Paula Ruiz
Cinco de nueve diputados de la Comisión de Ambiente se oponen al proyecto de ley 21.159, presentado por la oficialista Paola Vega, por contemplar impuestos para las empresas que comercialicen productos con plástico.
La iniciativa define un gravamen que oscila entre 10% y 25% a polímeros de etileno en formas primarias, los polímeros de propileno en formas primarias, entre otros; así como productos plásticos como muebles, bañeras, fregaderos, inodoros, cepillos de dientes, cepillos para cabello, entre otros.
Ana Karine Niño, diputada del Partido Liberación Nacional (PLN), catalogó el proyecto como “irresponsable”. Señaló que dentro de la coyuntura actual, pensar en una carga impositiva va a afectar a la empresa costarricense.
La congresista relató que cuando se enteró de la iniciativa, fue al supermercado y utilizó dos canastas. En una echó los productos con plástico y en otra, los que no. En total, solo logró unir cinco artículos sin plástico.
Desde el pollo hasta el papel higiénico, contenían este material. “Estoy de acuerdo en que hay que buscar la forma para consumir menos plástico, pero no necesitamos un proyecto que reglamente su uso”, consideró la liberacionista.
Su compañero de bancada, Luis Fernando Chacón, sigue la misma línea. “El proyecto de Paola tiene unas tarifas impositivas que no veríamos bien, sobre todo con sectores que están ahorita en una transición muy difícil para el país”, indicó.
Se intentó tener el criterio de Paola Valladares – la tercera verdiblanca en esta Comisión – pero pese a la solicitud realizada mediante su encargada de prensa, no fue posible conocer su versión al cerrar esta nota.
Restauración y PUSC contra impuesto
En la acera de Restauración Nacional, Mileidy Alvarado y Giovanni Gómez se unen a la preocupación por el gravamen.
“Sabemos que el fondo que ella quiere crear es con un buen sentido, pero, en este momento, el país está difícil, los empresarios y cámaras están quisquillosos en esta línea”, puntualizó Alvarado.
Finalmente, Erwen Masís del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC) cree que el proyecto de Vega viene a golpear al sector que emplea a 14 mil personas, así como a los consumidores.
Según el socialcristiano, el consumidor será afectado porque el productor terminará trasladando esos impuestos al producto final.
Un estudio realizado por la Asociación Costarricense de la Industria del Plástico (Aciplast) con base en la canasta básica alimentaria de enero, con un costo de ¢47.382 per cápita, aseguró que tendría un aumento de ¢979,31 por los empaques y productos de plástico.
Pero Vega contradijo ese cálculo, señalando que el dato usado por los industriales es erróneo, pues estimaron el impuesto al plástico sobre el valor total del producto y no exclusivamente sobre el empaque, como estipula el proyecto.
Impuestos necesarios
Paola Vega defendió su propuesta y no vislumbra el proyecto sin la carga impositiva.
“El impuesto ambiental es una herramienta para corregir aquello que ya no se corrigió de alguna manera”, declaró la oficialista.
Con ese dinero, se busca crear un fondo azul para la recolección, recuperación y transformación del plástico a nivel municipal, público y también privado.
Las estimaciones realizadas por Vega y su despacho, detallan que en el primer año se recaudarían $25 millones, pero comenzaría a disminuir al año número 5. “Este impuesto empieza a desaparecer a los 10 años”, señaló.
Alberto Quesada, asesor de incidencia política de Fundación MarViva, reconoció la importancia de estos gravámenes con tal de cambiar comportamientos humanos. Aunque cree que debe de abrirse un espacio para definir los productos que se verían expuestos al impuesto.
Con respecto de los porcentajes planteados por la rojiamarilla, Quesada los catalogó como razonables.
“Un impuesto de 10-15% en una base de ¢200, porque el costo a la botella implicaría aumento absoluto de 10 a 15 colones en el producto final”, detalló.
El vocero de MarViva agregó que no se busca afectar ni la seguridad alimentaria ni los empleos, sino impactar sobre aquellos productos de plástico de mayor consumo.
Vega hizo circular dentro de los diputados de la Comisión de Ambiente, un borrador que pretende convertirse en texto sustitutivo. Sin embargo, mantiene la carga impositiva en los mismos márgenes.
Crisis por los plásticos
La contaminación en los océanos por productos plásticos, en su mayoría de un solo uso como bolsas, botellas y pajillas, alcanzó niveles de crisis.
El problema se desarrolla a lo largo de la cadena, desde la excesiva producción de objetos plásticos, hasta el alto consumo por los humanos y el manejo inapropiado de esos artículos, que llegan al mar.
- El 80% de la contaminación marina proviene de fuentes terrestres, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). De esta contaminación más del 90% es algún tipo de plástico.
- En este momento, 270 mil toneladas métricas de plástico flotan en los océanos, fragmentadas en 5 billones de partículas, según una investigación del 5 Gyres Institute, dirigida por Markus Eriksen.
- Según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur, publicado en el 2016 por el Foro Económico Mundial cada año, 8 millones de toneladas de plástico se depositan en los océanos cada año, esto equivale al contenido de un camión de basura cada minuto.
- Por eso señalaron que en el 2050 habrá más plástico que peces en los mares.
- Se reportan más de 170 especies marinas afectadas por la ingesta de plásticos hechos por humanos.
El panorama golpea más pues en Costa Rica apenas el 1% de los desechos son recuperados de forma separada por parte de los municipios, según una reciente auditoría de la Contraloría General de la República.
Mientras muchas empresas señalan el reciclaje como una medida positiva, realmente tiene poco impacto. A nivel global, solo el 14% de los envases de plástico se recoge para su reciclaje.
A esto se suma que muy poco del valor material es retenido para su uso posterior, esto porque no todos los plásticos pueden ser reutilizados.
