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El zafarrancho que rompió la monotonía de las conferencias de prensa en Casa Presidencial

Una hora antes un grupo de pescadores almorzaba en la acera de Casa Presidencial. Habían llegado para exigirle al Presidente…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 5 minutos
El zafarrancho que rompió la monotonía de las conferencias de prensa en Casa Presidencial
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Una hora antes un grupo de pescadores almorzaba en la acera de Casa Presidencial. Habían llegado para exigirle al Presidente mejores condiciones de trabajo.

Ellos defienden que alguien salió a decirles que Carlos Alvarado los recibiría y el Gobierno insiste en que les ofrecieron una cita con el Viceministro de Diálogo Ciudadano, Juan Alfaro, o con el Ministro de Agricultura, Renato Alvarado.

Los manifestantes se quedaron en la calle y a la sede del gobierno entraron una docena de periodistas para la conferencia de prensa posterior al Consejo de Gobierno.

La cita estaba para la una de la tarde pero los encargados enviaron un mensaje de Whatsapp para anunciar que se empezaría tarde.

El Ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, y la Ministra de Comunicación, Nancy Marín, darían la conferencia posterior al Consejo de Gobierno. (Tomás Gómez/ El Observador)

Respuestas a pesar de todo

Para las 2.00 pm, el Ministro de la Presidencia, la Ministra de Comunicación y los periodistas seguían la dinámica de cada martes: un intercambio de preguntas y respuestas sobre los más diversos temas.

El almuerzo de los manifestantes había terminado y del exterior llegaban canciones de trova latinoamericana. “En la mañana por lo menos estaban poniendo merengue”, bromeó una de las funcionarias del Gobierno.

En ese momento, cuando la conferencia amenazaba con mantener la monotonía que le caracteriza siempre, un estruendo llegó de la calle para romper la tranquilidad con la que Rodolfo Piza, irónicamente, exponía la posición del Gobierno sobre los diferentes movimientos sociales que se han registrado en las últimas semanas.

Era difícil imaginarse de donde provenía el golpe.

Hasta ese momento la protesta de los pescadores había sido pacífica pero la reacción del equipo de seguridad de Casa Presidencial evidenció que algo grave ocurría.

Fue cuestión de segundos para que se colocara una gruesa cadena en la puerta principal del edificio.

Piza mantuvo la cordura e intentó terminar su respuesta, pero para ese momento periodistas y camarógrafos abandonaban el salón donde se realizaba el encuentro para buscarle explicaciones al ruido que llegaban desde afuera.

Las rejas ya no protegen

El escándalo resultó ser un portón roto. Pero no cualquier portón.

Las rejas negras del puesto de seguridad número 3 cedieron ante la fuerza de los manifestantes, ahora convertidos en turba, quienes combinaban demandas con insultos contra la presidencia del país.

“No provoquen a los pescadores”, gritaba al micrófono uno de los líderes. “No los provoquen. No los provoquen”, repetía.

(Tomás Gómez/ El Observador)

Para ese momento la seguridad interna había logrado frenar el avance de los manifestantes y un candado y un cordón de policías protegía la Casa Presidencial desde el exterior.

Contra los agentes de Fuerza Pública también se dirigían los reclamos. “No les tenemos miedo”, desafiaba un hombre maduro, a pocos de pasos de una mujer que intentaba mover las vallas de seguridad llorando “por estar harta del gobierno”.

Las vallas no fueron impedimento para que los manifestantes intentaran ingresar al perímetro de Casa Presidencial. (Tomás Gómez/ El Observador)

Los gritos eran fuertes pero no lo suficiente para acallar la tumbacocos parqueada a media cuadra desde la cual se emitía el Himno Patriótico al 15 de Setiembre.

Un asunto de familia

Los manifestantes fueron pasándose el micrófono de mano en mano y así fue como llegó a un hombre de edad avanzada que vestía camisa rosada y un sombrero blanco.

En un tono menos eufórico del de aquellos que hablaron antes, el orador empezó a lanzarle un mensaje a su hermano: “Si tenés pantalones abandoná este Gobierno”.

Resultó ser uno de los hermanos del segundo vicepresidente, Marvin Rodríguez, a quien dijo querer mucho pero le reclamó formar parte de la administración actual.

https://www.facebook.com/ElObservadorCR/videos/2539161719427913/

Hasta hace poco, era el propio Marvin Rodríguez quien desde el Sindicato de la Educación Costarricense (SEC) dirigía las protestas. Por esos giros de la política le tocaba ahora estar del otro lado de los portones.

El Observador quiso consultarle su punto de vista pero el equipo de comunicación señaló que estaría en reuniones toda la tarde.

Cabos, artefactos y “chirribums”

El mensaje familiar de los hermanos Rodríguez llegó hasta que un artefacto explotó y llenó de humo la parte frontal de las oficinas del Poder Ejecutivo.

Pasada la algarabía un equipo del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se hizo presente para determinar de qué se trataba pues hasta entonces la misma Casa Presidencial había puesto a circular distintas versiones.

Personal del OIJ emprendería las investigaciones para determinar la causa de la explosión. (Tomás Gómez/ El Observador)

Para el presidente Alvarado de trató de un “cabo de dinamita”, para la Ministra de Comunicación, Nancy Marín, era un “artefacto explosivo” y el Ministro de Seguridad, Michael Soto, explicó que era un “chirribum”, un dispositivo usado por los pescadores que ya se había utilizado durante la huelga de año anterior.

Protegiendo al presidente

Justo cuando los periodistas comenzaban a salir de Casa Presidencial personeros del Ministerio de Seguridad subían por la rampa que llega al despacho de Carlos Alvarado.

Desde su oficina, pocos minutos después, Alvarado realizó una transmisión mediante Facebook en la que dijo que “Costa Rica es un país donde se pueden hablar las cosas” e insistió en que el diálogo siempre ha estado abierto.

https://www.facebook.com/carlosalvaradoquesada/videos/629705244180280/

Recuento de los daños

Un cuarto de hora fue lo que duraron los momentos más álgidos de la protesta.

Tras el estallido del “artefacto”, los manifestantes comenzaron el repliegue para tomar los buses que los llevarían de vuelta a su casa.

“Nos vamos porque queremos”, gritaban.

En los jardines de Casa Presidencial quedó la basura lanzada por los manifestantes. (Tomás Gómez/ El Observador)

En diez minutos la calle quedó vacía y en silencio, se volvió el paso de vehículos pero ningún conductor pasaba.

Mientras la prensa tomaba fotografías, empleados de Casa Presidencial recogían la basura que se había lanzado a los jardines en medio de la pelea.

Ya sin el eco de los altavoces y sus compañeros de protesta tres personas repetían, a los gritos, la advertencia que había lanzado un rato antes el hermano del vicepresidente: el 25 de julio más protestas esperarán al Gobierno en Guanacaste.  

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