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Javier Chaves, la pignoración de un nombre y su reputación

Llevar las riendas de la empresa que fundó su padre obligó a Javier Chaves -sin saberlo- a tomar una de…

Por Juan Pablo Arias

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Javier Chaves, la pignoración de un nombre y su reputación
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Llevar las riendas de la empresa que fundó su padre obligó a Javier Chaves -sin saberlo- a tomar una de las decisiones más riesgosas de su vida: su nombre se convirtió en una garantía del desempeño de la compañía. 

Desde entonces, su reputación quedó pignorada, que en términos financieros significa que la puso a la orden de quienes le depositaron confianza, para que respondiera ante una eventualidad, es decir, si llegase a ser necesario.

Cuando Aldesa Corporación de Inversiones pasó por buenos momentos, el valor de su garantía se cotizó al alza… sus decisiones dieron réditos; pero siempre hubo un riesgo latente; si su gestión llegaba a registar un mal desempeño, ese resultado repercutiría sobre una trayectoria construida en la empresa familiar.

El momento llegó el pasado 8 de marzo, cuando el propio empresario debió comunicar a un grupo de casi 600 acreedores que habría una cesación de pagos en sus inversiones privadas y anunció la petición de una administración por intervención judicial.

A partir ese momento el nombre “Javier Chaves” pasó a ser objeto de especulación y escarnio público.

La imagen creada durante años como exitoso empresario se depreció de golpe cuando comenzaron a hacerse públicos los reclamos de inversionistas que aseguran que nunca autorizaron que su dinero estuviera en operaciones riesgosas y sofisticadas.

Sobre estas acusaciones, ahora Chaves debe demostrar que ellos se equivocan.

La pérdida de valor no es porque se le culpe directamente a él de los problemas de Aldesa, sino porque es él quien responde como la cara visible del negocio que construyó junto a su familia.

“Ninguna empresa sobrevive 50 años engañando a sus clientes, nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos”, dijo a finales de mayo a El Observador, cuando se le consultó sobre 13 denuncias tramitadas en Sugeval contra la parte regulada de Aldesa.

Hombre de negocios

De profesión abogado, Chaves tiene maestrías en Administración de Empresas y en Ciencias Políticas de Ohio State University.

El sector financiero no le es desconocido. En su paso por Aldesa, inició como corredor de bolsa y dirigió la primera sociedad de fondos de inversión en Costa Rica. También presidió la Cámara de Fondos de Inversión y ha sido miembro de la junta directiva de la Bolsa Nacional de Valores.

En los últimos años asumió la dirección estratégica del conglomerado, que incluye empresas bursátiles e inmobiliarias. Y el año pasado se le escuchó exponer con total propiedad -inclusive en el TEDx Pura Vida- sobre las Fintech, emprendimientos tecnológicos que retan el status quo del sector financiero.

Su rostro tampoco le era desconocido a los costarricenses. Por dos años llevó las riendas del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) durante la Administración del expresidente Abel Pacheco.

En su edición del 9 de setiembre de 2004, el desaparecido diario Al Día recogía la inesperada renuncia de Chaves al ministerio, quien afirmaba que “cumplió su ciclo”. 

A finales de 2018 se le vio activamente apoyando a su esposa, Edna Camacho, una destacada economista que figuró como candidata a una vicepresidencia de la República en la fórmula del Partido Unidad Social Cristiana y que finalmente asumió la coordinación económica del actual gobierno de Carlos Alvarado. Mientras tanto, Chaves volvió al anonimato del sector privado. 

Se convirtió en noticia esta semana cuando fue detenido por el Organismo de Investigación Judicial, tras un allanamiento en 12 puntos relacionados con Aldesa, como resultado de las pesquisas que realiza la Fiscalía de Delitos Económicos. 

De momento, las investigaciones siguen en curso… y su nombre sufre las consecuencias de encabezar una empresa que atraviesa por una crisis reputacional.

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