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Alajuela respira el coronavirus con tertulias en el parque y afectación a comerciantes

El primer caso positivo de coronavirus en Costa Rica se confirmó el 6 de marzo. Desde entonces las dinámicas sociales…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 6 minutos
Alajuela respira el coronavirus con tertulias en el parque y afectación a comerciantes
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El primer caso positivo de coronavirus en Costa Rica se confirmó el 6 de marzo. Desde entonces las dinámicas sociales y laborales han tenido que cambiar. Frente a la transformación – que ya se visualiza en carreteras – el cantón central de Alajuela ralentizó su movimiento.

Sin embargo aún se ven parques y supermercados con muchas personas. Hasta este martes, Alajuela es el cantón con más personas contagiadas de COVID-19, con 13 positivos.

En un recorrido por los principales puntos del cantón, El Observador constató dos elementos: la economía de los pequeños comerciantes, como los vendedores ambulantes, ya se ve golpeada; y las recomendaciones sanitarias y de “encierro” no han llegado a todo el mundo.

Quienes más se observaron en las calles fueron adultos mayores, quienes no suspenden las charlas en el Parque Central o las compras en el mercado. Otros esperaron en las afueras de los bancos o buscaron parqueo en grandes comercios como PriceSmart.

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No quieren quedarse en casa

A pocos minutos de abierto, Pricesmart en Alajuela ya contaba con gran parte de su parqueo ocupado. (Paula Umaña/El Observador)

Eran las 11:00 a.m. y los poyos del Parque Central de Alajuela estaban en su mayoría ocupados. En un conteo rápido, junto a los grandes árboles de mango y la Iglesia Catedral, al menos unos 60 adultos mayores charlaban bajo la sombra o esperaban turno para lustrar sus zapatos.

Fue el caso de Juan de Dios Chaves y Alberto Cortés, quienes acudieron a la cita junto a otros cuatro ancianos. Ninguno quiere quedarse en casa. El coronovirus aún les afecta muy de lejos.

Cortés, de 77 años, lo dejó muy claro: acostumbra a ir al Parque en las mañanas y se aburre en casa. Chaves continúa trabajando en comercio y a la hora del almuerzo se acerca al punto de encuentro, donde ya es un viejo conocido.

“¿Qué hago con la cuarentena en la casa? ¿Quién me va ayudar a mí con el dinero? Me muero de hambre. Hay que salir a pulsearla”, reprochó Chaves.

En la media luna, María Moya y David Molina se saludaron con el pie y entre risas se sentaron a un metro y poco más de distancia, pese a que son vecinos. Ella esperaba a su hermana que se encontraba en el Banco Nacional; y él descansaba en su hora de almuerzo, para continuar atendiendo en su taller de madera.

Ambos aseguraron que entre semana el Parque Central acostumbra estar, al menos, con el doble de la visitación de este martes. No obstante, aún hay quienes acuden, pese a las recomendaciones del Ministerio de Salud de mantenerse en casa.

La dinámica entre los árboles cambió en los últimos días, incluyendo la suspensión del ya conocido bailongo de los domingos, en el que participan decenas de personas cada semana y que la policía intervino hace dos días.

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Golpe económico

Moya cargaba en su bolso alcohol en gel así como guantes para evitar superficies contaminadas (Paula Umaña/El Observador)

La pandemia mundial impacta a pequeños empresarios y vendedores ambulantes que comercializan golosinas o granizados. Desde hace seis años, Róger Porras estaciona su carrito con frituras y agua de pipa en las afueras del Hospital San Rafael de Alajuela.

Desde hace dos semanas, sus ventas bajaron muchísimo. Menos gente acude al centro médico, luego de las medidas sanitarias. Y Porras resaltó que pacientes y visitantes toman precauciones como el uso de guantes y mascarillas desechables.

Las ventas ambulantes en Alajuela es una de las formas de comercio que más se han visto afectadas. (Paula Umaña/El Observador)

A pocos metros de Porras, Mínor Castro, esperaba en su taxi a algún potencial pasajero. El transportista ahora viaja con mascarilla. En su carro lleva alcohol en gel, para seguir las recomendaciones de las autoridades de Salud.

