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En Costa Rica las mujeres juegan fútbol por amor

Irrumpió en el escenario lento, a veces casi que se apagaba. Pero el fútbol femenino en Costa Rica hoy es…

Por Harold Leandro

Tiempo de Lectura: 4 minutos
En Costa Rica las mujeres juegan fútbol por amor
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Irrumpió en el escenario lento, a veces casi que se apagaba. Pero el fútbol femenino en Costa Rica hoy es un deporte que rompe esquemas, gana adeptos y saca lágrimas con gestas en canchas internacionales.

Y hasta le alcanzó para conquistar la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, para revalidad así la que ganó en Winnipeg 1999.

Y todo lo han hecho unas pioneras que con fuerza y garra ponen amor por sudar una camiseta, por representar al país, por anotar un gol, por vencer a las rivales.

Los datos son más que certeros: mientras el fútbol masculino no se clasificó a los Juegos Panamericanos Lima 2019, las mujeres dieron un recital de fortaleza física, mental y moral en las semifinales ante Colombia.

“No hay apoyo de la empresa privada, de las televisoras y solo se vende el fútbol masculino”, afirmó Bernal Castillo, técnico del equipo femenino de Moravia, el cual compite en la Primera División.

Esto es solo la punta del témpano de una realidad compleja y de difícil salida: a diferencia de los hombres, en Costa Rica las mujeres no reciben salario alguno por jugar fútbol y lo hacen por genuino amor al deporte, pues si acaso reciben becas deportivas y viáticos.

Por esta razón, muchos prospectos abandonaron la práctica al terminar el colegio o cuando adquieren responsabilidades familiares. Unas pocas – cada vez más – consiguen ser legionarias y otras sobreviven a punta de escasas ayudas económicas.

Competir con gigantes

La Selección Femenina vendió cara la derrota ante Colombia en las semifinales de los Panamericanos Lima 2019. (Cortesía de Olman Mora/CON)

Encima, vivimos en un área en la que hay dos gigantes del fútbol femenino mundial: Estados Unidos y Canadá. Por eso es difícil conseguir clasificar a torneos planetarios, como Mundiales de FIFA y torneos del ciclo olímpico, lo que a su vez, hace más complicado trascender fronteras y conseguir vitrina internacional.

Incluso para Lima 2019 las dirigidas por Amelia Valverde llegaron en calidad de invitadas – al igual que México – pues las dos selecciones que se ganaron el boleto por Concacaf, Estados Unidos y Canadá, a última hora decidieron no asistir para concentrarse en el Mundial de Francia.

Esto hace más épico lo hecho por la femenina en Lima, pues se prepararon a marcha forzada.

Falta apoyo y profesionalismo

Para la exjugadora y hoy comentarista de televisión, Jackeline Álvarez, la situación es muy compleja porque “hace falta mucho apoyo para el fútbol femenino”.

El actual campeón del fútbol femenino costarricense es Saprissa, mientras que Moravia es subcampéon. Foto tomada de @UniffutCR.

Explicó que la liga de ese deporte en Costa Rica ya tiene 19 años, pero sigue siendo amateur “y tenemos dirigentes que tienen una visión diferente. Entonces, así es muy difícil que nuestra liga se profesionalice”.

Explicó que al empezar primero, el fútbol masculino tiene mejores patrocinadores y será muy difícil igualar la brecha.

Jackeline Álvarez, exfutbolista y comentarista de televisión

Como una salida, planteó que los equipos masculinos tengan su versión femenina para ayudarle a crecer, tal como se hace en México y Colombia.

La Primera División de fútbol femenino costarricense tiene ocho equipos: Saprissa, Moravia, Dimas Escazú, Coronado, Universidad de Costa Rica, CODEA Alajuela, Pococí y Liberia. Foto tomada de @UniffutCR.

Para Geovanny Vargas, técnico del equipo femenino Dimas Escazú de la Primera División, hay un problema real de exposición pues “el nuestro es amateur, nuestras chicas no reciben salario dado que los clubes tienen pocos ingresos y sobreviven de colaboraciones, lo que impide que lleguen recursos a los equipos. Nos limitamos a conseguirles becas de estudio y viáticos y así es muy complicado”, afirmó.

Geovanny Vargas, técnico del equipo femenino Dimas Escazú de la Primera División.

Indicó que una posible solución es que los medios de comunicación le brinden más importancia a los torneos nacionales, lo que ayudaría a los planes de mercadeo de los equipos y así conseguir marcas patrocinadoras.

Carol Robles, técnica de Saprissa femenino, coincide con Álvarez y con Vargas en que el fútbol femenino necesita con urgencia apoyo de los patrocinadores.

Carol Robles, técnica de Saprissa femenino de la Primera División.

“Nuestra liga no es profesional, no se pagan salarios, pero el fútbol no deja de ser una industria y si bien igualar al masculino es muy difícil, si no lo vendes, nadie te lo va a comprar”.

Mundo machista

Bernal Castillo, técnico de Moravia femenino, explicó que en una sociedad machista como la tica, se presentan marcadas diferencias entre hombres y mujeres en todos los niveles y que el fútbol no es la excepción.

Y puso como ejemplo el salario de los entrenadores de las selecciones nacionales. “Se lo pongo clarísimo, no creo que (Gustavo) Matosas (técnico de la masculina) deje de ganarse 25 o 30 mil dólares mensuales y está a cargo solo de la mayor, pero Amelia Valverde (técnica de la femenina), que está a cargo de las categorías, y si acaso gana 1.200 dólares”.

Bernal Castillo, técnico de Moravia femenino de la Primera División.
La Unión Femenina de Fútbol (Uniffut) fue fundada en 1991. Foto tomada de @UniffutCR.

Femenina en Mundiales

La Selección Femenina de Costa Rica ha participado en 5 mundiales de FIFA. Dos en categoría Sub-17: 2008 en Nueva Zelanda y 2014 en Costa Rica. Dos en Sub-20: 2010 en Alemania y 2014 en Canadá.  Uno mayor: 2015 en Canadá.