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La sexualidad en la pubertad

Con los temas de sexualidad evito caer en una teorización de la sexualidad y en su lugar, deseo ofrecerles el…

Por Margarita Murillo

Tiempo de Lectura: 3 minutos
La sexualidad en la pubertad
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Con los temas de sexualidad evito caer en una teorización de la sexualidad y en su lugar, deseo ofrecerles el conocimiento que les permita reconsiderar sus posiciones y optar por una sexualidad con mucha mayor profundidad, placer y regocijo, tanto para los hombres como para las mujeres, y eso quizás nos llevará un tanto de siglos poder transmitirlo y estructurar relaciones más sanas y menos complejas, más profundas y equitativas, pero por algún lugar debemos iniciar.

¿Que pasa en la pubertad?

En la pubertad las hormonas están a flor de piel y todo es “excitación incontrolable”; pero si miramos de cerca el desarrollo sexual, notaremos que ambos, hombre y mujer, están en un exquisito equilibrio de las fuerzas espirituales, afectivas y eróticas.

Los hombres se caracterizan por desarrollar respuestas sexuales enfocadas hacia lo genital y será por medio de los genitales que buscarán su placer, buscarán sensaciones fuertes y poco compromiso moral y social; sin embargo, como esos equilibrios maravillosos de la naturaleza, la mujer no se encuentra en un desarrollo sexual genital sino emocional, es decir buscará una relación basada en el placer emocional.

Esto quiere decir que, en la mujer, las relaciones son apasionadas e ingenuas, tratando de satisfacer sus necesidades emocionales y también comparte, con el hombre, la búsqueda de sensaciones fuertes y poco compromiso moral y social.

¿Entonces, cómo nos relacionamos a esta edad? Es el equilibrio perfecto en donde ambos necesitan del otro para poder lograr su madurez sexual en los tres niveles, tanto la mujer necesita de genitalidad del hombre como el hombre de la emocionalidad de la mujer, eso no significa que, simplemente en equilibrio, busquemos la relación sexual genital aún a pesar de tener trece o catorce años. 

El dilema radica precisamente en que estamos en un proceso de madurez para alcanzar el equilibrio maduracional necesario para construir la relación de pareja, sino caeríamos en un acto mecánico como los que nos venden por la televisión, en donde se nos muestra que con solo conocerte ya deseo estar contigo en la cama… cosa absurda y barata! Es todo un proceso y cuando lo realizo con esa facilidad, sólo repito una vez más la mecanización de uno de los procesos de mayor creación que se nos ha dado.

El papel de los padres

¿Pero, cómo puedo yo padre/madre de familia educar y orientar a nuestros hijos e hijas? Porque he de aclarar que la sexualidad la viven ambos y ambos deben asumirla, no sólo evitando que las mujeres se embaracen a edades tempranas sino también logrando hacer conciencia en nuestros hombres que ellos se EMBARAZAN con las mujeres. Ellos deben asumir su compromiso: que no sólo se trata del placer o la eyaculación que ejecutaron, es de ambos y por ahí debemos ir educando.

De hecho, los padres y madres de hijos e hijas adolescentes, dentro de nuestro desarrollo sexual estamos también en equilibrio con ellos y ellas, los hombres adultos de 35 a 50 años estarán en una edad sexual inspirada por la emocionalidad y las mujeres adultas entre 35 y 50 años estarán en una edad sexual genitalizada, pero ambos entre los 35 y los 50 años poseen o esperan haber logrado la mayor madurez a nivel emocional, moral y espiritual y es eso precisamente lo que necesitan nuestros hijos e hijas.

Las muchachas con su sexualidad emocional necesitan entender la belleza de lo erótico con sus límites, con su autocontrol y con el proceso de construcción en relación con el otro, la madre, el padre y su novio; y ellos, los muchachos, con su máxima expresión genital necesitan de la emocionalidad de su padre, su madre y la relación con su novia o amigas buscando construir el autocontrol, la comunicación profunda y desarrollando valores que le permitan esperar el tiempo necesario para desarrollar la madurez sexual en equilibrio. 

Con mucha claridad debemos fomentar en nuestros hijos e hijas adolescentes la espera edificante, una espera que los ayude a fortalecer su autoestima, a fortalecer sus valores y a reconocer y manifestar con claridad sus sentimientos. ¿Y si ya inició su vida sexual? ¿Por qué no pedirles que se detengan y se decidan a construir una sexualidad más profunda y comprometida, en la mayoría de los casos hace falta mucha autoconfianza, autoaceptación y autovaloración

Cada uno de nosotros nació para el amor y para ser feliz, pero eso hay que construirlo profundamente, y si aún no lo hemos hecho, nunca es tarde.

En el próximo artículo conversaremos más acerca de la sexualidad de los 25 a los 35 y de los 35 a los 50 hasta terminar con la sexualidad de los 50 años en adelante.

Margarita Murillo es psicóloga y master en sexualidad clínica. Autora del libro: Cómo enseñar sexualidad
Web: http://sexoamoryvida.com/
Correo: [email protected]
Instagram: @margaritamurillo
Facebook: Margarita Murillo Sexóloga