Avenida O

Guía para ahorrar usando el Método Kakebo

Luis Carlos Fournier para El Observador Hemos resaltado, en columnas anteriores, la importancia de ahorrar ya sea con el propósito…

Por Desde la Columna

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Guía para ahorrar usando el Método Kakebo
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Luis Carlos Fournier para El Observador

Hemos resaltado, en columnas anteriores, la importancia de ahorrar ya sea con el propósito de adquirir un bien, de hacer un viaje o de crear una reserva para emergencias.

Ante todo, el primer paso para ahorrar es comprometernos a ello y de seguido, tener claridad sobre nuestras finanzas, hacer un plan de ahorro y ejecutarlo.

Existen muchas formas de organizarse para ahorrar y hoy quiero presentarles una de ellas conocida como el Método Kakebo publicado por la periodista Motoko Hani hace ya más de 100 años lo cual demuestra, una vez más, lo relevante que son las finanzas personales y tenerlas en orden.

Mi traducción libre de Kakebo es: “cuaderno de cuentas de la economía del hogar”. No sé japonés, así que si alguien tiene una mejor me lo hacen saber.

Este método nos impulsa a registrar nuestros ingresos y gastos mes a mes y a llevar un control del efectivo disponible que es, al fin y al cabo, con los recursos líquidos con que contamos.

Así funciona

El Método funciona así: se elige una fecha para comenzar, puede ser cualquier fecha. Aunque para ciertos registros es mejor comenzar el primer día del mes.

El primer día se anotan los ingresos fijos que se recibirán y los gastos fijos que tendrás durante ese mes. Es decir, algo así:

Ingresos:

Ingresos planilla (Quincena II)                                   1 000
Ingresos planilla (Quincena I)                                    1 000
Total                                                           2 000

Egresos:

Hipoteca/alquiler                                          400
Servicios públicos                                         200
Transporte/Combustible                              300
Total                                                 900

A los ingresos le restan los egresos y el resultado, en este caso 1,100 corresponde a los fondos con que se cuenta para el mes, esto se denomina monedero.

Una vez calculado el nivel de nuestro monedero establecemos un objetivo financiero para ese mes, por ejemplo, guardar al final del mes 500.

Hábitos a modificar

Hasta aquí, a través de este método, hemos determinado nuestro panorama financiero del mes y calculado los fondos con que contamos para hacerle frente a otros gastos que no sean los fijos/principales.

De seguido, el Método Kakebo nos solicita indicar qué hábito, costumbre o gastos vamos a modificar para alcanzar el objetivo del mes.

Este paso me parece importante pues nos “aterriza” y nos obliga a conectar las consecuencias de nuestra conducta con los resultados de nuestro objetivo financiero.

En este punto podemos comprometernos a dejar de consumir el capuccino extra grande con leche de almendra que tomamos todos los días, o almorzar comida de la casa dos días a la semana y así por el estilo.

Durante el mes, se registrarán todos los gastos, diferentes a los fijos identificados al principio del mes, y se clasificarán en 4 categorías:

  1. Supervivencia: aquí va todo aquello que no se incluyó en la categoría de fijos, podría incluirse alguna membresía o suscripción.
  2. Ocio: aquí registramos esa salida nocturna, ir al cine, la cena con los amigos.
  3. Culturales: anotaremos en esta categoría aquellos gastos en los que incurramos y que estén relacionados con actividades que nos enriquecen intelectual y espiritualmente como esa clase de dibujo, libros, idas a museos, algún concierto y por supuesto cualquier exposición de danza que si me dejo llevar lo apuntaría en la línea de Supervivencia.
  4. Extra: aquí anotaremos aquellos gastos que no teníamos previstos como medicinas, accidentes y así por el estilo. No, la oferta de la tienda favorita no es una emergencia.

Los resultados

Al final del mes, se suman los gastos y se restan a los ingresos y si ejecutamos nuestro plan habremos alcanzado nuestro objetivo del mes. Y si no lo alcanzamos, utilizaremos nuestros registros para determinar cuál pudo ser la causa de la brecha entre nuestro objetivo y la realidad.

Por ejemplo, tal vez tuvimos que llevar a nuestra mascota al veterinario, caímos ante la oferta de la tienda favorita, o tuvimos un mes con muchas salidas con amigos. En fin, al estudiar nuestros registros podremos identificar cuál de nuestras conductas hizo que nos desviáramos del plan y así el mes entrante pondremos más atención.

Así mismo, este método nos ofrece mejor información a la hora de tomar decisiones financieras. Por ejemplo, si visitamos una tienda y vemos algo que nos gusta podemos con mayor certeza saber si podemos comprarlo o no y cuál sería el impacto de la compra en nuestro monedero.

También nos ayudaría a seleccionar alguno de los gastos que sustituiríamos para hacer esta compra, y ante todo, durante el proceso de análisis identificaríamos si realmente vale la pena hacer esta compra.

Recuerden: no nos desgastemos pensando en el pasado, veamos hacia el futuro con esperanza y siempre enfocados en el presente.

Luis Carlos Fournier es Administrador de Empresas.
[email protected]