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OIJ recibe entre 10 y 15 denuncias mensuales por timos con pruebas de manejo

La sede central del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en San José, recibe entre 10 y 15 denuncias mensuales por…

Por Paulo Villalobos

Tiempo de Lectura: 2 minutos
OIJ recibe entre 10 y 15 denuncias mensuales por timos con pruebas de manejo
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La sede central del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en San José, recibe entre 10 y 15 denuncias mensuales por aparentes timos ejecutados por organizaciones de “gavilanes”, relacionados a las pruebas necesarias para obtener la licencia de conducir.

Dicha cifra la expuso ante la prensa la mañana de este viernes el investigador de la Sección Especializado de Tránsito, Mario Mora.

En promedio, los afectados reportan pérdidas de entre ¢300 mil y ¢3 millones. Las cifras varían según la urgencia de los usuarios.

La mayoría de los casos se registran en la capital, aunque el especialista fue claro en indicar que igualmente se reportan hechos similares en todas las oficinas regionales del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), en las que se realizan pruebas de manejo.

Modalidad

Los grupos de “gavilanes” tienen dos formas de operar: por medio de perfiles falsos en Facebook; o bien, de forma personal, ofreciendo ayuda a quienes fracasaron con los exámenes teóricos o prácticos.

En ambos casos, el interesado recibe un número de teléfono con un nombre (falso), donde le dan instrucciones para revertir el resultado de la prueba.

Dicho proceso tiene un costo de entre ¢30 mil y ¢100.000 e inicia con:

  • Un punto de encuentro para reunirse con una persona vestida, que se hace pasar por funcionario del Consejo.
  • Ahí, la persona accede a pagar por el “servicio” y a cambio recibe un documento que acaba por ser falso, aunque la persona no lo sabe.
  • Con habilidad, el timador ofrece “aprovechar” para hacer el mismo proceso para conseguir la licencia.
  • De nuevo el interesado paga por el trámite (esta vez entre ¢50 mil y ¢200.000) y el estafador procede a pedirle a la persona que se tome una fotografía con su celular.
  • Posteriormente le pide el teléfono para ir a imprimir el cartón y acuerda una segunda reunión en otro lugar a una determinada hora.
  • El timador no regresa y, cuando el usuario se apersona a la oficina para reclamar su teléfono, otra persona (con apariencia “normal”) lo intercepta ofreciéndole su colaboración por dinero.
  • Una vez más, el interesado es estafado.

Mora explicó que con esas técnicas, los delincuentes logran sustraer unos ¢5 millones diarios.

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