Tomás Gómez
Exaltado, a gritos y haciendo uso excesivo de ademanes, el Presidente Carlos Alvarado se despidió de Guanacaste, a donde fue para conmemorar el 195 aniversario de la Anexión del Partido de Nicoya.
“Y a las que nos detienen, no nos vamos a dejar que nos detengan. Que vivan la anexión y que viva, que viva, que viva Costa Rica”, vociferó el mandatario en el Parque Central de Nicoya donde fue parte de la sesión del Concejo Municipal.
Lo hizo acompañado de su gabinete, los regidores nicoyanos y los gritos de los manifestantes que le reclamaban soluciones de vivienda y frenar el proyecto de regulación de huelgas.
Durante su gira por Guanacaste, a Alvarado lució inusualmente exaltado. En varios ocasiones cerró sus discursos con vivas para Costa Rica, para Guanacaste y la anexión en un tono bastante eufórico lo que no es característico de su estilo.
Hoy elevó mas el tono ante las consignas que levantaban unos pocos de los presentes en el parque, situación que se repite cada 25 de julio, con cada Presidente de la República que ha llegado a la conmemoración de la Anexión.
Lo otro que pareciera también molestó al mandatario fueron las constantes preguntas de la prensa sobre la salida del Gobierno de su ministro de la Presidencia Rodolfo Piza. Lo que hoy no quiso responder.
Mujeres en el Parque de Nicoya. Foto por Tomás Gómez 
Personas en el parque de Nicoya. Foto por Tomás Gómez
En el parque
Quienes protestaron en el acto oficial que se realizó en el parque de Nicoya, llegaron horas antes que el mandatario y tomaron posición frente a la tarima donde cerca del medio día el presidente del Concejo municipal, Saúl Cárdenas abrió la sesión.
Desde que se anunció la llegada del presidente al lugar los silbidos comenzaron a sonar y los gritos que pedían su renuncia se intensificaron.
En medio del calor guanacasteco, las camisas rojas de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) fueron mayoría, cumpliendo su amenaza de hacerse sentir ante el presidente, sin embargo, el parque no estaba abarrotado de asistentes.
Junto a ellos se encontraban los vecinos de Liberia que reclamaban por atrasos en la entrega de los bonos de vivienda y un grupo de mujeres que al ser cuestionadas por sus molestias indicaron que sería mejor preguntarles por cuáles puntos no.
Cuando Carlos Alvarado tomó la palabra lo hizo en un tono vehemente que fue pasando al enojo y los gritos.
El presidente comentó algunos de los puntos que había tocado durante su visita a la provincia para luego hacer mención de los problemas que enfrenta el país. “No nos vamos a dejar que nos detengan”, gritó, tal como lo hacían también loa manifestantes.
