Paula Ruiz
La pandemia provocó que la trata de personas se mudara a las redes sociales y de comunicación, tanto para el contacto como desarrollo de este flagelo.
Así lo reveló Eugenia Salazar, fiscala adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes.
La jerarca especificó que antes de la pandemia había lugares físicos como bares o salas de masajes utilizadas como mamparas para ejecutar este tipo de explotación moderna.
Sin embargo, por las restricciones sanitarias los establecimientos se encuentran cerrados; por lo tanto, los tratantes trasladaron su plataforma a la virtualidad.
“La dinámica del delito siempre ha sido la clandestinidad, sin embargo, antes (de la enfermedad extendida por todo el mundo) algunos aspectos eran más visibles; en la actualidad, a raíz de esta pandemia, la forma en la que la trata de personas está operando es aún más privada”, destacó la fiscala.
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“La mayor parte de esta actividad se está desarrollando en redes sociales o de comunicación (…) vuelve un poco más difícil la detección e incluso la denuncia de este tipo de delitos”, agregó Salazar.
La funcionaria aceptó que el traslado de este flagelo a la virtualidad, complica las investigaciones para frenar el desarrollo de este delito.
Desempleo: asidero para la trata
Este jueves, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), reveló que la cifra de desempleo es de 24%, el doble que antes de la pandemia.
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Según la experta, el desempleo podría ser una condición que empuje a las personas a la trata. En particular, mencionó a quienes se encuentran en condición de pobreza, quienes se pueden ver tentados a una oferta laboral muy atractiva, gancho utilizado para atraer a las víctimas.
“Una persona que no tiene trabajo, que se quedó sin fuentes de ingresos, podría verse expuesta a que alguien le ofrezca condiciones laborales muy tentadoras y termine en una situación de explotación”, señaló.
La trata más frecuente que se investiga en Costa Rica tiene que ver con explotación sexual que incluye prostitución forzosa, servidumbre sexual y turismo sexual. También está la explotación laboral con ofertas tentadoras que terminan en abuso físico e incluso sexual.
“La característica que tienen es la forma en que la víctima está sometida a la decisión de la persona tratante”, puntualizó.
Según datos proporcionados por el Ministerio Público, las mujeres son las víctimas más frecuentes de este tipo de explotación moderna, aunque para la explotación laboral quienes corren más riesgo son los hombres.
La jueza recomendó a los adultos estar más vigilantes de las personas menores de edad.
“Existen señales, por ejemplo, cuando se observa a personas menores de edad en condiciones de riesgo que salen a altas horas de la noche o acompañadas de adultos; esto debería generarnos sospechosas, sobre todo en el contexto actual, en el que sabemos que a cierta hora de la noche no se permite que la gente circule”, detalló Salazar.
Mientras que para mayores de 18 años en busca de trabajo solicitó ser “un poco desconfiados y revisar bien quién nos está ofreciendo ese trabajo y si efectivamente la oferta es real”.
Si sospecha que alguna situación de este tipo se está dando, puede brindar información al 800-8000-645.
“Muchas veces las personas se detienen o no denuncian pensando en que no saben si es cierto o no tienen suficiente prueba, pero al ciudadano y al funcionario público les corresponde nada más denunciar esa situación de sospecha razonable y a nosotros como órgano encargado de la investigación nos corresponde verificar o descartar”, concluyó.
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