Tomás Gómez
En las épocas en que el PAC era implacable con los errores del Gobierno, levantando las banderas de la ética, Marcia González hubiera sido uno de sus blancos favoritos.
La jerarca sumó 20 meses en una cartera que siguió arrastrando problemas de hacinamiento carcelario, monitoreo de las tobilleras electrónicas, las estafas telefónicas desde las cárceles.
A la lista de temas polémicos se suma el envío de información incorrecta a las Naciones Unidas para la auditoría del sistema penitenciario nacional y a finales de enero, los desacuerdos de la Ministra con la Junta Administradora del Registro Nacional que provocaron la renuncia de tres directivos.
Un ministerio que no deja de ser complejo con una figura fuerte, de cepa PAC y muy cercana al Presidente.
OBSERVE MÁS Ministra de Justicia queda fuera del Gobierno por faltas tributarias
De hecho, siempre se señaló al mandatario Carlos Alvarado como escudero de González. Incluso cuando el medio digital AmeliaRueda.com denunció que una sociedad presidida por ella pasó años sin pagar el impuesto a las casas de lujo.
La destitución no llegó pero tan solo un día después de asegurar que se mantendría en su cargo, la ministra González renunció.
La dama poderosa
Abogada de profesión, Marcia González tuvo en Acción Ciudadana una plataforma para subir al poder.
Se convirtió en regidora en el 2002 y combinando esa labor con su trabajo en la empresa privada y organismos internacionales se fue posicionado dentro del partido rojiamarilo hasta llegar a ser candidata a alcaldesa de Santa Ana en el 2016.
Su fracaso como candidata -recibió apenas el 13% de los votos- no fue obstáculo para asumir la presidencia del PAC en el 2017 en medio del escándalo de importación del cemento chino, una crisis política que salpicó a caras reconocidas como el expresidente Luis Guillermo Solís, el diputado Víctor Morales Zapata y el exministro de Economía y ahora legislador Welmer Ramos.
OBSERVE MÁS Ministra de Justicia se aferra a su puesto: «sé que cometí un error y lo subsané»
La suerte estuvo de su lado y le permitió capitenear a la agrupación hacia una nueva elección presidencial donde arrancó con nulas expectativas y terminó por obtener una victoria contundente en la segunda ronda del 2018.
Carlos Alvarado la anunció entonces como una de las fichas oficialistas en el autodenominado “Gobierno de Unidad Nacional”.
González cambió su oficina del PAC, en San Pedro, por el despacho de Ministra, localizado en el Registro Nacional de Zapote.
Fue a escasas cuadras de ahí, justo en Casa Presidencial, donde se empezó a notar el protagonismo que fue ganando la jerarca dentro del “Gobierno de Bicentenario”.
Aunque no tenía oficina asignada en la sede del Poder Ejecutivo su presencia era recurrente en las actividades de prensa y su cara comenzó a aparecer en proyectos que no se relacionaban directamente al cargo.
Así, González figuró en la aprobación de leyes de la OCDE y las investigaciones por el ingreso de la Fuerza Pública a la UCR en el marco de la Huelga contra el Plan Fiscal.
Su protagonismo, incluso, la metió en las quinielas para sustuir a los ministros de la Presidencia y Relaciones tras su caída y se mencionó su nombre para una diputación y hasta la candidatura presidencial del 2022.
Un ministerio sin solución
Que el país se quede sin Ministro de Justicia no es noticia nueva.
Una cartera con responsabilidades como administrar los centros penales, fungir como abogado del Estado y hasta encargarse del Registro de la Propiedad está permanente en el ojo público.
Los últimos gobiernos han llegado a sumar hasta cuatro jerarcas en la institución, una rotación a la que la actual administración no ha sido ajena.
La primera renuncia se dio a los cuatro meses de gestión cuando Isabel Porras dejó el viceministerio de asuntos penitenciarios, pero el escándalo mayor estaba por venir.
En mayo, el entonces viceministro administrativo, Fabián Solano, fue denuciando por una funcionaria por el envío de pornografia homosexual con el teléfono institucional.
Solano fue suspendido y tras una investigación se le impuso una sanción de 15 días que nunca llegó a cumplir pues renunció antes de que iniciara el periodo de castigo.
Plata, impuestos y lealtad
El poder de Marcia González en el PAC era también un asunto de dinero.
Los ₡27 millones invertidos en bonos del partido la convirtieron en una de las mayores contribuyente de la campaña que puso a Carlos Alvarado en la silla presidencia desde donde tanto la defendió.
Ante cada escándalo de Justicia el mandatario salió a respaldar la continuidad de la jerarca sin importar el desgaste de su imagen política.
Eso implicó incluso defenderla cuando una investigación de AmeliaRueda.com develó sus deudas con el fisco.
Por el mismo hecho había caído meses antes el viceministro de Hacienda Nogui Acosta pero la cobija del respaldo al parecer se iba a extender más a favor de González.
En una conferencia de prensa celebrada el jueves la entonces ministra dijo que su error estaba subsanado y a través de Twitter el presidente cumplió con la tradición de protegerla y reafirmarla en el cargo.
Las críticas, sin embargo, pudieron más y pese al compadrazgo y pocas horas después se dio un cambio de criterio que dejó a la ministra fuera del Poder Ejecutivo.
Desde Orotina, Carlos Alvarado anunció que tomaba la palabra de su Ministra sobre “poner a disposición su cargo” y se materializó así la doceava baja de un gabinete que ya perdió al 50% miembros sin llegar a la mitad de su período.
