Deportes

Estar en silla de ruedas no le impide a Natalia Vindas desafiar las olas y surfear

A sus 24 años, Natalia Vindas tenía su vida resuelta: Ingeniera civil y uno de los trabajos más cotizados en…

Por Harold Leandro

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Estar en silla de ruedas no le impide a Natalia Vindas desafiar las olas y surfear
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

A sus 24 años, Natalia Vindas tenía su vida resuelta: Ingeniera civil y uno de los trabajos más cotizados en esta disciplina le prodigaban una carrera plena. Hasta que un accidente de tránsito cambió su vida por completo, pues una silla de ruedas es su única forma de movibilidad, pero eso no le impide hacerse al mar, desafiar las olas y surfear.

“Hace 11 años todo marchaba a las mil maravillas para mí. Me acababa de graduar, tenía el trabajo que quería inspeccionando carreteras en Guanacaste. Todo era perfecto, pero de pronto todo eso se cortó porque me quebré la columna en el accidente y volví a ser como un bebé, pues requería cuidados para todo”, explicó Vindas en un Facebook Live con El Observador.

Su familia, en especial su madre, fue el pilar del que se agarró para salir adelante. “Tenía solo dos caminos: Echarme a morir a los 24 años o seguir adelante con lo que tenía. Y escogí la segunda opción”.

A partir de allí, Nati tuvo que comenzar un proceso de reinvención, pues ya no podría caminar y estaría condenada a andar para siempre en silla de ruedas.

Pese a su condición de discapacidad, Natalia Vindas practica el surf adaptado y pretende asistir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Alonso Solano / El Observador.

-¿Qué fantasma tuvo que vencer?

-Muchos. Al principio es muy difícil, empezando con el autoestima, pues yo no quería que nadie me viera en silla de ruedas, no quería salir, pasaba mucho tiempo acostada. Luego viví una etapa obsesionada con la rehabilitación y entonces hice tratamiento con células madres y me tomaba cualquier embrujo con tal de volver a caminar.

-Y se acostumbró a la silla de ruedas.

-Hice las paces con ella. No fue amor a primera vista, pero luego se convirtió en una compañera de aventuras.

-¿Y cómo surgió el gusanillo del surf?

-Extraño, porque a mí no me gustaban los deportes, sino leer y estudiar. Luego del accidente, en una actividad de kayac, un amigo, Juan Manuel Camacho, me invitó a surfear. Yo le dije que si estaba loco, pues nunca lo había hecho y menos estando en silla de ruedas, pero él me convenció y fui a surfear.

Pese a su condición de discapacidad, Natalia Vindas practica el surf adaptado y pretende asistir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Foto tomada del Facebook de Natalia Vindas.

-¿Cómo fue esa primera experiencia en las olas?

-Chivísima. Fue un waooo. Y me dije que quería seguir haciéndolo y compartir esta experiencia con los demás.

-Entonces, usted comenzó a destacar.

-Lo tomé en serio y lo comencé a practicar con bastante regularidad y hasta llegar al Mundial de Surf Adaptado. Fui la primera costarricense en un mundial de esta categoría y la primera que consigue una presa.

¿Cómo no le da miedo surfear si no puede caminar?

-Siempre me gustó el mar, al que respeto mucho por su imponencia. Pero mi pensamiento era: “Ya me pasó lo peor que me podía pasar, ya peor no puedo quedar. Eso me hizo ser arriesgada, pue ya había pasado por algo muy duro.

Hay momentos en que la ola es tan grande, que uno piensa que no la va a superar, que se morirá en ella, pero es muy rico porque es como la vida, uno se afloja y es un tema de confianza.

-¿Pero cómo logra volver a la tabla si la ola la saca de la tabla?

-Obviamente uno queda un rato debajo el agua y la fuerza de la ola lo revuelca, pero si uno logra mantener la paz y si tiene la convicción de que todo estará bien, logra encontar la tabla y listo, todo vuelva a la normalidad.

Pese a su condición de discapacidad, Natalia Vindas practica el surf adaptado y pretende asistir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Alonso Solano / El Observador.

-¿Tiene gente que le ayuda?

-Sí, muchas personas nos ayudan en la Asociación de Surf Adaptado. Vamos cada fin de semana a Quepos y ellos nos acampañan en forma voluntaria. Incluso, los entrenadores donan su tiempo para ir con nosotros a las prácticas.

En Jacó tenemos un proyecto de playa accesible que cuenta con una pasarela de material reciclable que nos permite acercarnos bastante al mar, además de tener una silla de ruedas que no se atasca en el arena. Todo eso ayuda bastante.

-¿Hay diferencias entre los que practican el surf adaptado?

-Sí, depende de la discapacidad que se tenga. Estamos los que no tenemos movilidad en las piernas y surfeamos acostados, están los amputados debajo de la rodilla que lo hacen hincados, también los amputados que lo hacen con prótesis, los que tienen algún problema en sus extremidades superiores y tenemos la categoría de las personas con discapacidad visual, unos con visión parcial y aquellos con ceguera total.

-¿Qué viene para la Asociación de Surf Adaptado?

-Estamos en carreras para conseguir fondos para participar en nuestro quinto Mundial el cual se realizará del 11 al 15 de marzo en La Jolla, California. De momento, tenemos seguro el viaje de dos surfistas y un entrenador, pero queremos ir más, pues el cupo es de diez atletas y ocho asistentes.

-¿Cómo pueden colaborar la gente?

-Puede ser por transferencia “sinpe” al número 89157990. También puede hacer su donación por medio de nuestra página web por medio de PayPal. También vendemos camisetas y algunos artistas nos regalan su talento y hacemos conciertos donde los lugares nos donan el espacio.

Vea aquí la entrevista completa:

https://www.facebook.com/ElObservadorCR/videos/221542355643678/

Temas: