Tomás Gómez
Los diputados panameños empezaron a debatir esta semana una reforma constitucional para impedir el matrimonio igualitario; una iniciativa que algunos legisladores ticos quieren imitar.
Aunque la sentencia de la Sala Constitucional habilitó el 26 de mayo del 2020 como fecha para que el matrimonio homosexual entre a regir en el país, el bloque conservador impulsa ahora una modificación a la Carta Magna que presentaron seis meses atrás.
El bloque independiente Nueva República lidera la iniciativa. Propone que el artículo 52 diga:
“El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer, descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges, y es la base esencial de la familia”.
El proyecto también recibió el apoyo del independiente Erick Rodríguez, la socialcristiana Shirley Díaz y la integracionista Patricia Villegas.
También lo firmaron los republicanos Otto Roberto Vargas y Dragos Dolanescu.
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Imitando a Panamá
Dos parejas homosexuales pidieron al Registro Civil Panameño inscribir sus uniones.
Aunque la figura no es reconocida en el país vecino, los congresistas Jairo Salazar y Rupilio Ábrego promueven que la Constitución de ese país limite el matrimonio, exclusivamente, a vínculos heterosexuales.
La acción fue calificada como “muy valiente” por parte del diputado independiente Jonathan Prendas.
“Tenemos que hacer el esfuerzo para que el matrimonio en Costa Rica sea entre hombre y mujer”, dijo Prendas.
“Que el país vea cuáles son los diputados con una concepción socialmente validada del matrimonio”, concluyó.
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Rechazo inmediato
Las palabras de Prendas encontraron eco en el sector progresista del Plenario.
El presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Enrique Sánchez, no ahorró críticas contra la idea, a la que calificó como “una absoluta necedad”.
“Están insistiendo en engañar a sus votantes de que van a poder hacer algo contra el matrimonio”, mencionó.
Según Sánchez la discusión tiene tintes políticos, y por procedimiento, no hay manera de que esté lista antes que la fecha señalada por la Sala IV.
