¡Qué trabajo más chiva!: Paseador de perros

• Publicista y veterinario empezaron negocio hace seis años en Escazú

El publicista Demián Freer nunca imaginó que un acto de bondad le abriría las puertas para comenzar una empresa dedicada a pasear perros llamada DogWalkersCR.

“En ese entonces estaba trabajando desde la casa y aprovechaba para sacar a mis dos perros. Al pasar por la casa de una vecina veía a sus perros encerrados y le pedí permiso para sacarlos. Luego una amiga de ella se “antojo” y me pidió el favor. Ella insistió en pagar. A partir de ahí empece a pasear a nuestras mascotas con una camisa que decía caminador y la gente en la calle me empezó a preguntar”, explicó.

Siete años después, Freer junto a su amigo veterinario Ricardo Jiménez han visto crecer este emprendimiento. Hoy cuentan con siete paseadores y un supervisor que les ayudan a cumplir con rutas establecidas en Escazú, Rohrmoser, Sabana y Santa Ana.

Ambos socios están conscientes de que no fueron los primeros en desarrollar este concepto, pero sí de hacerlo con un respaldo profesional.

Pero, ¿en qué consiste el día a día de un paseador experto?
Los ‘caminadores’, como Freer se refiere al puesto, tienen un trabajo altamente físico todos los días.

“Todos tienen una ruta establecida que se divide en cuatro o cinco sectores de dos o tres kilómetros y usualmente se completa en unos 45 minutos”, explica Freer quien añade que el número de perros en cada ‘manada’ depende del tamaño de los mismos.

“Cinco mascotas si son pequeños y no más de cuatro si son grandes para que, de esta forma, sea una caminata de calidad y tengan su espacio. Sin embargo lo más importante es la energía de cada perro”, añade.

Es en este tema donde Freer hace hincapié. “Uno de los grandes detalles es que el perro sepa quién es el lider: el lider es el caminador”.

Para los socios este tema es importante ya que no hay una fórmula de razas que se complementen puesto que cada perro tiene su personalidad, la cual responde más a su entorno y edad, sin embargo esto se presta para que el grupo de paseo tenga variedad.

Incluso a la hora de aceptar nuevos clientes, los socios llevan a cabo entrevistas para determinar la personalidad de la mascota y de su dueño.

¿La mascota se parece al dueño?

“Claro que sí se parecen. Los clientes proyectan muchas cosas con sus mascotas, por eso vamos donde ellos a darnos un norte”.

En cuanto al lenguaje canino, Freer explica que si bien los perros pueden entender comandos en español eso no significa que entienden el idioma; sin embargo sí entienden por medio de la energía.

Uno de los canales por los cuales se transmite energía a la mascota es por medio de la correa. Freer aclara que hay una diferencia entre disciplina y maltrato por lo que su servicio también ayuda a fomentar una dinámica adecuada entre dueño y mascota.

La otra interrogante que surge es, ¿cómo una persona se convierte en paseador profesional?

“No importa si la persona es hombre o mujer, si tiene tatuajes o no, lo vital es que tenga la capacidad de sobrellevar la parte física”, comenta Freer quien explica que a la hora de contratar al personal se lleva a cabo un casting que empieza desde el momento que se pacta la cita.

Para ellos, lo más importante es la responsabilidad de la persona, ya que las capacitaciones están a su cargo. Además, cuentan con el respaldo de la clínica veterinaria de Jiménez, lo cual ha permitido formalizar los protocolos de la compañía y brindar respaldo al servicio.

Freer y Jiménez están claros que su proyecto ha crecido al punto de ser una compañía que presta un servicio pero no duda en aclarar cuál es la mejor parte de su trabajo.

“Sí, nos pagan. Pero hacer esto es un impulso…una inyección. Es una satisfacción saber que tantos perros que de otra forma pasarían encerrados, pueden cumplir con sus necesidades”, concluye Freer.

Además de prestar el servicio, DogWalkersCR organiza caminatas para dueños y mascotas el tercer domingo de cada mes.