Juan Pablo Arias
El Gobierno del Presidente Carlos Alvarado insistirá en la implementación de un tope máximo a las tasas de interés de todos los préstamos y productos crediticios, conocido como “tasa de usura”.
Así lo anunció en la cadena nacional de televisión al tiempo que prometió tomar medidas de reactivación económica.
El límite se implementaría con la intención de que ninguna tasa de interés esté por encima de una cifra estipulada por una autoridad. La excusa es que ayudaría a combatir el sobreendeudamiento de los consumidores con tarjetas de crédito.
Sin embargo, el proyecto al que hizo mención Alvarado afecta a todos los tipos de préstamos -no solo las tarjetas- y la efectividad de estos topes máximos genera dudas en autoridades, expertos y representantes del sector financiero, por los efectos de exclusión que provocarían.
La preocupación es que un “límite máximo” estimado a la ligera o con poca precisión podría dejar por fuera del sector financiero a las personas con menos recursos, lo que propiciaría la gestación de mercados fuera de la regulación y al margen de la ley.
“Está demostrado técnica y empíricamente que los limites o topes a las tasas de interés generan una exclusión del sistema formal de los clientes de mas bajos ingresos quienes terminarán financiándose en la informalidad a tasas de interés más altas y perdiéndose la trazabilidad fiscal”, explicó el economista Gerardo Corrales.
En su opinión, el enfoque del Presidente sigue la visión del diputado Welmer Ramos de intervención en la fijación de precios, en lugar de promover mayor competencia de la banca estatal en ese negocio y de promover buenas prácticas y conductas de mercado, tal y como sucede en mercados más desarrollados.
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“La medida que promueve el Presidente Alvarado es populista y en vez de cuidar el bolsillo, terminará haciendo que los más pobres terminen más endeudados y pagando más caro en la informalidad”, agregó el experto.
La misma duda ha sido expuesta en varias ocasiones por María Isabel Cortés, directora ejecutiva de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC).
“La imposición de topes a la tasa de interés o lo que es lo mismo, al precio de los productos financieros, tiene como consecuencia la exclusión de un número importante de personas del sistema formal de financiamiento, en la medida en que la tasa de interés límite no permitiría cubrir el costo (riesgo) de sus operaciones; en consecuencia, este es un sector de la población que no tendría acceso al crédito”, explicó a El Observador, en julio anterior.
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En una misiva a los diputados, la ABC advirtió que un tope de este tipo, por ejemplo, para las tarjetas de crédito, implicaría la pérdida de acceso para 1,1 millón de personas, aumentando, de forma paralela la informalidad para la obtención de dinero.
Sobreendeudamiento podría persistir
En audiencia ante los diputados de Hacendarios el 22 de enero de este año, Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), resaltó que, si se fijan topes a la baja, también se podría generar un sobreendeudamiento de las familias, pues muchos consumidores se sentirían atraídos a la obtención de préstamos.
Por ello, el jerarca recomendó que, de aprobarse unos límites, estos deberían ser técnicamente “muy bien calibrados”.
“No debería existir una tasa que se fije o un tope a tasas que se fije con base en promedios de toda la industria, sino que debería calibrarse según criterios que tienen que ver con plazos, con montos, con perfiles de riesgo, garantías destino del crédito etcétera”, declaró ese día.
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La misma opinión expresó José Antonio Cordero, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien estuvo en el foro de Hacendarios el mismo día que el jerarca del Banco Central.
Cordero fue claro en que, las tasas deben estar diferenciadas por tipo de actividad, usuario y plazo. Por eso, cree que no todos deben de estar “dentro del mismo cajón”, ya que, para cada uno, hay un nivel de riesgo diferente.
Tema recurrente
La implementación de la polémica tasa de usura no es un tema nuevo para el Gobierno. En su primer discurso de rendición de cuentas, el presidente Alvarado anunció la eventual creación de este tope.
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También ha sido un tema recurrente del diputado y exministro de Economía Welmer Ramos, ahora en una difícil relación con el Ejecutivo, ante su negativa a renunciar a la curul, tal y como lo prometió en campaña electoral al ahora Presidente.
La tasa de usura también es parte del expediente legislativo 21.369 que contiene una reforma para dar mayor independencia a la Comisión Nacional del Consumidor, pero que también le crea una serie de “súper poderes” que podrían encarecer los bienes y servicios para los consumidores.
