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Intereses de la deuda interna complican reducción del déficit fiscal

Los intereses que desembolsa el Gobierno por las deudas que contrae en el mercado financiero local, se han convertido en…

Por Juan Pablo Arias

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Intereses de la deuda interna complican reducción del déficit fiscal
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Los intereses que desembolsa el Gobierno por las deudas que contrae en el mercado financiero local, se han convertido en un obstáculo que complica la reducción del déficit fiscal y, a su vez, en un riesgo para el resto de los deudores del país.

Solo en el primer trimestre del año, el Ministerio de Hacienda tuvo que erogar un total de ¢360.575 millones por concepto de intereses; de este monto, un 85% correspondió a los intereses de títulos valores (bonos) emitidos en el mercado local.

Hacienda recurre al financiamiento interno, pues cualquier endeudamiento externo requiere de un largo proceso de autorización legislativa.

Esto provocó que en 2018, principalmente antes de la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas en diciembre, el Gobierno tuviera que pagar tasas de interés mayores para asegurar su flujo de caja.

Como consecuencia, el monto pagado este primer trimestre por intereses es un 22,8% mayor al desembolsado en el mismo periodo de 2018.

En relación con la producción del país, las erogaciones de Hacienda pon intereses de la deuda interna pasaron de representar un 0,71% del PIB a un 0,81% del PIB en solo 12 meses.

Para la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, estas cifras alertan sobre el riesgo que corre el país de que aumenten más las tasas de interés y se limite el crédito al sector privado, si el Gobierno continúa endeudándose internamente.

En su opinión, la aprobación de la reforma fiscal evitó que los intereses siguieran creciendo exponencialmente, pero no los detuvo por completo. 

“La confianza que generó la reforma sí tuvo resultados positivos, pero un efecto importante en el déficit es el pago de intereses, porque sigue creciendo”, comentó.

La jerarca reiteró que la autorización para emitir bonos de deuda externa (conocidos como eurobonos) ya le hubiese permitido la Tesorería reestructurar la deuda a mejores plazos y tasas.

“Hubiera sido ideal tener ya eurobonos, porque ya estaríamos pagando menos intereses”, dijo.

“Déficit no baja, pero se transforma”

El déficit fiscal se produce cuando los gastos sobrepasan los ingresos gubernamentales. Tanto en 2018 como en 2019, esta brecha ha sido equivalente a un 1,5% del PIB durante el primer trimestre.

La ministra Aguilar, sin embargo, defiende que no son comparables, pues aunque persiste el problema de los intereses, también este año hay un incremento en los gastos de capital, o inversión pública.

“Si bien estamos hablando del mismo nivel de déficit, la buena noticia es que hay detrás de esto un mayor gasto de capital, que no es recurrente, como los salarios. (Los de capital) son gastos que dinamizan la economía, porque son en obras”, comentó.

Además, insistió en que los efectos de la reforma fiscal se verán en el largo plazo, porque -por ejemplo- las medidas en torno a las remuneraciones y la regla fiscal comienzan a regir hasta el presupuesto del 2020, que se vota a finales de este año.

La ministra también prevé que los ingresos por las reformas a los impuestos de renta y ventas se empiecen a generar el 1º de julio. 

“Lo importante es que el gasto corriente y en transferencias no tienen crecimiento. Hay un aumento salarial que se reflejaría hasta mayo, pero es contenido”, indicó Aguilar.

Hacienda enfrenta este panorama al tiempo que los diputados de varias fracciones median para que el ministerio no reciba una autorización de endeudamiento externo superior a $2.500 millones. El temor que expresan los legisladores es que el Gobierno no se apegue a la regla fiscal (también aprobada con la reforma) y, por lo tanto, no tenga incentivos para reducir el gasto en cuanto reestructure la deuda.