Juan Pablo Arias
La fórmula que proponen los diputados para una eventual tasa de usura provocaría que leves variaciones en la base del cálculo se traduzcan en abruptos cambios a los límites en los intereses.
Según la propuesta, la tasa de usura sería el resultado de multiplicar la tasa de interés activa promedio por una constante. En el caso de los préstamos, el multiplicador sería 3,1, mientras que para los microcréditos se utilizaría un 4,3.
Con datos a hoy, se utilizaría como referencia una tasa de interés de 12,75%; lo que daría por resultado una tasa de usura general del 39,5% para los préstamos en general y un 55% para los microcréditos.
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Esta simplificación, propuesta por el diputado Welmer Ramos (PAC), generaría problemas una vez que comience a actualizarse la tasa periódicamente.
Ante un movimiento al alza o a la baja los topes de los intereses, que serán el parámetro para configurar el delito de usura, variarían en proporciones de 3 y 4 veces, abruptas para un solo movimiento.
Por ejemplo, si la tasa de interés activa promedio sube 2 puntos porcentuales, la tasa de usura general pasaría a 45,7% y la de microcréditos a 63,5%. Pero si la variación fuera de un punto porcentual hacia abajo, el cambio sería a 36,5% y 50,5%.
Esto genera problemas a las entidades financieras y sus clientes, pues se trata de variaciones muy fuertes en cada revisión, las cuales están planeadas para ser semestrales.
Un multiplicador que distorsiona
El diputado Otto Roberto Vargas (PRSC) es una de las voces que adversa la propuesta de Ramos, pues considera que los movimientos en la tasa activa deberían de trasladarse en la misma magnitud a la tasa de usura.
Así las cosas, si el cambio es de un cuarto de punto porcentual hacia arriba en la tasa de interés activa (a 13%, por ejemplo), la tasa de usura debería cambiar a 39,75% y 55,25%, respectivamente.
“Queremos que, si la tasa activa baja un punto, entonces que se refleje en ese mecanismo que bajó un punto y si sube un punto que aumente igual. Pero con ese multiplicador la tasa puede subir en proporciones muy altas”, dijo.
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El legislador envió una consulta a la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) para que emita un criterio sobre el uso del multiplicador.
Ya la Superintendencia, había hecho una recomendación de topes de interés máximos de 46% para los créditos generales y 61% para los microcréditos. Pero los diputados Ramos y David Gourzong (PLN) han insistido en apartarse de la recomendación técnica.
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Vargas, del PRSC, también pedirá a los diputados proponentes que aclaren las matemáticas que hay detrás de la cifra propuesta.
“Hasta el día de hoy no sabemos en qué se fundamentó Welmer (Ramos) para hacer la fórmula. Ese mecanismo que están proponiendo no se ajusta a la realidad. De momento lograron que se ajustara a esos números, pero si sube o baja, hay mucho riesgo; eso es el multiplicador”, aseveró.
Consultados al respecto, los diputados Gourzong y Ramos se limitaron a decir – por medio de sus encargados de prensa – que la tasa de usura se revisaría una vez cada seis meses y que la metodología de los multiplicadores se utiliza en otras partes del mundo. Como ejemplo, señalaron El Salvador.
Colaboró la periodista Paula Ruiz
