Manuel Sancho
El Poder Ejecutivo llega al fin de semana con la sensación de haber apagado o al menos evitado un fuego con sindicatos (y sectores de oposición que esos jalan como ciertos colegiales), concediéndole el micrófono a la cara más conocida de esa oposición en las calles: Albino Vargas.
Aunque lanzó críticas por publicar noticias falsas y bromear con pagos a estudiantes, el presidente Carlos Alvarado dio el beneficio de la duda – o “buena fe” como lo llamó él – al Encuentro Social Multisectorial (ESM), que aglutina representantes del agro, pescadores, estudiantes y más, y terminó entregando una lista de peticiones desde el podio del auditorio de Casa Presidencial.
Sin embargo sigue con los sindicatos del sector salud en la calle, tras cinco días de huelga y sin humo blanco en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), tras negociaciones hasta el viernes en la noche.
Todo, al tiempo que conceden ajustes en los trámites en la Asamblea Legislativa. En una semana convulsa, que ya se parece a lo natural en esta Administración (más de 1.100 protestas en 15 meses), se reconocen frentes distintos:
- El ESM: peticiones de múltiples grupos en una “mesa de diálogo” que aún no se sabe cómo operará, aunque anunciaran una “metodología”
- Más de 17 sindicatos de salud, liderados por la Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social (Undeca) y la Unión Medica Nacional (UMN), que exigen que la reforma fiscal no les aplique ni les cambie sus beneficios salariales
- Gremios de educación que piden pausar el avance de los proyectos de ley que buscan reformar pensiones de lujo, siempre con el ojo en Educación Dual
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Enfrentar trincheras
Por eso el recién estrenado ministro de la Presidencia, Víctor Morales Mora, diferencia de cada pugna, de cada “proceso de diálogo”. El jerarca quiso matizar la impresión de que Zapote cedió a tantos frentes abiertos.
“Las autoridades de la Caja tienen que respetar la ley vigente. Hay otra mesa de trabajo donde están los sindicatos del Magisterio Nacional dialogando, viendo otro tema, el tema de las huelgas”, dijo.
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El jueves hubo concesiones:
- Los diputados sacaron a la educación de los servicios esenciales en los cuales no puede haber huelga
- Se retiraron temporalmente tres proyectos sobre pensiones de lujo
Pero Morales defendió que los “mínimos, los pisos” que se quieren tener en el proyecto se mantendrán.
“Paz social, no retroceso”
De manera sorpresiva, Presidencia retiró de la corriente legislativa tres proyectos:
- Tope a las pensiones de lujo y otras dispersiones en materia de pensiones (32.130
- Ley de reforma para la equidad, eficiencia y sostenibilidad de los regímenes de pensiones (21.345)
- y Ley para fijar topes equitativos a las pensiones de lujo, rediseñar y redistribuir los recursos de la contribución especial solidaria y crear la figura de la jubilación obligatoria excepcional (32.035)
Todos necesarios y parte de la promesa y estandarte de Carlos Alvarado. Sin embargo será por una semana. Al mismo tiempo, el Poder Legislativo logró tranquilizar al sector privado, con el dictamen a la ley que regulará las huelgas.
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Morales aseguró que se dio el plazo para “aclarar cosas”. El jerarca quiere ver el vaso medio lleno.
“No miremos concesiones, no los ponga en esos términos. Cuando se dialoga, las personas son capaces de ponerse de acuerdo”, dijo con optimismo, al tiempo que cierra la puerta a retirar los proyectos de Empleo Público, Educación Dual o el de Huelgas.
Aún así el Ministro aceptó que sí hubo concesiones, pero “no a cualquier precio”. También negó que sea un signo de debilidad. “El secreto es construir con actores distintos visiones compartidas”, dijo a El Observador.
Los frentes están abiertos y el Gobierno confía en llevar todos en paz y sin debilidad.
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Manuel Sancho
