Juan Pablo Arias
La imposición de un tope artificial a los intereses durante la crisis podría dejar sin acceso al crédito a las personas más afectadas por la pandemia del COVID-19, advierten las autoridades financieras del país.
Personas desempleadas, así como trabajadores que vieron suspendidos sus contratos de trabajo o reducidas sus jornadas laborales serían los más afectados, pues carecen de ingresos o tienen una reducción significativa de los mismos.
Un tope arbitrario también facilitaría la proliferación de mercados de crédito informales en los que las garantías y prácticas de cobro están al margen de la ley.
Así se desprende de una carta enviada por los jerarcas del Banco Central de Costa Rica, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), en respuesta a una consulta gestionada por la diputada Ivonne Acuña.
“Las personas que hayan visto afectados sus flujos de ingresos por la crisis del COVID-19, tendrán ahora una capacidad de pago deteriorada y un mayor riesgo de caer en mora en el futuro. Por lo tanto, si como consecuencia de la fijación de topes a las tasas de interés las entidades financieras formales no tienen capacidad de darles acceso al crédito a una tasa de interés que incorpore dicho riesgo, esas personas quedarían excluidas del crédito”, se indica en la misiva firmada por Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central; Alberto Dent, presidente del Conassif y Bernardo Alfaro, superintendente de Entidades Financieras.
La consulta de la diputada tiene como referencia un proyecto de ley convocado por el Gobierno que pretende aplicar un control de tasas de interés, mediante una fórmula arbitraria y bajo la excusa de fijar una tasa de usura.
Según los jerarcas consultados, con el límite arbitrario las personas con problemas para pagar podrían quedar atrapadas en el mercado informal, con tasas más altas, por encima del tope fijado, aun cuando la actividad sea ilegal, y con prácticas de cobro y garantías de crédito que podrían dejar a los deudores en mayor desventaja.
“Como hemos señalado en anteriores ocasiones, un tope a las tasas de interés siempre va a limitar el acceso al crédito de los sectores más riesgosos y de los créditos que acarrean un mayor costo por colón prestado; es decir, de aquellos cuyo costo y nivel de riesgo estén por encima de lo que cubre la tasa de usura. Para estos clientes, la entidad puede decidir no otorgar crédito a una tasa de interés que no compense su mayor costo y riesgo”, indicaron.
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En su opinión, en la difícil coyuntura económica actual, este sector más riesgoso se vuelve más amplio. Por lo tanto, podría darse una mayor exclusión financiera como consecuencia de la fijación de topes a las tasas de interés y la morosidad esperable.
El criterio de las autoridades coincide con el de analistas financieros, empresarios y exjerarcas del sector, quienes han advertido en repetidas ocasiones del daño que podrían provocar en la recuperación económica.
