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Conducción económica debilita alianza en el Ejecutivo

Alexander Ramírez/El Observador El manejo de la política económica ha debilitado la alianza multipartidista en el seno del Poder Ejecutivo…

Por ElObservadorCR

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Conducción económica debilita alianza en el Ejecutivo
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Alexander Ramírez/El Observador

El manejo de la política económica ha debilitado la alianza multipartidista en el seno del Poder Ejecutivo y ha abierto roces entre el oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) y un sector del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), principalmente.

Así lo reconocen fuentes de ambas agrupaciones vinculadas a la Casa Presidencial, que incluso vaticinan una pronta salida de figuras socialcristianas del gabinete del presidente Carlos Alvarado.

Politólogos como Claudio Alpízar, analista y consultor en comunicación política, y Sergio Araya, politólogo y coordinador de Proyectos del Área Política para Costa Rica de la Fundación Konrad Adenuaer, también señalan que la conducción económica liderada por el ala socialcristiana se ha alejado de la visión más de centro de los grupos históricos que conforman el PAC. 

Alpízar opina que el Poder Ejecutivo hizo un mal manejo político de la reforma fiscal, aprobada en segundo debate por la Asamblea Legislativa el 3 de diciembre anterior, tras una desgastante huelga de empleados públicos y una intensa negociación del Gobierno con las bancadas parlamentarias.

Esa agenda económica, como lo sostiene este politólogo, se ha caracterizado por ser muy tecnócrata y por no tomar en cuenta a sectores sociales con capacidad de veto en temas tan sensibles como la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

“Es curiosos que el PAC, que tiene reconocidos economistas, haya cedido todas las posibilidades de una gestión económica más cercana a la derecha más conservadora (en alusión al ala del PUSC en el Ejecutivo). Lógicamente, debe haber molestia en algunos sectores del PAC que se sienten excluidos”, agrega.

De acuerdo con versiones que circulan en los pasillos de Zapote, en el PUSC también existe incomodidad y algunos prevén que Piza podría dejar el Ministerio de la Presidencia luego de la aprobación del plan fiscal.

Como parte del denominado Gobierno Nacional, el mandatario nombró a Rodolfo Piza, excandidato presidencial del PUSC, en el Ministerio de la Presidencia, una de las posiciones de mayor confianza del Ejecutivo, y a la economista Edna Camacho, excandidata a la Vicepresidencia por la agrupación rojiazul, como Coordinadora del Consejo Económico.

También designó a la excontralora general de la República, Rocío Aguilar, como Ministra de Hacienda, quien a pesar de ser más cercana al Partido Liberación Nacional (PLN) se identifica con las tesis económicas impulsadas por Piza y Camacho.

“Gracias don Rodolfo Piza por devolverle la esperanza y la alegría a esta campaña” escribió el ahora presidente Carlos Alvarado el 9 de marzo tras recibir la adhesión del socialcristiano con quien conformó el denominado Gobierno Nacional.

PUSC marcó cancha

El politólogo Sergio Araya reconoce que existe una percepción, con fundamento o no, de que el ala socialcristiana encabezada por Piza y Camacho ha liderado la conducción económica.

Incluso, detractores y aliados pueden percibir que ha existido una especie de “secuestro del Presidente por parte de Piza” y que la agenda económica de esta administración es “autoría de Piza y su equipo más cercano”.

Si esta lógica es real, es de esperar consecuentemente que sectores dentro del PAC estén en un punto de inflexión, a la espera de mayor protagonismo de figuras rojiamarillas con una agenda más progresista, tras la aprobación de la reforma fiscal. 

Algunos de esos grupos abogan, por ejemplo, por la norma para hacer operativo el aborto y el matrimonio igualitario, la agenda “progresista” que defendió, el ahora mandatario cuando fue candidato del PAC en la pasada campaña electoral.

Sin embargo, también es cierto que varias de las propuestas que permitieron la sostenibilidad del plan fiscal demandan reformas que apenas inician su curso en el Congreso.

“Desde este punto de vista, una salida de Piza y su equipo más cercano dejaría sin músculo político en temas complementarios para la primera etapa del plan fiscal”, explica Araya.

El analista no descarta que incluso sectores dentro del mismo PAC hayan permitido la percepción de que Piza y su grupo lideran la conducción económica como “una forma de liberarse de esa carga”.

“Podría ser algo de manera deliberada (…) Puede ser una estrategia. Pero si se compra la idea de que Piza y sus colaboradores marcaron la cancha, más bien sería contraproducente que se vayan ahora, cuando el primer punto de una serie de acciones (la reforma fiscal) ya se aprobó”, concluye.

No obstante, en Zapote se menciona que las discrepancias son reales y que se ha ensanchado. Algunos incluso hablan de que en varias ocasiones Piza ha valorado dejar el Poder Ejecutivo mientras otros consideran que el grupo del “ala derechista” habría quedado más fortalecido tras la aprobación de una reforma fiscal que había sido parte de la agenda pendiente del país durante casi dos décadas.

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