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Nicaragua despide al “Poeta de Hispanoamérica”, Ernesto Cardenal

Entre lágrimas y tertulias, intelectuales, políticos, jóvenes y diplomáticos extranjeros rindieron homenaje este lunes al poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto…

Por Sergio Arce

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Nicaragua despide al “Poeta de Hispanoamérica”, Ernesto Cardenal
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Entre lágrimas y tertulias, intelectuales, políticos, jóvenes y diplomáticos extranjeros rindieron homenaje este lunes al poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, quien murió la víspera a los 95 años.

“Te has unido al universo de la creación. Nicaragua, tu cuna y amada patria, llora tu partida”, expresaron los estudiantes del colegio Pierre y Marie Curie durante su vela en Managua.

Más de un centenar de personas se reunían en el espacio reducido de una funeraria, algunos llorosos pero muchos otros recordando al poeta en amenas conversaciones.

“A Ernesto lo distinguía su amor por Nicaragua”, expresó la poetisa nicaragüense Gioconda Belli, quien compartió muchos viajes y encuentros con Cardenal, a quien consideró “un maestro”.

Cardenal murió el domingo en un hospital de la capital nicaragüense a causa de un paro cardíaco, tras sufrir una descompensación generalizada.

“Fue más de un año de enfermedades y hospitalizaciones” en las que nunca dejó de escribir y publicar poesías, contó a la AFP su asistente, la escritora Luz Marina Acosta.

Sus restos fueron velados en un sencillo ataúd de madera color marrón, junto a una fotografía en la que luce con su famosa boina negra de guerrillero que recuerda, según varios de los asistentes, su “ejemplar” vida como sacerdote y poeta revolucionario.

En medio de la lucha contra la dictadura somocista, derrocada en 1979, Cardenal decía a los guerrilleros sandinistas: “Con Cristo empezó el pensamiento revolucionario”.

Gran parte de su obra, como “Hora Cero”, “Oración por Marilyn Monroe y otros poemas” y “La Revolución perdida” fue traducida a más de 20 idiomas.

“Muy triste su muerte porque él era muy querido en México”, relató emocionada a la AFP la embajadora mexicana en Nicaragua, Carmen Moreno, quien dijo que en su país “los jóvenes, sobre todo, lo perseguían para que firmara sus libros, les platicara; muchos sabían sus poemas”.

Su partida “es un gran tristeza”, acotó el embajador de Uruguay, Jorge Juro, durante la vela en la que se armaron amenas tertulias. Era “un hombre de altos ideales y nunca renunció a ninguno de ellos”.

Para Úrsula Syej, una alemana radicada en Nicaragua, “su combinación de sencillez y su visión cósmica del mundo nos fascinó”

“Nosotros en Alemania lo queríamos mucho”, comentó a la AFP.

Polémico duelo

El gobierno de Ortega decretó tres días de duelo nacional en memoria de Cardenal y anunció que se sumará a las ceremonias de “despedida de este hermano nicaragüense”.

“Ernesto constituye un orgullo nicaragüense”, elogió este lunes la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo.

Pero opositores e intelectuales denunciaron el gesto como un “cinismo”, debido a que Cardenal siempre “se sintió perseguido” por la pareja presidencial, dijo Belli.

“El Gobierno es muy bueno para honrar a los muertos, pero muy malo con los vivos”, reclamó la poetisa.

Cardenal fue ministro de Cultura durante la Revolución Sandinista (1979-1990), que encabezó Daniel Ortega, pero luego se convirtió en su acérrimo crítico y lo acusó de “dictador” por aferrarse al poder después de su retorno al gobierno en 2007.

El exvicepresidente y diputado oficialista Jaime Morales consideró, sin embargo, que el duelo oficial fue un acto “noble, oportuno e inteligente”.

Los actos fúnebres de Cardenal inician seguirán el martes con una misa de cuerpo presente en la catedral de Managua.

Los restos de Cardenal serán cremados y sepultados el sábado en la isla sureña de Solentiname, donde en 1966 el sacerdote creó una fundación de la orden trapense para que los campesinos aprendieran a pintar y escribir poesía.

“Le tenía mucho amor a Solentiname”, recordó uno de sus amigos, Carlos Schueze.

En esa isla, en la que una vez dijo que fue “muy feliz”, el poeta escribió uno de sus famosos libros, “El evangelio de Solentiname”.