Elizabeth Rodríguez
El pasado 30 de enero, se realizó en Costa Rica la primera operación con la técnica de analgesia intratecal para el control del dolor severo. El procedimiento consiste en colocar un dispositivo intracutáneo – dentro de la piel – que suministra, mediante un catéter o tubo fino, medicación directamente a la médula espinal. La vida útil de la batería del dispositivo ronda los seis años.
La técnica se usó en el Hospital México a una paciente de 56 años, oriunda de San Carlos, con diagnóstico de cáncer de colon avanzado. La paciente pasó de necesitar 180 miligramos (mg.) de morfina por vía subcutánea cada 24 horas, a 1,8 mg. al día.
El equipo que protagonizó la colocación del implante estuvo conformado por el médico especialista en Cuidados Paliativos, Gabriel Carvajal; Denis Dupoiron, médico del dolor; asistidos por Ericka González y el anestesiólogo José Daniel Radulovich.
Esta es la bomba programable, que se coloca en la pared abdominal del paciente, la cual se conecta al catéter que administra la medicación directamente a la médula. (Cortesía Gabriel Carvajal)
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El primer implante en el mundo de bombas de infusión intratecal se realizó en 1981. Para Costa Rica puede ser innovador, pero en países como Francia se realizan, al año, al menos 100 operaciones.
La operación consiste en colocar en la pared abdominal anterior del paciente la bomba de infusión. Esta se encuentra conectada con el catéter por debajo de la piel en la columna vertebral.
“El costo por dispositivo ronda los $20.000 y no es fácil para un sistema de seguridad social ofrecer una técnica para una población frágil y para un conjunto de enfermedades que son cada vez más comunes”, detalló Carvajal.
Estudios demostraron que esta técnica de analgesia para el control del dolor severo, es superior a insistir en el tratamiento farmacológico tradicional.
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¿Cómo llegó este tratamiento a Costa Rica?
Los doctores Carvajal y González en la cirugía del implante. (Cortesía Carvajal)
Gabriel Carvajal, quien lideró la operación, cuenta con una formación de base en medicina paliativa y entrenamientos en técnicas intervencionistas del dolor. Él fue el pionero que trajo la idea al país.
“Percibí que hay pacientes con cáncer, o con dolor severo, que no responden a un impecable manejo del dolor, aun utilizando los mejores medicamentos disponibles. Comencé a evidenciar que algunos de esos pacientes necesitaban un enfoque diferente con intervenciones más complejas. Así fue como decidí plantear la necesidad de tener un entrenamiento específico en ese campo”, explicó Carvajal a El Observador.
Después de decenas de reuniones con la administración del Hospital México, muchos profesionales implicados, equipos de anestesistas y una precisa selección de los pacientes, la sostenibilidad del proyecto comenzó a florecer.
Gracias a un convenio con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Carvajal recibió capacitaciones en Francia, con el reconocido Denis Dupoiron, durante casi dos años. El europeo lo acompañó en la exitosa operación que se llevó a cabo el pasado 30 de enero.
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Posibles pacientes
Dupoiron y Carvajal al terminar la operación. (Cortesía Carvajal)
El éxito de esta operación es el detonante para que el procedimiento siga siendo una realidad para el país. El dispositivo es un técnica probada, “no estamos haciendo algo experimental sino que lo que teníamos que hacer era ponernos al día”, aseguró Carvajal.
La CCSS cuenta con una red de clínicas del control del dolor y cuidados paliativos. En el país hay 50 unidades distribuidas. El sistema ofrece a los pacientes los cuidados más básicos para control del dolor, simples y accesibles como la morfina oral.
Estos pacientes son seguidos por especialistas en medicina paliativa. Si estos médicos detectan que el paciente tiene un dolor muy importante a pesar del esquema de analgésicos potentes combinados, y en alta dosis de medicación, puede ser considerado para convertirse en candidato a una terapia utilizando un dispositivo de este tipo.
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Elizabeth Rodríguez
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