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Cambios en perfiles políticos, y aumento de escépticos y ambivalentes ponen en riesgo la democracia costarricense

Los grupos que más defienden la democracia, no importa las circunstancias complejas que se viven, se redujeron notablemente en los…

Por Manuel Sancho

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Cambios en perfiles políticos, y aumento de escépticos y ambivalentes ponen en riesgo la democracia costarricense
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Los grupos que más defienden la democracia, no importa las circunstancias complejas que se viven, se redujeron notablemente en los últimos 40 años. Ante el aumento de los “ambivalentes”, demócratas a medias que no son muy activos, la democracia nacional está en riesgo. Es una de las conclusiones del Informe Estado de la Nación 2019, presentado este miércoles.

Si colocamos las posturas de los ciudadanos, en cuanto a su apoyo al sistema democrático y la tolerancia a las distintas opiniones, en un tablero de “gato”, se ve algo así:

Según el apoyo a la democracia, bajo un modelo de arquetipos clásicos, puede moverse entre autoritarios, anarquistas, demócratas liberales y otros. (Estado de la Nación)

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Siguiendo un modelo de arquetipos clásicos, como autoritarios, anarquistas o demócratas liberales, los investigadores del Programa Estado de la Nación (PEN) construyeron 25 perfiles de demócratas y antidemócratas, con todos los matices entre extremos. Se combinaron para obtener otros posicionamientos y concentrarse en seis – de un extremo a otro -:

  1. demócratas liberales (altos niveles de tolerancia y de apoyo al sistema, en todos los asuntos dan respuestas favorables a la democracia)
  2. ambivalentes
  3. demócratas semiliberales
  4. liberales semidemócratas
  5. anarquistas
  6. y autoritarios (bajo apoyo al sistema y baja tolerancia, la pero combinación para la estabilidad)

A partir de las respuestas de los costarricenses sobre cultura política, con datos de 40 años (18 encuestas distintas tomadas de 1978 a 2018), el Informe Estado de la Nación 2019 concluyó que el año pasado, un tercio de los ciudadanos era ambivalente: descontentos con la política y de tolerancia intermedia, como unos “demócratas a medias”.

Además los liberales semidemócratas – privilegian la tolerancia sobre el apoyo al sistema, – representaban un 14%; y los demócratas liberales son un 12%. “Esta información es de gran valor, ya que se sabe muy poco de la evolución en el tiempo de los grupos de apoyo al sistema político y sus potenciales implicaciones para la estabilidad democrática”, destacó el Informe.

Además uno de cada cinco ticos era demócratas semiliberales, que combina un alto apoyo al sistema democrático con una tolerancia media a las diferencias sociales. Entre ambos grupos está casi la mitad de la población, 46%.

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Cambios importantes y riesgo

El investigador Rónald Alfaro señaló que cuando predominan los tres grupos más respetuosos y tolerantes, la democracia está más resguardada. Sin embargo se han notado cambios importantes en las últimas cuatro décadas, pues aumentaron las personas ambivalentes se redujeron los demócratas liberales.

(Estado de la Nación)

Alfaro explicó que el problema no reside en que hayan más autoritarios, sino en que los demócratas liberales y semiliberales) y demócratas liberales se fueron encogiendo, luego de ser los más grandes.

“La democracia tenía una reserva para enfrentar episodios de inestabilidad. Cuando la democracia sufría depresiones internas y externas tenía defensores. No es que ahora no los tiene. Pero de 1999 en adelante esa composición varió. Migraron a los ambivalentes”, detalló Alfaro.

Así se fueron moviendo los distintos espectros de pensamiento con respecto a la tolerancia a la democracia. Mientras más a la derecha más respeto al sistema y el tamaño de las esferas representa el tamaño de las personas. (Estado de la Nación)

El cambio significa que bajaron las creencias en la tolerancia y el sistema, en más personas. Según el Estado de la Nación la transformación genera un “riesgo latente” para el sistema democrático, que ahora es “más vulnerable” ante los efectos de una crisis.

Eso sí, Alfaro fue enfático en que no significa que habrá ruptura o caos política, pero ante impactos y tensiones fuertes como la crisis económica de 1980 o las guerras en Centroamérica, la reserva de defensores era más grandes.

“En caso de que tengamos nuevos episodios de esa naturaleza, hay sectores más escépticos con la democracia. No son tan afines a la democracia como eran esos otros grupos. Se desplazó el ‘eje de gravedad'”, mencionó Alfaro.

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¿Están movilizados?

A pesar del crecimiento de los ambivalentes, aún no están organizados política y socialmente. Pero Alfaro sí dijo que ante situaciones negativas – como bajo empleo o inseguridad – los grupos podrían sucumbir ante los ímpetus de líderes populistas e incluso extremistas.

“Este grupo no se reconoce a sí mismo, no sabe que existe. Y no son muy distintos a estos otros (más demócratas). Eso podría reducir el riesgo. Pero también podría moverse más al otro eje (cercano a los autoritarios)”, comentó.

Este fenómeno sucede en todo el continente, desde un Chile marcado por una dictadura en el pasado, hasta Uruguay, que si bien vivió una dictadura militar, pasó a liderar los índices con respecto a la vida en democracia.

Aún queda por verse si aparecen otros grupos como los “demócratas iliberales”, que creen en el sistema pero tienen bajísima tolerancia.

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