Pero las ganancias cayeron desde la llegada del coronovirus al país. “Han bajado cualquier cantidad, en el suelo prácticamente. La situación está fatal”, dijo.

Minutos después de las 10:00 a.m., el taxista Víctor Manuel Alvarado esperó, pacientemente, dentro de la fila de transportistas frente a la Clínica Marcial Rodríguez, en la comunidad de Brasil.

Aunque la preocupación por la contagiosa enfermedad no le ronda demasiado, sí hay angustia por las pocas ganancias de estos días.

“Empecé a las 7:00 a.m. y lo que he hecho son dos viajes. Esto está por el suelo. Este bajonazo, comenzando con el Uber, con esta enfermedad peor todavía. Lo que haga de ahí tengo que sacar el sueldo, que es nada”, lamentó Alvarado, con 30 años en la actividad.

Como cada día, María Fernanda Jiménez atendió la pulpería, que abastece de bebidas y alimentos a visitantes de la Marcial Rodríguez. Describió que la asistencia al centro médico se disparó luego de la confirmación del primer caso de COVID-19.

Con el pasar de los días la afluencia disminuyó. Por el momento, Jiménez no siente sus ventas gravemente afectadas.

En el Parque Central, diagonal a la heladería POPS, José Agustín Miranda esperó a sus clientes con su carrito copero, con la fe puesta en que la emergencia pase pronto.

Miranda tiene cuatro décadas de vender granizados en la misma esquina y aseguró que en las últimas dos semanas ha experimentado una disminución considerable en las ventas. Pese a la situación, sabe que la mejor vacuna contra el coronavirus es la higiene, por lo que puso a disposición de sus clientes alcohol, toallas húmedas, servilletas, jabón y agua.

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Medidas contra el coronavirus

José Manuel Miranda puso a disposición de su clientela recursos para la higiene personal. (Paula Umaña/El Observador)

Las medidas en el cantón central alajuelense ya se visualizan. La cantidad de carros en las calles es menor; los bancos cambiaron el ritmo de ingresos; y los centros médicos cambiaron sus dinámicas.

Desde el 8 de marzo se suspendió la consulta externa en el Hospital, y se reajustaron los servicios en Ginecología, Obstetricia, Medicina Interna y Emergencias. Además aplicó la ocupación mínima hospitalaria, luego de que 14 empleados del centro médico fueran detectados con coronavirus y se tuvieran que aislar a más de 150 personeros de salud.

El movimiento en el Hospital San Rafael de Alajuela es el mínimo, luego de que se suspendiera el servicio de consulta externa. (Paula Umaña/El Observador)

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La Clínica Marcial Fallas instaló toldos para atender pacientes. Allí también esperan por los medicamentos requeridos, con tal de evitar que entren a las instalaciones y a espacios más cerrados.

La Clínica Marcial Fallas en Alajuela condicionó un espacio para personas con afectaciones respiratorias (foto: Paula Umaña).

Las medidas en el Hogar de Ancianos Santiago Crespo son extremas, con tal de proteger a los mas de 200 adultos mayores que viven en el recinto.

Según explicó el administrador del lugar, Francisco Hidalgo, se tomó la decisión de suspender hasta nuevo aviso las visitas. También se suspendieron las actividades en el salón, las misas y los programas de voluntariado universitario.

“Ni la junta directiva está ingresando, ellos se reúnen vía telefónica. Tratamos de hacer lo mejor posible para evitar el contagio. Ahorita no tenemos a nadie ni siquiera con gripe”, destacó Hidalgo.

El domingo, la Municipalidad de Alajuela y la Fuerza Pública emprendieron operativos para garantizar que los restaurantes y bares del cantón cumplan con las directrices. La alcaldesa Laura Chaves mencionó que el equipo de inspección será fortalecido.

La economía alajuelense – y de todo el país – esperan que la situación mejore de cara a las próximas dos semanas de encierro.

La enfermedad COVID-19 es un padecimiento de alto contagio. Evite multitudes, procure el aislamiento social y si sospecha de síntomas o tiene dudas comuníquese al 1322.