinculación directa entre el incremento en los desempleados y una caída de la actividad de la economía”, agregó Rodríguez.
Precisamente, el Índice Mensual de Actividad Económica, calculado por el Banco Central, mantuvo a diciembre pasado el comportamiento desacelerado de los meses previos.
El grupo de desempleados con experiencia, a su vez, representó el 56% de todas personas que se sumaron a los nuevos desempleados del año pasado, que para el cierre del 2018 sobrepasaron los 89.000.
El resto se trató de personas sin experiencia laboral (que buscaron trabajo por primera vez) o quienes dejaron su trabajo por razones personales, como una renuncia por decisión propia o la extensión de una incapacidad.
Se considera desempleadas a las personas que estaban sin empleo en la semana en que fueron entrevistadas por el INEC, disponibles para participar de la producción de bienes y servicios, y buscaron trabajo pero no lo encontraron, durante las últimas cuatro semanas anteriores a la consulta.
Meses de angustia
La falta de empleo puede extenderse por varios meses… y hasta años. Según el análisis del Observatorio Económico y Social de la Encuesta Continua de Empleo, al cierre del 2018 más de 70 mil personas tenían más de 6 meses de desempleo:
- 84.751 personas llevaban menos de 1 mes
- 90.195 personas llevaban de 1 a 3 meses
- 44.086 personas llevaban de 3 a 6 meses
- 36.459 personas llevaban de 6 meses a 1 año
- 20.217 personas llevaban de 1 año a 3 años
- 14.634 personas llevaban más de 3 años
En opinión de los investigadores de la UNA, muchos profesionales podrían alargar su periodo de desempleo porque están apostando a encontrar un trabajo que cumpla con sus expectativas.
“Hay empresas que buscan personas preparados, pero con características de poca preparación. Una remuneración menor a la que está esperando, por eso las personas desempleadas prefieren esperar”, comentó.
En sectores menos calificados hay muchas personas esperando que se reactive la actividad. Tal es el caso del sector Construcción, donde pueden pasar varios meses sin arrancar obras.
Desempleo históricamente alto
El desempleo total del país subió hasta el 12%, la cifra más alta desde que se realiza la Encuesta Continua de Empleo (2010). También la mayor desde 1980, cuando se utilizaba otro mecanismo para medir el indicador.
“No recuerdo un nivel de desempleo tan alto. El nivel de desempleo creció muchísimo a raíz de la crisis del 2008 y desde entonces no se reduce”, agregó Rodríguez, de la UNA.
En su opinión, la cifra de desempleo ha estado en aumento porque hay gente que no estaba buscando trabajando, que se está viendo en la obligación de buscarlo.
“La mayoría son mujeres y gente joven. Son personas que tienen que solventar necesidades económicas y no lo encuentran. Quienes lo encuentran, lo hayan en actividades en informales o con jornadas parciales”, comentó.
Otro de los factores determinantes que caracterizan el desempleo es que 64,2% de las personas que no lo encuentran tienen secundaria incompleta o un grado inferior.
Para el economista Daniel Sucar, existe otro factor que está aportando al desempleo: el de las personas con estudios superiores o técnicos, pero en profesiones u oficios que no están siendo demandados por las empresas.
Informalidad, la salvación de los mayores
Pese al crecimiento del desempleo, la cantidad de personas ocupadas en el último año aumentó en 169.683; pero de esta cifra 152.165 son informales (el 90%).
En el último año la informalidad entre las mujeres aumentó de manera importante (6,6 puntos porcentuales más, pasó de 42,5% a 49,1%).
Entre los hombres la informalidad solo aumentó en 1,9 puntos porcentuales (pasó de 40,3% a 42,2%)
Entre los ocupados de 60 años y más, el 72,9% labora en el sector informal.
La informalidad afecta seriamente a la población mayor de 45 años. El grupo de edad de 45 a 59 años es el que concentra la mayor cantidad de ocupados informales en el país, un tercio del total.
Un 69,2% de las personas ocupadas que tienen primaria incompleta o menos, posee un empleo informal.
