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Greta Thunberg: el rostro de una juventud enfadada por la crisis climática

La “Persona del Año” elegida por la famosa revista Time esta vez no fue un rostro de la música, ni…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Greta Thunberg: el rostro de una juventud enfadada por la crisis climática
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La “Persona del Año” elegida por la famosa revista Time esta vez no fue un rostro de la música, ni la política, ni del arte. La portada la acaparó una joven sueca de 16 años, activista contra el cambio climático y que ha sacado lo mejor y lo peor de la opinión pública: Greta Thunberg.

A su corta edad, Greta se ha convertido en un símbolo de la lucha ambiental, lo que incomoda a varios líderes políticos y a aquellos quienes creen que es una creación del mercado.

Arte gráfico de Douglas Campos.

La activista sueca tiene una vida un poco fuera de lo común: viaja en velero (no usa aviones por la huella de carbono), con el ya cruzó el Atlántico hasta Nueva York; y es criticada a diario por líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos Donald Trump y el de Brasil, Jair Bolsonaro.

Vive con sus padres y su hermana menor, sus perros y su caballo. Sabe, además, que su Asperger se ha convertido en su aliado, al permitirle ver el mundo de otra manera y defender, sin tapujos, sus ideales.

El papá de Greta es actor y su madre cantante de ópera, ambos comparten los mismos ideales ambientales que su hija.

Para Thunberg la lucha ambiental no es una cuestión de moda o circunstancial. Descubrió el cambio climático cuando tenía 9 años y vio un documental sobre el derretimiento de los glaciares, el destino de los osos polares y de los animales marinos.

Entonces dejó de comer carne, beber leche y comprar cosas nuevas, a no ser que fuera “absolutamente necesario”.

Atormentada por la causa climática y las amenazas que el calentamiento global entraña, la joven cayó enferma con 11 años. Dejó de comer, empezó a faltar a clase e incluso dejó de hablar, explica su padre.

Toda la familia de la joven, que vive en un espacioso y acogedor apartamento en el centro de Estocolmo, se adaptó a su nuevo estilo de vida.

Su madre, la reconocida cantante lírica Malena Ernman, su padre, un actor de profesión, Svante Thunberg, y su hermana pequeña, Beata, tomaron consciencia del combate de Greta cuando ésta cayó en depresión.

Su madre que solía viajar por todo el mundo, dejó de tomar aviones y ya solo actúa en los países nórdicos.

A los 12 años, se le diagnosticó síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista.

“Mi cerebro funciona un poco diferente, así que veo el mundo desde otra perspectiva”, explicó Thunberg a la Agencia Francesa de Noticias (AFP).

“Soy muy directa, digo las cosas como son y cuando decido hacer algo, lo hago sin dudar”, añadió, considerando que su diagnóstico es una fortaleza.

La activista, que terminó la educación secundaria obligatoria en junio y tuvo que seguir sus estudios desde el extranjero debido a sus numerosos viajes.

Pero eso no le impidió obtener las mejores notas en todas las asignaturas, salvo educación física y economía del hogar.

Amor y desamor

Posiblemente sea el ceño fruncido una de sus características más reconocibles, que emana su descontento con las acciones de los grandes políticos en el tema de la crisis climática.

La adolescente causa furor en redes sociales y en las cumbres sobre clima más importantes del mundo; a la vez que desata una especie de resistencia por parte de grupos más conservadores.

Greta y su madre Malena Ernman, cantante de ópera.

Para algunos Greta significa fuerza, valentía y un grano de esperanza en el mar de incertidumbre sobre el futuro del planeta Tierra. Para otros, solo una “mocosa” que ha ganado un protagonismo injustificado gracias a los medios de comunicación. En suma: un producto. 

Sea una o sea la otra, lo cierto es que Greta ha sabido colarse en la agenda mediática y posicionar su imagen como la de una juventud cansada de la indiferencia de la población más adulta ante las consecuencias del cambio climático.

La activista criticó hace pocos días a líderes políticos por actuar “como si no hubiera un mañana”, frente a una multitud de jóvenes que la ovacionaron. “Greta, Greta, Greta”, llegó a los oídos de todos alrededor.

“No es justo que las generaciones mayores transfieran la responsabilidad de resolver la crisis a los jóvenes que no han generado esta situación”, exclamó la sueca ante cientos de personas.

Fridays For Future

Un nuevo movimiento juvenil nació el año anterior bajo el nombre “Fridays For Future”, luego de que la activista Thunberg -no tan famosa en aquel momento- protestara frente al parlamento sueco para exigir a su país el cumplimiento del Acuerdo de París.

Desde ese entonces, alrededor del mundo los viernes se definieron como un día de protesta estudiantil. En Costa Rica también existe el movimiento.

Greta Thunberg participó de la semana 68 de Fridays For Future, realizado en Madrid, España.

Trump, Bolsonaro y sus burlas

Greta no ha escapado a los ataques desde los grandes actores políticos actuales. Pero tampoco pareciera importarle mucho  sortearlos, continúa levantando su voz -con el ceño fruncido- en cada podio al que sube.

Donald Trump, de 73 años y presidente de Estados Unidos, y su homólogo de Brasil, Jair Bolsonaro (de 64 años) han arremetido contra Thunberg en las redes sociales. Ambos mandatarios son escépticos en cuanto a la crisis climática que atraviesa el planeta.

Luego de conocerse que Greta acaparó la portada de la revista Time, Trump envío a la joven activista a trabajar “en sus problema de manejo de ira” y luego ir al cine, en un mensaje que publicó en su cuenta oficial de Twitter.

Ante esto, Greta recurrió al humor y se describió a sí misma en Twitter como “una adolescente que trabaja en su problema de manejo de la ira. Actualmente relajándose y viendo una buena película vieja con un amigo”.

No es la primera vez que Trump y Greta se enfrentan, y el mandatario de Brasil no se queda atrás. 

Bolsonaro también se ha quejado múltiples veces de la sueca, hasta el punto de llamarla “mocosa”, luego de que Greta se manifestara contra el asesinato de indígenas en la Amazonia.

Sea para el mundo una activista que ha dado voz a la población más joven, o sea un producto creado por los medios de comunicación, Greta hoy recorre el mundo hablado sobre la crisis climática y concentra a miles de personas en una sola voz.

Greta en Costa Rica

Esta semana, el ministro de Ambiente y Energía (Minae) de Costa Rica, Carlos Manuel Rodríguez, conversó con Greta Thunberg en el marco de la COP25.

Durante el panel en el que ambos participaron, la activista expresó del deseo de visitar Costa Rica junto a su familia, para vacacionar.

El país no le es desconocido: la sueca sonrió en medio de la charla cuando escuchó el nombre de Christiana Figueres, figura costarricense reconocida mundialmente por liderar acciones contra la crisis climática.