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Los datos en momentos de crisis

Por Marian Bákit para El Observador Para muchos de nosotros se ha convertido en un hábito diario esperar las noticas…

Por Desde la Columna

Tiempo de Lectura: 2 minutos
Los datos en momentos de crisis
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Por Marian Bákit para El Observador

Para muchos de nosotros se ha convertido en un hábito diario esperar las noticas a las 12:45 p.m. para ver la conferencia de prensa en la que Gobierno nos da el reporte de la cantidad de personas contagiadas con COVID-19.

Esos minutos de silencio, en los que estamos haciendo un esfuerzo mental por entender qué significan, se convierten casi en un examen de admisión para la universidad. ¿Cuántos más casos que ayer? ¿qué significan estos números? ¿la curva se aplana? ¿lo estamos logrando?

No sé si a ustedes les pasa, pero esos minutos dan una sensación extraña en el estómago. No han pasado ni 30 segundos y los chats de WhatsApp empiezan a “repicar” como series de arbolito de Navidad.

Nunca falta la pregunta “¿cuántos casos nuevos?” Al que inmediatamente varias personas le responden: unas respuestas más ejecutivas y directas; otras más extensas con comentarios subjetivos de interpretación intuitiva y rápida.

Lo cierto es que “ese número” nos define el estado de ánimo sin recordar que al día siguiente será lo mismo. Cuando hablamos de datos, hablamos de cuatro características básicas; volumen, variedad, velocidad y veracidad.

Si quisiéramos validar estas características con la situación actual podríamos hacerlo así:

Volumen: la cantidad de casos nuevos que se van acumulando día con día, lo que nos permite generar un comparativo con el día anterior y con la cantidad total en otros países para poder interpretar nuestra realidad. Variedad: adicional a la cantidad de casos totales y nuevos reportados, contamos con otros datos generados a partir de la misma situación y que cambian de un día otro.

Con estos, podemos hacer comparativos y crear correlaciones simples (un ejemplo más complejo serían las simulaciones): ¿cuántas personas fueron descartas? (Inmediatamente calculamos que de cada 10 sospechosos, 1 resulta positivo). ¿Cuántas personas hospitalizadas? ¿Cuántas en unidad de cuidados intensivos? ¿en cuál provincia están? ¿de cuáles edades son?, etcétera.

Pero también hay factores que ya existían, que al compararlos con los “nuevos datos” nos dan un contexto más amplio: ¿cuál es la capacidad de nuestros hospitales? ¿cuántos ventiladores hay para atender la emergencia? Entre más datos tengamos a mano, más amplia será nuestra interpretación de la situación y más exactas las soluciones planteadas.

Velocidad: ¿cuántos nos hemos vuelto adictos a revisar varias veces al día los dashboards en línea? Confieso que me sumo al grupo que revisa los datos en tiempo real de cómo la pandemia se extiende a nivel mundial. Agradezcamos a la tecnología por este nuevo vicio.

Veracidad: los datos son relevantes cuando los creemos, sean verdaderos o no. Por eso, la fuente es tan importante como la información en sí. En esta caso, los interlocutores deben ser expertos sobre tema, que gocen de una alta aceptación y credibilidad en su audiencia. Gracias ministro Daniel Salas.

Marian Bákit es Directora General de Ideas MCW

Email: [email protected]

Web: http://www.ideas.cr/