Emprendimientos contramarea: negocios que se mantienen a flote pese a pandemia

La talabartería es un oficio tradicional que tiene más de 200 años de desarrollarse en Costa Rica, con énfasis en la región de Guanacaste. Creció ligada a la actividad ganadera con productos elaborados en cuero y albardas, para mudar a los caballos y adornarlos.

En Tejar de El Guarco en Cartago, Marvin Mecates (como se le conoce en la zona), es el dueño de una tienda vaquera, herencia de su padre. Tienda D’Mecates fabrica todos los accesorios, hechos artesanalmente, tanto para topes y eventos, como para el día a día de la vida vaquera.

“Con la pandemia hemos tenido que reinventarnos para salir un poquito adelante siempre con la misma línea de los mecates. Ahora estamos migrando a la parte digital. Mi hijo ha hecho cosas diferentes y muy bonitas, y mi hija se encarga de las redes sociales”, detalló Marvin Hernández.

Además contó que se necesita de mucha paciencia y carisma para no perder la tradición, sin embargo es un arte muy bonito, de mucho manejo de manos y “pasa uno muy entretenido”, agregó Hernández.

El negocio fue uno de los primeros beneficiarios del programa de apoyo a pequeñas y medianas empresas (Pymes) de Mucap. “Nos ayuda a no dejar caer la tienda e inyectarle capital al negocio, además de traer materiales de calidad desde Estados Unidos para seguir reinventándonos”, concluyó don Marvin.

Pueden contactarlos en Facebook e Instagram como Marvin Mecates, y al WhatsApp 8854-0385.

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De vestidos de baño a mascarillas

Guayaberi es una marca de vestidos de baño que nació en el 2011. Desde entonces se ha dado a conocer en eventos como el Mercedes-Benz Fashion Week, en hoteles de playa y a través de redes sociales.

Su creadora, María Lourdes Castro, da trabajo a cuatro mujeres jefas de hogar, que ahora trabajan desde sus casas, con máquina propia y horarios flexibles, para seguir confeccionando las piezas.

Ante las fuertes restricciones en playas y hoteles turísticos, las ventas bajaron de manera importante para la marca.

“Empezamos a hacer vinchas para el pelo, que siempre nos habían pedido y no habíamos tenido tiempo, que están hechos con retazos de trajes de baño. También sacamos promociones con insumos que ya teníamos ya que no hemos invertido en todo este tiempo”, detalló Castro.

Reinventarse e innovar ha mantenido la planilla de la empresa, siendo las mascarillas una manera más de utilizar las telas que ya tenían. “Las empecé a producir para mí y para mi familia, y luego las clientas me empezaron a pedir. Las que vamos sacando, se van vendiendo, ya que nuestro taller es pequeño y es un proceso más lento”, agregó la joven empresaria.

Con la reapertura de playas sacaron promociones para incentivar la compra de vestidos de baño, donde las consumidoras pueden escoger y combinar entre siete estampados diferentes.

A finales de este mes, utilizando todos los recursos del taller, lanzarán ropa deportiva, pensando en la comodidad y el ejercicio desde casa. Así mismo Castro resaltó la solidaridad de los dueños del local donde tiene su tienda física y otro de sus talleres, al llegar a acuerdos para el pago del alquiler.

Para conocer más sobre la marca y hacer pedidos, ingrese al Instagram de Guayaberi haciendo clic aquí

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Madera como terapia

Nidia Ramírez y su esposo tienen un emprendimiento familiar llamado Artesanías Sandí Ramírez, y son fabricantes de madera Country.

Desde marzo tenían la agenda llena de pedidos hasta agosto para eventos y fiestas, así como sus clientes de siempre que son profesores que dan cursos en esta técnica.

“Apenas salió todo este tema de la pandemia, la gente empezó a llamar cancelando todo, todos querían guardar su platita y ya las fiestas no eran prioridad”, detalló Ramírez.

Todo lo que tenían ahorrado lo invirtieron en comida, ya que la única entrada del hogar es su pequeña empresa.

“De un 100% ahorita estamos a un 30%, lo que estamos vendiendo ahorita es, sinceramente, apenas para poder comer”, confesó.

A pesar de su situación, la pareja formó un grupo de ayuda entre vecinos y le entregaron diarios a 300 familias de la zona. Ahora está en pausa por el aumento de casos pero esperan retomarlo una vez que se normalice la crisis.

Poco a poco los clientes han vuelto, tomando la pintura en madera Country como una forma de entretenimiento desde sus hogares.

“Las manualidades son una gran terapia, sentarse a pintar una caja hace que la persona se distraiga de todo lo que le esté preocupando”, afirmó Ramírez.

Como forma de reinventarse, para el Día de la Madre sacaron una línea de cajas con letras, las cuales se pueden utilizar como vasijas o para rellenar con chocolates o flores.

El Facebook de Artesanías Sandí Ramírez muestra las opciones en madera Country que ofrecen así como otros productos. Pueden llamarlos al número 8716-7692.

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