Las emociones visten cada aspecto de nuestras vidas y de nuestra cotidianidad. El saber gestionarlas y utilizarlas con la habilidad adecuada, nos permitirá sin duda afrontar nuestro día a día de un modo más eficiente.
La emoción, el pensamiento y la acción son claves, de ahí la necesidad de trabajar con los niños desde edades tempranas, algunos puntos fundamentales son:
- Manejar la ira. Los niños hasta los 18 meses aproximadamente están muy cercanos a sus padres y llenos de afecto y muchos cuidados. Pero algunos bebés tienden a golpearse a sí mismos o a otros, ahí es importante, aparte de modelar autocontrol, dirigir “la manita” del niño con ternura y suavidad usando frases en voz alta; con amor, suavecito, solo amor nos damos. Todas las veces que sea necesario. Y acompañando este proceso por el cual pasan la mayoría de los bebés.
- Reconocimiento de emociones básicas: usar fotos o tarjetas con emociones básicas tales como alegría, tristeza, miedo, enojo. Igualmente, al ver al niño atravesar alguna emoción, usar frases como: “te veo enojado”, “te veo triste”; siempre validando el sentimiento.
- Nombras las emociones: Se espera que a los 5 años ya los niños puedan nombrar sus emociones, y explicar: “estoy enojado porque no salí en bicicleta”.
- Trabajar la empatía con preguntas. Por ejemplo: “¿Cómo crees que se siente la abuelita con eso que le acabas de decir?” o bien, “¿Por qué crees que está llorando tu hermana?”
- Trabajar la comunicación. Tener reuniones de familia cada semana y un diálogo abierto y respetuoso, jugar mucho con los niños y poner ejemplos reales.
- Confianza básica. Para que los niños pongan en voz alta aquello que les preocupa, que les hace infelices y también felices.
- Saber comunicarse y reconocer emociones propias y ajenas. Es imprescindible para un ajuste necesario y sano en la sociedad.
Natalia Calderón es Neuropsicopedagoga y Entrenadora de Disciplina Positiva
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