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Expresidente del Banco Central, exministro de Hacienda y sectores económicos advierten sobre graves riesgos de poner tope a la tasa de interés

Los diputados lograron torcerle el brazo al Gobierno para que el proyecto para imponer un techo más bajo a las…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Expresidente del Banco Central, exministro de Hacienda y sectores económicos advierten sobre graves riesgos de poner tope a la tasa de interés
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Los diputados lograron torcerle el brazo al Gobierno para que el proyecto para imponer un techo más bajo a las tasas de interés fuera convocado, dejando las puertas abiertas a que el plan se convierta en ley y miles de personas queden fuera del sistema financiero formal.

Aunque los defensores del texto aseguran que el costo del crédito se abarataría, expertos en la materia advierten que conllevaría que las instituciones financieras tengan que ser mucho más selectiva con sus clientes, generando así la exclusión del sistema financiero formal de un sector importante de la población que se vería obligado a recurrir a mercado informal, con los riesgos que eso conlleva.

“El final de la historia es muy simple: al cerrarse las puertas del financiamiento formal, muchas de estas pequeñas empresas e individuos se verán forzados a ir al prestamista informal para obtener sus recursos, por los cuales tendrán que pagar tasas más elevadas y aceptar otras condiciones más onerosas. Este es el tipo de acciones que afectan a quienes se pretende favorecer”, advirtió Francisco de Paula Gutiérrez, expresidente del Banco Central.

“Me hizo recordar aquella película mexicana de 1949: “No me defiendas, compadre””, ironizó.

Agregó que “bajo el propósito de reducir el costo financiero asociado a los préstamos y microcréditos para determinados grupos sociales, las señoras y señores diputados pretenden establecer límites máximos a las tasas de interés aplicables a ese tipo de operaciones. El resultado muy probablemente sea una disminución en el financiamiento disponible para parte de este tipo de agentes económicos, cuyo riesgo percibido no quedaría compensado con la tasa de interés máxima establecida por Ley”.

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Sus advertencias son muy similares a las que hace el economista y exministro de Hacienda, Fernando Naranjo, quien adicionó un elemento no menos importante a la ecuación al apuntar a que la medida no es adecuada sobre todo en la coyuntura de recesión económica que atraviesa el país.

“Esta ley va a regular a los entes que ya están regulados por ley y por la Sugef, pero la ley no condena ni regula la usura de verdad que está en el mundo informal. La experiencia de muchos países que regulan tasas de usura que no sean racionales eso es lo que lleva a una afluencia de capitales indebidos e ilegales a los que tienen que acceder las personas”, expone.

Naranjo divide en tres sus observaciones a la iniciativa:

  • El proyecto marginaría de tener acceso a crédito a población de bajos recursos económicos
  • El mercado informal, donde terminarían las personas desbancarizadas, tiene intereses de hasta 400%
  • Una regulación de este tipo altera la institucionalidad, pues la propuesta se separa de los criterios técnicos de entes como el Banco Central y la Superintendencia General de Entidades Financieras, lo que afectaría incluso la imagen país

“Yo respeto mucho a los diputados y a las personas que han opinado sobre esto, pero yo sé que no conocen el sistema financiero y el sistema bancario nacional. Hay personas que con buenas intenciones creen que esto va a llevar a una baja en las tasas de interés y todo lo contrario”, concluyó Naranjo, quien instó los diputados que respaldan el proyecto a dar la cara ante las personas que van a quedar fuera del sistema financiero formal.

La Comisión de Asuntos Hacendarios trató de enmendar el proyecto, llegado a un consenso que fijó el tope de intereses en 39% a préstamos y 55% a microcréditos. (Paula Ruiz/ El Observador).

Bancos cautelosos

Por medio de su directora ejecutiva, María Isabel Cortés, la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), también alertó sobre la exclusión que generaría la aprobación definitiva de un proyecto de este talante.

“Hemos argumentado, en la Asamblea Legislativa, los graves efectos de exclusión que tendrá la fijación de un tope a las tasas de interés. Sin embargo, la voluntad política se ha orientado en otra dirección haciendo caso omiso al impacto”, dijo Cortés.

La vocera del gremio bancario adicionó que la en medio de la emergencia económica generada por el coronavirus será más que necesario el acceso al crédito, por lo que medidas restrictivas como la impulsada por el Gobierno son “inaceptables”.

30 diputados votaron una moción de presión para que el Gobierno convocara el proyecto como un medio de apoyo económico para las personas endeudadas, aunque este regiría solo para contratos nuevos (Alonso Solano/ El Observador)

Sector empresarial en alerta

El avance del proyecto también genera preocupaciones en el sector productivo.

Al sector comercial y de importación de vehículos que desde el jueves mostró preocupación por la metodología de la ley y su impacto en el sector financiero se sumó la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) quien calculó en 500.000 las personas que serían expulsadas del mercado financiero formal con la medida.

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“Ante la situación actual de bajo dinamismo en la producción y el consumo de la economía costarricense el sector financiero nacional representa un factor primordial estratégico, por ello, es momento es momento de fortalecer y darle confianza al sistema, no de debilitarlo”, mencionó el presidente de Uccaep, Álvaro Sáenz, en una carta dirigida al presidente Carlos Alvarado.

El bloque empresarial destacó también que el cierre de tarjetas de crédito y la merma en las posibilidades de consumo golpeará las finanzas públicas pues implicará menos impuestos por recaudar.

Los expertos coinciden en que la aprobación de una ley de tope a las tasas de interés unido a una coyuntura de pérdida de empleos, cierre de negocios y recesión en algunos sectores que se está generando por la emergencia sanitaria del coronavirus, solo podría acarrear mayor afectación a la calidad de vida de los costarricenses.