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Altos costos dificultan investigación de felinos silvestres en Costa Rica

Estudiar las poblaciones de jaguar o pumas en Costa Rica es aún más difícil que ver uno de esos animales…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Altos costos dificultan investigación de felinos silvestres en Costa Rica
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Estudiar las poblaciones de jaguar o pumas en Costa Rica es aún más difícil que ver uno de esos animales caminando por Tibás (como sucedió este año). Los altos costos y los pocos recursos complican la investigación de los felinos silvestres que habitan nuestro país y que incluso se han visto en zonas urbanas.

Decir a ciencia cierta cuántos jaguares o cuántos pumas se mueven por el territorio nacional sería aventurar una imprecisión. El vacío se repite – aún más acentuado – en los felinos de menor tamaño como el yaguarundí, el tigrillo, el margay y el manigordo, que no han sido ampliamente estudiados.

Estos tres últimos se asemejan más a un gato casero por su tamaño y prefieren moverse por las ramas de los árboles para protegerse de otros animales.

“Se conoce relativamente bien en qué lugares del país aún es posible encontrar jaguares. Pero no se conoce cuántos individuos hay con exactitud, debido a lo difícil que es determinar este tipo de datos”, explicó el investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), Melvin Cartín.

Las investigaciones más conservadoras estiman que el país alberga unos 200 jaguares. Algunos investigadores más entusiastas dicen que sobrepasa ese número, pero no llegan a los 500.

Una investigación de organizaciones privadas y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) reportó un total de 636 registros de jaguar entre el 2012 y el 2017.

Los datos provienen tanto de estudios con protocolos específicos de muestreo como fototrampas y radiocollar, así como de estudios sobre un comportamiento en particular como ataques al ganado y depredación de tortugas marinas, huellas o excreciones.

También el estudio Estado de Conservación del Jaguar en Costa Rica sugiere que la ubicación espacial de la especie se encuentra mayormente dentro de las áreas silvestres protegidas, sobre todo en Guanacaste.

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Altos costos

Los jaguares son los felinos de mayor tamaño en el país. (Panthera)

Además de su gran tamaño y agilidad, los felinos son escurridizos y asustadizos ante los humanos. Gran parte de los registros de los animales son captados por “cámaras trampa”, ubicadas en lugares estratégicos dentro del bosque. Cada una de estas cámaras tienen un precio de hasta $600.

En ocasiones, los investigadores colocan en los animales un collar para rastrearlos. Cada uno de los instrumentos supera los $3.500.

Otra técnica es el rastreo con ayuda de perros especializados, como Tigre, un labrador entrenado por la organización Panthera, para seguir el olor de las heces de los felinos.

Eduardo Carrillo, investigador del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis), comentó que reciben apoyo de la Universidad Nacional. Pero deben recurrir a fondos privados para continuar con los estudios del jaguar.

“Al costo hay que agregarle el tiempo para el procesamiento de los datos, baterías, etc. Es carísimo”, dijo quien ha estudiado al gran felino costarricense por más de 30 años.

Carrillo enfatizó que la investigación de felinos se debe hacer a largo plazo para poder generar comparaciones.

El país continúa sin conocer en detalle el estado de las poblaciones de los pumas y los otros cuatro felinos que habitan el territorio nacional. De los jaguares se sabe más, pues los esfuerzos se han dirigido a esta especie.

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Poblaciones distintas

Los seis felinos de Costa Rica. (Edición: Alonso Solano/El Observador)

“Las poblaciones varían mucho en el mismo país. Las poblaciones de jaguares han disminuido mucho en Corcovado en los últimos 10 años, básicamente por la cacería de sus presas, problemas de orería e inclusive el narcotrafico”, explicó el investigador de Icomvis.

Una situación distinta sucede en el Área de Conservación Guanacaste: conforme se han recuperado los bosques, lo han hecho los jaguares. En la Península de Osa, las estimaciones de Carrillo arrojan menos de 30 ejemplares.

Organizaciones impulsan

Tigre es un labrador entrenado para identificar heces de felinos. (Facebook Panthera).

Esfuerzos públicos-privados son los que mantienen el estudio de felinos en Costa Rica. Panthera sigue el rastro de los jaguares en áreas como Tortuguero y la Cordillera Volcánica Central.

“No es solo el tema de salarios, si no el de la seguridad que se necesita. No es cualquier trabajo ingresar al bosque”, comentó Daniela Araya, investigadora de la organización .

También hay un reto en unir datos de entes públicos y privados. “La investigación se está generando, no mucha, pero se está haciendo y la cuestión es cómo unirla y aplicarla en conservación”, manifestó la bióloga.

Felinos amenazados

Los felinos enfrentan amenazas como la pérdida de hábitat por el cambio de uso de suelo; la falta de conectividad entre áreas boscosas; la cacería; y la indiferencia de la población. “A pocos les importa que de dejen de existir”, lamentó Melvin Cartín de la UCR. 

Araya agregó que jaguares y pumas son asesinados por dueños de ganado. La Unidad de Atención de Conflictos con Felinos (UACFel) reportó 74 casos de depredación de ganado desde el 2013.

Movilización a zonas urbanas

El tigrillo es uno de los felinos de menor tamaño que se encuentran en el país. (Cortesía Eduardo Carrillo)

La pérdida de hábitat y alimento obliga a los animales silvestres a moverse. Por eso un puma llega a merodear las calles y ríos de Tibás o Escazú. Cartín recordó que los felinos evitan al humano.

“Ahora, si se tratara de un individuo criado en cautiverio, más bien buscaría cualquier casa para encontrar alimento; pues aprendió que el humano es su proveedor”, aclaró.

“En las ciudades sobran los botaderos clandestinos. Los pumas no son estrictamente carroñeros, pero a falta de alimento no tendrían alternativa o bien, podrían capturar a otros animales que frecuentan este tipo de lugares”, añadió.

Sin embargo los felinos tico no atacan a las personas. “En un país que se supone somos ‘verdes’, somos analfabetos en la parte ambiental”, lamentó el investigador de Icomvis. 

Acciones de conservación 

Angie Sánchez, del Sinac, afirmó que uno de los principales retos en la conservación de felinos, es conectar áreas donde habitan, para que los animales no queden aislados.

Autoridades y sector privado trabajan en el mantenimiento de corredores biológicos (zonas naturales e interurbanas que conectan un parche de bosque con otro). También desarrollan la plataforma Costa Rica Silvestre y un manual de buenas prácticas para vivir en armonía con felinos y otros animales.

Panthera y el Sinac también crearon la UACFel, mediante la cual capacitan a los finqueros para evitar conflictos con jaguares.

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