Paula Umaña
Las tecnologías para hacer de la agricultura una actividad más eficiente y sostenible, están disponibles en el país. Sin embargo el poco acompañamiento y capacitación de los agricultores, retrasa la innovación tecnológica en las fincas pequeñas y medianas del país.
Renato Alvarado, ministro de Agricultura y Ganadería, reconoció que el país tiene un rezago de al menos dos décadas en la aplicación de tecnologías en las labores agrícolas. Enfatizó en el escaso acompañamiento a los agricultores.
“Desafortunadamente eso no estaba hecho, como muchas cosas que había que haberlas hecho desde hace 20 años. Se debió haber hecho cuando se dio la apertura comercial. Generar esas habilidades o esas oportunidades para el sector”, aseguró el jerarca.
Nos agarró tardísimo, la tecnología ha estado ahí desde hace mucho rato.
Adrián Chavarría, profesor de ingeniería agrícola del Institito Tecnológico de Costa Rica (TEC), coincidió en el problema. El docente afirmó que el país mantiene el reto de llevar las tecnologías a los productores. Es necesario para transformar la agricultura y adaptarse a las nuevas herramientas.
“La tecnología se ha hecho más accesible. Pero no deja de tener la necesidad del acompañamiento. Y las empresas usualmente solo venden la tecnología”, explicó Chavarría. El investigador ha visto el fracaso de agricultores, por no saber utilizar los instrumentos adquiridos.
“Debe haber inclusión de tecnología con capacitación. Para lograr que nuestros productores incluyan en sus procesos, tecnologías que faciliten las mediciones y puedan aumentar su eficiencia”, explicó el ingeniero.
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Asesoramiento tecnológico con China
Ante el rezago en el trabajo con los agricultores, el Ministro Alvarado prometió impulsar “con mayor agresividad”, el desarrollo tecnológico en el sector. También planean brindar un mayor asesoramiento a los pequeños productores.
“Hay que avanzar más rápidamente. No tenemos tiempo de cara a la apertura comercial, donde muchos de los sectores están para gravarse el año entrante”, explicó Alvarado.
El MAG planea levantar fincas experimentales de alta tecnología en cooperación con el Gobierno de China. Según el jerarca, con estas instalaciones se podrá asesorar a los productores en la utilización de la tecnología.
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Inclusión de los jóvenes
Tanto Chavarría como Alvarado coinciden en otro desafío: la brecha entre generaciones y la resistencia de ciertos sectores por su edad. Según el Censo Nacional Agropecuario del 2014, la edad promedio de quienes realizan labores de agricultura ronda los 54 años de edad.
El MAG apuesta por involucrar a los más jóvenes a las labores del sector y transferir los conocimientos tecnológicos. La institución trabajará de la mano con otras como el Ministerio de Educación (MEP), que ha adquirido tecnología útil para la agricultura como drones.
La compra de los dispositivos aéreos aún es un pendiente para el MEP. “Vamos a trabajar en colegios técnicos. Vamos a coordinar esfuerzos, para transferir esos conocimientos a los más jóvenes y ellos los apliquen en el campo”, dijo Alvarado.
El Ministro añadió que la tecnología no se limita a máquinas o software. El Gobierno trabaja en el desarrollo de semillas con mayor resistencia a plagas y enfermedades de los cultivos.
Los procesos de transformación de la agricultura no son de la noche a la mañana. Son procesos que llevan su tiempo.
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Tecnología para aumentar la productividad
Ock-San Ajú ha impulsado una transformación en Melones de la Península (Melopen), empresa agrícola con base en Nandayure de Guanacaste. Desde hace alrededor de dos años, Melopen implementó en sus cultivos, tecnologías como sensores, estaciones meteorológicas y drones.
Los sensores permiten hacer mediciones sobre el uso del agua y conocer la necesidad de las plantas. El manejo de datos optimiza el uso del recurso hídrico y disminuye la aparición de enfermedades causadas por humedad.
Ahora usan drones para aplicar los productos para combatir plagas en las plantas. Además monitorean mediante cámaras la plantación, logrando una aplicación más eficiente de herbicidas.
“Hemos reducido en 60% el uso de agroquímicos y alrededor de un 30% de fertilizantes”, ejemplificó Ajú, gerente General de la compañía familiar. Melopen es un caso entre varias fincas, de adopción de la tecnología, para mejorar la productividad de los cultivos y disminuir el impacto en el medio ambiente.
Adrián Chavarría, profesor del TEC, resaltó que con los ajustes a la agricultura tradicional, la utilización de tecnologías como sensores y la adopción de buenas prácticas, la actividad puede:
- generar un uso más eficiente del agua
- mejorar la calidad de los cultivos
- y disminuir la aparición de plagas y enfermedades.
Con esos cambios, la transformación del agro contribuye a la mitigación del cambio climático.
Renato Alvarado recordó que el sector agro es clave para la economía nacional y las exportaciones. Sin embargo está golpeado. De acuerdo con el más reciente Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) del Banco Central, la producción agropecuaria se redujo en un 0,1%.
En un panorama negativo, es indispensable e inminente el uso de herramientas tecnológicas para aumentar la eficiencia de los cultivos y fortalecer al sector.
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Paula Umaña
Un viaje diario entre palabras, versiones, hechos y verdades. Una periodista en constante aprendizaje, con el sueño de ser bióloga marina y sumergirse en las historias más profundas del gigante acuático.
