La crisis que se vive en Centroamérica por las medidas contra el coronavirus sumó este martes un nuevo capítulo, con una serie de disposiciones impuestas por Honduras y Panamá contra los transportistas costarricenses.
Ambos gobiernos alegaron reciprocidad a los protocolos planteados por Costa Rica, que imponen restricciones severas al ingreso y permanencia de choferes de otros países al territorio nacional.
Las nuevas medidas están dirigidas tanto a los transportistas como a su carga.
Muralla hondureña
La Secretaria de Desarrollo Económico de Honduras decretó que la Administración Aduanera no permitirá el registro de las Declaraciones Únicas Centroamericanas de Tránsito (DUCA-T) iniciadas en Costa Rica o que tengan al país como destino.
El documento en cuestión integra las declaraciones aduaneras para comercio de mercancías en la región y regula el tránsito internacional terrestre de los productos.
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En la misma declaración el gobierno hondureño reafirmó la decisión de limitar a 72 horas la estancia de los transportistas de nacionalidad costarricense en su territorio.
El mismo camino panameño
Al igual que el gobierno hondureño, la Autoridad Nacional de Aduanas de Panamá emitió una directriz en el mismo tono, que restringe la estancia de transportistas costarricenses.
Adoptando las mismas decisiones ticas, la resolución establece que la entrega de mercancía deberá hacerse en almacenes fiscales y seguir únicamente las rutas preestablecidas.
Aunque la medida empató las regulaciones ambos países y permitió el la operación de las fronteras, sus alcances no son del todo avalados por los sectores productivos.
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El acuerdo dispuso que los camiones deberán salir vacíos del país, una medida que los sectores productivos han señalado por duplicar los costos de los intercambios comerciales.
“No tiene nada que ver el camión venga vacío, el COVID lo transmite la persona, no el camión, entonces nos parece una inmensa torpeza”, manifestó el presidente de la Unión de Cámaras (Uccaep), Álvaro Saenz, quien adelantó que el plan también complicará las exportaciones.
Crisis sin respuestas
Aunque las fronteras costarricenses están cerradas desde mediados de marzo la entrada de camioneros ha estado permitida para mantener los flujos comerciales sin embargo, dos semanas atrás los protocolos de salubridad fueron endurecidos, lo que generó molestia en la región.
La disposición congeló la actividad aduanera con Panamá y Nicaragua al punto de que el régimen de Daniel Ortega decretó el cierre de la frontera.
Las negociaciones con Panamá han avanzado pero no así los diálogos con Nicaragua, lo que ya repercute en toda América Central.
Para bajar la tensión Costa Rica propuso nuevas varios planes piloto para dinamizar la entrega y traslado de cargas los cuales no han tenido buena acogida.
Además, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) convocó a sus oficinas de economía y salud para la generación de un protocolo de salubridad que se trabajó durante el fin de semana y que ahora está en análisis por parte de las naciones.
A la espera de una solución, este martes se anunció que hay al menos 700 transportistas centroamericanos varados en las fronteras costarricenses y las cámaras empresariales pidieron intervención del propio mandatario Carlos Alvarado pues consideraron que el tema ya pasó lo comercial y está entrando en lo diplomático.
COLABORÓ LA PERIODISTA PAULA UMAÑA