Tomás Gómez
En los juegos que todo el planeta está disputando contra la COVID-19 a Costa Rica no le ha ido mal.
La tasa de contagios no se ha disparado, la mayoría de los pacientes tiene su nexo epidemiológico identificado, se registran dos fallecimientos y 13 pacientes se dieron de alta.
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Las cifras locales podrían general optimismo pero viendo como la enfermedad ha goleado a las mayores potencias del mundo e incluso a países vecinos como Panamá, el balance que hacen los directores técnicos -en este caso las autoridades de salud- es reservado.
A partir del lunes el país comenzará a disputar el segundo tiempo, el mismo donde muchos otros se han hundido.
Un mes con coronavirus
El jueves 4 de marzo trascendió que Costa Rica tenía los primeros casos sospechosos del nuevo coronavirus, una noticia esperada por semanas.
Todo parecía indicar que el caso había sido importado por dos mujeres que venían de vacacionar por Italia y Túnez, sus sospechas fueron descartadas pero 24 horas se confirmó el primero de los casos: una turista estadounidense cuyo esposo, también contagiado, había estado en contacto con uno de los pacientes de Nueva York.
A partir de ese día Costa Rica empezó a jugar con una táctica que había preparado por semanas, pero una buena parte de los jugadores no se puso la camiseta.
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La vida siguió igual y aunque comenzaron a multiplicarse los casos, al fin de semana siguiente hubo presas rumbo a las playas y 50 metros de fila para ingresar a los bares de La Cali.
Llegó entonces la presión de los entrenadores quienes mandaron a cerrar bares, reducir el aforo de los locales comerciales y cancelar clases. Como la desobediencia seguía, se fue reduciendo de a poco la libertad de circular en automóvil.
Hasta este domingo, según el presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Román Macaya, la curva que dibujan los casos es plana, pero es justo ahí donde comienzan los problemas ya sea porque el equipo se confía o porque el cansancio se comienza a notar.
Los estragos del segundo tiempo
El arranque del segundo mes de la pandemia ha echado a perder los progresos de las primeras semanas.
Ocurrió en Italia, en España y ahora se manifiesta en Estados Unidos.
El paso del tiempo genera o un sentimiento de confianza o un desgaste que lleva a las familias a bajar la guardia y es entonces donde el marcador da vuelta y comienzan las derrotas escandalosas.
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“Este es el momento para agarrar nuevos bríos, para ponerse las pilas y ponérselas en serio. Ahora sí necesitamos costarricenses comprometidos con la patria y con la familia”, describe el especialista de la CCSS, Marco Vinicio Boza.
El médico, internista e intensivista, apeló principalmente a la responsabilidad de padres y madres para “ponerse la camiseta” y detener la pandemia.
El estadio juega en contra
Para complicar el segundo tiempo, Costa Rica tiene la mala suerte de deberá enfrentarlo en Semana Santa.
La tradición señala que es una de las temporadas de más paseos y encuentros familiares, que las autoridades buscan detener de una manera desesperada.
Fue en la quinta y sexta semana donde otros países comenzaron a duplicar y triplicar sus casos diarios de COVID-19, lo que ha puesto al Ministerio de Salud y la Caja en alerta, fortaleciendo la estrategia defensiva e intentando que todo el equipo intente frenar los goles, que golpean con fuerza a la población más vulnerable.
Un primer síntoma se comienza a notar con el incremento de hospitalizaciones en Cuidados Intensivos, una de las mayores preocupaciones dada la escasez de espacios en dichas unidades, que en promedio roza el 80% y que una curva exponencial agotaría en cuestión de horas.
Con algo de optimismo, el director de Vigilancia de la Salud, Rodrigo Marín, afirmó este domingo que el partido se va ganando, lo que no debe permitir confiarse.
Con más resignación, Román Macaya tomó el espejo español e italiano y advirtió que hay que verse en ellos y meditar que si en esos lugares, con el desarrollo que poseen, no dan a basto para atender lo que ocurriría con los recursos de los que dispone la Caja.
El pitazo inicial ya fue dado. Está por verse quien se llevará los tres puntos.
