Juan Pablo Arias
La ejecución de inversión pública por debajo de las cifras esperadas es uno de los lastres que frenan el desempeño económico del país y que llevaron al Banco Central de Costa Rica a revisar a la baja el pronóstico de crecimiento de la producción para este año.
“Es uno de los factores que explica la reducción del crecimiento, del 3,2% al 2,2% que prevemos para el 2019… y no es una parte menor”, afirmó Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central durante la presentación de la Revisión del Programa Macroeconómico 2019-2020.
La disminución de un punto porcentual convierte la estimación de crecimiento económico de este año en la cifra más baja desde el 2009, cuando el país decreció por los efectos de la crisis económica internacional.
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Ejecución fallida
Sin entrar en detalles, el jerarca explicó que los proyectos que ese subejecutaron son de gran tamaño y que han enfrentado problemas en los trámites licitatorios o se están ejecutando más lentamente de lo que se había proyectado.
Además, resaltó que las estimaciones del Banco Central en enero, relacionadas con ejecución de inversión pública, ya incorporaban un ajuste sobre la capacidad de ejecución histórica que han mostrado las distintas instituciones públicas.
Esto significa que ya se preveía algún nivel de subejecución, pero no en los niveles que se registran actualmente.
“Se está dando una subejecución más importante de la que tradicionalmente ha visto Costa Rica. Y esto sí es algo que nos llama la atención, porque requiere que le demos seguimiento a estos proyectos de manera que no se conviertan en un factor de ralentización de la economía, cuando necesitamos que la economía se acelere”, sentenció Cubero.
El presidente del Banco Central puntualizó que hay dos grupos de proyectos que son los más afectados: los de infraestructura vial, que han enfrentado problemas en el proceso licitatorio ante la Contraloría y otros que tienen que ver con acueductos y alcantarillados.
El documento del Programa Macroeconómico, no obstante, añadió otros proyectos, como los de generación eléctrica (proyecto geotérmico Borinquen) y deportes.
Se preveía el ajuste
Para el economista Gerardo Corrales, el ajuste a la baja era previsible desde la primera versión del Programa Macroeconómico, porque las estimaciones de enero tenían debilidades.
“Yo en enero dije que el Programa Macroeconómico era demasiado optimista, porque estaba recargado en la obra pública. Y todos sabemos como es aquí, que todo se atrasa o se subejecuta. Además, ya se esperaba una caída en las exportaciones de piña y banano que tampoco se incorporó”, señaló.
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Para el economista, el país atraviesa por una situación crítica y se debe dar prioridad a la reactivación económica. “Yo creo que todo obedece a una crisis de confianza e incertidumbre”, aseveró.
Con esta última afirmación coincidió Luis Diego Herrera, analista financiero de la firma bursátil Acobo, quien opinó que la falta de confianza de las personas y las empresas redundan en un freno al consumo.
“La recuperación de la confianza toma tiempo y lo más importante es que requiere acciones concretas que generen dicha confianza”, comentó.
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En su opinión, las estimaciones sobre las demás variables de la economía se comportan de acuerdo con la reducción en la producción y con un entorno internacional a la baja: exportaciones con poco dinamismo, menor nivel de importaciones e inflación sin presiones al alza.
“En lo que resta el año las autoridades deben enfocar sus esfuerzos en restituir la confianza de la ciudadanía para que las personas se atrevan a invertir y consumir”, dijo.
