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Nubarrones oscurecen el horizonte económico del país

Factores internos y condiciones que afectan a los principales socios comerciales de Costa Rica, crean para la segunda mitad de…

Por Juan Pablo Arias

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Nubarrones oscurecen el horizonte económico del país
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Factores internos y condiciones que afectan a los principales socios comerciales de Costa Rica, crean para la segunda mitad de 2019 un nubarrón que oscurece el horizonte económico del país, lo que se podría traducir en una tímida cifra de crecimiento económico y un estancamiento del desempleo.

“Los 12 meses que tenemos por delante no serán fáciles. Experimentaremos la puesta en práctica de las medidas fiscales que adoptamos y como país tenemos aún retos grandes y dificultades que atender”, dijo el Presidente Carlos Alvarado el pasado 2 de mayo, en su rendición de cuentas a los diputados.

Se refirió a la entrada en vigor, el próximo 1º de julio, de las reformas a los actuales impuestos de ventas y de renta, lo que golpeará el bolsillo de todos los costarricenses.

Este cambio se da en un contexto de bajo crecimiento de la producción. Según las estimaciones del Banco Central de Costa Rica, contenidas en el Programa Macroeconómico, la actividad económica crecería este año un 3,2%, una cifra que se ubica por debajo del crecimiento potencial estimado para Costa Rica, alrededor de 3,5% y del promedio del periodo 2012-2017. 

Otro indicador que levanta suspicacias es la contratación laboral. De acuerdo con la última Encuesta Continua de Empleo, durante el trimestre enero-marzo aumentó el desempleo en unas 47.000 personas. Por eso no sorprendió que el Presidente Alvarado mencionara la palabra “desempleo” en 6 ocasiones durante su alocución ante la Asamblea Legislativa. 

Tampoco se espera que esta situación mejore, de acuerdo la Encuesta trimestral sobre opinión de empresarios, elaborada por el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica.

En comparación con el promedio de los últimos nueve años (para los segundos trimestres), todos los sectores empresariales mostraron un menor nivel en la expectativa neta de empleo, de al menos 9 puntos porcentuales. La reducción más significativa se da en los sectores agropecuario y comercio. 

“Esta es la primera vez que las expectativas netas de empleo muestran un resultado negativo para un segundo trimestre”, señala el estudio. El 70% de los 470 gerentes de empresas que respondieron la encuesta dijeron no anticipar cambios en las contrataciones de mano de obra; el 13% espera incrementos y un 17% prevé reducciones.

Otra alerta proviene del sector exportador, en especial del régimen definitivo, que no crece con tanta velocidad como las zonas francas. Este sector se ha visto afectado fuertemente por factores climáticos y por la crisis en Nicaragua, pues afecta tanto las ventas a ese país, como al resto de Centroamérica.

Según datos del Banco Central para el primer bimestre del año, las ventas de empresas del régimen definitivo disminuyeron un 6,8% debido al efecto combinado de la reducción en la oferta exportable de banano y piña, así como de productos manufacturados (azúcar, café́ y preparaciones para bebidas gaseosas). 

“Cuando el Presidente habló de actividad económica, dejó de lado que la industria manufacturera fuera de zona franca tiene 9 meses consecutivos de caída y eso, unido al desempleo del 12% que aqueja al país, nos preocupa”, reclamó Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias.

Esta desaceleración de las empresas del régimen definitivo ya se ha visto reflejada en las exportaciones.

A estos problemas hay que sumar la dificultad que tiene el país para encontrar fuentes de financiamiento que no causen presión en el mercado financiero, con el fin de evitar un encarecimiento de los préstamos de las familias y las empresas. El Gobierno insiste en una emisión de eurobonos, cuyo monto no es bien visto por todos los diputados.

Socios externos en problemas

Los principales socios comerciales de Costa Rica -y el mundo en general- tampoco atraviesan por un buen año.

En abril pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI), revisó a la baja las proyecciones de crecimiento de la economía mundial para el 2019; pasó del 3,5% que previó en enero pasado a un 3,3%. 

De acuerdo con el Fondo, esta nueva estimación refleja el efecto de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, así como el deterioro en los indicadores de confianza de las empresas y la agudización de la incertidumbre en torno a la política económica. 

“Hace un año, dije, ‘reparemos el tejado ahora que brilla el sol’. Hace seis meses, señalé que se avecinaban tormentas. Hoy el tiempo está cada vez más ‘inestable’. ¿Qué quiero decir con eso? (…) Hace solo dos años, el 75% de la economía mundial experimentó un repunte. Este año, prevemos que el70% de la economía mundial experimente una desaceleración”, manifestó el 2 de abril pasado la directora general del FMI, Christine Lagarde.

En particular, para Estados Unidos -principal socio comercial de Costa Rica- las previsiones indican que crecería un 2,3% en 2019 y un 1,9% en 2020 (0,2 puntos porcentuales menos y un aumento de 0,1 en comparación con la estimación de enero, respectivamente). 

El ajuste a la baja incorpora el impacto del cierre del Gobierno y un gasto fiscal más bajo de lo anticipado, mientras que la leve revisión al alza para 2020 responde a una mejor perspectiva en torno a la política monetaria. 

Para la zona del euro, otro importante socio comercial del país, se proyecta un crecimiento de 1,3% en 2019, y un repunte a 1,5% en 2020, cifras que son menores en 0,3 y 0,2 puntos porcentuales a los niveles previstos previamente. 

En lo que respecta a China, los pronósticos mejoran en 0,1 puntos porcentuales hasta 6,3% en 2019, asociado al impacto de las medidas de política fiscal expansiva aplicadas (menos impuestos), pero se redujo en 0,1 puntos porcentuales el crecimiento de 2020 hasta 6,1%. 

También preocupa el costo de los hidrocarburos. El precio promedio de contado del barril de petróleo WTI cerró en marzo en $58,1, lo que representó un aumento de 5,5% respecto a la cotización media de febrero. 

Mientras tanto, los precios de los contratos a futuro con entrega en julio y setiembre de 2019 ascendieron en promedio a $59,2 por barril, como resultado de las sanciones impuestas por parte de Estados Unidos a las ventas de crudo de Irán y Venezuela; así́ como a la reducción en la oferta de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Crudo (OPEP).

Con el FMI coincidió la Comisión Económica para América Latina (Cepal). De acuerdo con este organismo, los principales riesgos para el desempeño económico de la región de cara al 2019 siguen siendo una menor tasa de crecimiento global, el bajo dinamismo del comercio mundial, y las condiciones financieras que enfrentan las economías emergentes. 

Así las cosas, este año, el país deberá esforzarse por navegar en aguas seguras para poder sortear los efectos de los nubarrones en el horizonte.

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