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¿Por qué mucha gente siente una repentina fascinación con el ministro de Salud, Daniel Salas?

Memes, muñecos, piñatas, galletas y queques… artículos y productos que tienen un elemento en común: la imagen de Daniel Salas,…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 5 minutos
¿Por qué mucha gente siente una repentina fascinación con el ministro de Salud, Daniel Salas?
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Memes, muñecos, piñatas, galletas y queques… artículos y productos que tienen un elemento en común: la imagen de Daniel Salas, ministro de Salud de Costa Rica, que se ha convertido en una figura mediática a la luz de la emergencia sanitaria que vive el país -y el mundo- producto del coronavirus.

Y es un personaje que ha despertado una repentina fascinación entre un amplio sector de la sociedad, que no deja de destacar sus cualidades como funcionario así como sus atributos físicos, a partir de la irrupción en el mercado de los artículos antes mencionados.

Salas, con una maestría en Epidemiología Aplicada a los Sistemas de Salud, ha estado al frente de la estrategia nacional en la lucha contra esta pandemia, que en el país ha cobrado seis vidas y ha enfermado a 669 personas, de las cuales 150 se han recuperado.

En el mundo la enfermedad ha matado a 175.438 personas y enfermado a 2,5 millones de personas, con especial impacto en Estados Unidos, Italia, España, China, Francia y Reino Unido.

El t¡tular de Salud suele dirigirse al país cada día, minutos antes de la 1:00 p.m., para dar cuenta del estatus de la enfermedad: casos positivos, recuperados, hospitalizados, fallecidos y, posteriormente, responde preguntas de la prensa. Un ritual que se repite desde mediados de marzo cuando el país declaró emergencia.

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¿Cómo se explica esta fascinación?

El Observador consultó con dos sociólogos de la Universidad Nacional, quienes explicaron las causas de esta admiración, que también se ha repetido en naciones como en México con el subsecretario de Salud, Hugo Lopez-Gatell, cuya popularidad se ha disparado desde que está al frente de la estrategia local contra el COVID-19.

Abelardo Morales aseguró que existen tres condiciones: Salas se ha convertido en el referente del sistema de seguridad social de Costa Rica, exhibe conocimiento en el tema epidemiológico y tiene la cualidad de trasmitir los mensajes de manera clara, llana y sin grandilocuencias, dijo.

Por su parte, el sociólogo Alberto Rojas comentó que la figura del ministro representa un sentido de seguridad en tiempos cuando reina la incertidumbre ante el actual panorama y el que se avecina.

Para este académico, Salas suele transmitir un mensaje que transmite confianza y credibilidad, lo cual suele se asume como un sex appeal por parte de un porcentaje de la población.

Morales, incluso, no quitó el dedo al hecho de que el confinamiento ha disparado el ingenio de los costarricenses, que se ha visto reflejado en la comercialización de productos como muñecos y galletas con la imagen del funcionario.

Una de las personas que no desaprovechó la coyuntura es Maikol Villalta, vecino de Sabanilla y quien crea muñecos personalizados con la figura de Salas.

En entrevista con este medio, Villalta se mostró sorprendido por la respuesta de la gente cuando salió el posteo en su perfil en Facebook (Maik’s Customs CR), el lunes pasado, con el primer muñeco.

En cuestión de horas ya tenía decenas de solicitudes para que él les vendiera uno, aunque por ahora el número de entregas será muy limitado, dado que él trabaja solo y cada muñeco requiere al menos 48 horas para su confección. Esto sin contar con muñecos con la imagen de personajes de películas y series que también tiene en lista de espera.

Villalta contó que cada muñeco mide entre 8 y 9 cms y su precio ronda los 30.000 colones. Y una parte del dinero que recibe se destina a la confección de caretas de plástico para la protección contra el coronavirus. Su meta es entregar un lote de estos productos a la Cruz Roja.

Como dato curioso, Villalta contó que la esposa del ministro Salas lo contactó para comprarle un muñeco y regalárselo al jerarca.

Y este emprendimiento nació luego de que él se quedara sin trabajo tiempo atrás y decidiera dedicarse a la elaboración de este tipo de muñecos.

Este josefino reconoce que la fascinación que sienten los costarricenses con el responsable de la cartera de Salud le ha deparado mucho trabajo y lo agradece, en momentos cuando hay empresas que atraviesan dificultades para operar en el contexto actual.

Otro negocio que no desaprovechó esta admiración hacia Salas es Miguitas Bakery. Es una pyme tibaseña que se dedica a preparar y vender bocadillos gourmet para perros.

Y a la luz de la “fama” que ha adquirido la cabeza del ministerio, la responsable de la empresa lanzó una línea de galletas de vainilla y almendra para los dueños de los animalitos, y otra con pollo y verduras para las mascotas.

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Efecto en Estados Unidos y Brasil

Anthony Fauci lidera la estrategia contra el coronavirus en Estados Unidos y muchos ciudadanos ya lo veneran por su rol y manera de informar en la pandemia. (Imagen tomada de tienda Bombutee)

El mismo efecto que provoca el ministro Salas en nuestro país se replica en naciones como Estados Unidos con Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, a quien los estadounidenses admiran por su conocimiento.

No solo aparece en las conferencias de prensa diarias de Donald Trump en su rol de principal asesor médico de la Casa Blanca sobre la pandemia de COVID-19. Su rostro también está estampado en camisetas, en tazas de café e incluso en donas.

Es que para muchos, este epidemiólogo de 79 años, estatura baja y un fuerte acento de Brooklyn, es el nuevo héroe nacional: un científico que dice la verdad a una nación aterrorizada y liderada por un presidente que a veces muestra escasa comprensión de los hechos.

En Brasil, Luiz Henrique Mandetta es la persona más prominente y con mayor respeto en una nación liderada por un presidente, Jair Bolsonaro, que le ha restado todo tildado de seriedad a esta pandemia.

Fue el único ministro en oponerse con firmeza y una calma aparente a un Bolsonaro que minimizaba la “gripecita” del coronavirus y hacía una abierta y provocadora campaña contra el aislamiento social, adoptado en buena parte de Brasil y del planeta (recomendado por la Organización Mundial de la Salud), alegando que quería evitar una debacle económica y un drama social.

Pese a rumores de destitución y a las humillaciones públicas del mandatario, que desoyó varias veces sus recomendaciones con salidas a las calles de Brasilia para saludar a sus seguidores, Mandetta se mantuvo en el cargo con una buena dosis de equilibrismo y astucia política, con el argumento de que “un médico nunca abandona a un paciente”. Pero el jueves pasado fue destituido por “falta de humildad”, según Bolsonaro.

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