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Mi querida Jane Austen

Silvia Solano para El Observador Los siglos XVIII y XIX vieron nacer y crecer a una virtuosa novelista británica, Jane…

Por Desde la Columna

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Mi querida Jane Austen
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Silvia Solano para El Observador

Los siglos XVIII y XIX vieron nacer y crecer a una virtuosa novelista británica, Jane Austen. Maestra en el arte de la ironía con la que sazonaba de comicidad a sus novelas. Austen fue una narradora con una gran capacidad de desentrañar los entresijos de una sociedad mucho más compleja que la dictada por las normas y apariencias de la época.

De sus novelas, siempre románticas y con una narrativa exquisita; me impresiona la particularidad de sus héroes y heroínas que fueron formados con una capacidad atípica para imaginar sus destinos como algo en lo que ellos podían incidir. Creó personajes dueños de sus destinos, de fuertes principios morales, forjando sus presentes y siempre en sincronía con los propios valores morales y humanos.

En alguna ocasión la escritora chilena Marcela Serrano haciendo mención de Jane y su libro Orgullo y Prejuicio, dijo lo siguiente: “Ella le mostró al mundo que podía existir una mirada y una escritura alternativa a la del canon establecido. No tenía educación ni ‘permiso’ para hacerlo, fue altamente denostada por sus contemporáneos (y por los que le siguieron) y sin embargo continuó, con enorme sentido del humor y poder de observación, e instaló una forma nueva de narrar que no hace más que crecer con el tiempo”.

1. En Persuasión, conocemos a una mujer ejemplar, Anna, quien dice: “Mi idea de la buena compañía, señor Elliot, es la compañía de la gente perspicaz, bien informada, y que tiene muchas cosas que decir; es lo que yo considero una buena compañía”

Una gran frase que nos comparte y nos hace así confidentes de una historia de amor inicialmente truncada. No por nimiedades sino porque su corazón no puede ignorar los propios principios y las lealtades que nunca están en venta. Al menos no para Anna.

La historia también nos muestra una contraparte sensible, caballerosa y valiente; el Capitán Wentworth quien en una carta que escribe a Anna, nos dice “No ose decir que el hombre olvida más rápidamente que la mujer, que su amor muere antes. No he amado a nadie más que a usted. Puedo haber sido irrazonable, débil y resentido, pero nunca imprudente.”

2. En Orgullo y Prejuicio conocemos a la señorita Elizabeth Bennet, una mujer excepcional y drástica. Con una manera de ser muy sencilla y una forma de pensar extremadamente elocuente.

Lizzy menciona en una frase: “Mr Darcy, I am very selfish creature; and, for the sake of giving relief to my own feelings, care not how much I may be wounding yours”. Así nos demuestra su brutal honestidad, siempre en guardia para no ser quien no desea ser. Pero también aprende a ceder, a bajar la guardia y abrir su corazón. Lo menciona en la novela así: “And never had she so honestly felt that she could have loved him, as now, when all love must be vain”

Y está Mr. Darcy, un digno compañero que a primera vista es poco comprendido. Un honorable caballero quien le habla así a la mujer que brilló en su corazón: “If you will than me’, he replied, ‘let it be for yourself alone. That the wish of giving happiness to you, might add force to the other inducements which led me on, I shall not attempt to deny. But your family owe me nothing. Much as I respect them, I believe I thought only of you”

3. Por último, La abadía de Northanger es tal vez una de sus novelas menos famosas. Austen, a través del personaje de Catherine Morland nos deleita con su amor por la literatura más oscura. Henry, un querido amigo de Catherine menciona una inequívoca verdad cuando nos dice, “The person, be it gentleman or lady, who has not pleasure in a good novel, must be intolerably stupid”.

A Catherine le apasionan las novelas de intrigas y horrores y éstas le juegan una mala pasada. En complot con su propia imaginación, se permite creer que crímenes oscuros pudieron haber sido cometidos llevándola así, por peligrosos caminos.

“The mere habit of learning to love is the thing” dice una hermosa frase en ésta novela. Si nos habituamos a amar y aprendemos a dar y ser amor, nuestra vida no será la misma. Será indudablemente mejor, más plena.

Silvia Solano,  es amante de la literatura, los viajes y las buenas historias.
Blog: https://silabril.wordpress.com