Juan Pablo Arias
El ciclo de leve recuperación económica que había comenzado a partir de octubre de 2018 tuvo un freno en marzo anterior, de acuerdo con los datos más recientes del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), publicados por el Banco Central de Costa Rica.
Entre octubre de 2018 y febrero de 2019, la economía costarricense había estado reduciendo su proceso de desaceleración. Sin embargo, en marzo pasado la actividad volvió a dar señales de ralentización.
Esto significa que la economía sigue creciendo, pero cada vez lo hace con menor velocidad.
Para el tercer mes de 2019, el IMAE presentó un incremento interanual de 1,8%, lo que se tradujo en un crecimiento medio al primer trimestre de 1,9%, y de 2,3% en los últimos doce meses. Estos indicadores son inferiores a los de un año antes, cuando registraron 3,0% y 3,1%, respectivamente.
Los servicios empresariales, de enseñanza, salud y financieros explicaron el 60% de la variación interanual del indicador.
En comparación con marzo 2018, la mayoría de las actividades económicas moderaron su crecimiento, lo cual se reflejó en la desaceleración del indicador general. En el caso más extremo, la industria agropecuaria y el comercio mostraron un decrecimiento
De capa caída
La actividad agropecuaria se contrajo por sexto mes consecutivo (-1,2%), como resultado de los de choques de oferta, principalmente asociados a dos fenómenos:
- El fenómeno del Niño, que provocó una notable disminución de las precipitaciones en la provincia de Limón y que mantuvo una condición predominantemente seca en todo el país;
- El aumento de la producción exportable de piña de Filipinas y Tailandia, que propició una baja en los precios internacionales y una reducción en el número de hectáreas cultivadas en nuestro país. Los productos de mayor reducción son piña y banano, y en menor medida los cultivos de cebolla, chayote y hortalizas.
Sobre este tema, el presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria, Juan Rafael Lizano, manifestó su preocupación sobre el rumbo de la actividad, sobre todo ante lo que denominó “una ausencia de políticas de Estado” en beneficio del sector.
“No hay políticas de Estado. Ahora todo es contra la agricultura. Hay ambientalistas que se han dedicado a decir que envenenamos a la gente. En Costa Rica exportamos a 157 países y nunca nos han devuelto productos por contaminación, pero ahora se nos prohíbe registrar agroquímicos”, dijo.
También reclamó por el poco crédito que se dedica al sector productivo agropecuario. Aseguró que solo un 3% de las carteras de crédito del país son para la agricultura, cifra que no corresponde con la magnitud de los productos agrícolas dentro de las exportaciones (40% del total). Y lamentó que no se avance en un protocolo para los trabajadores migrantes que llegan al país para el periodo de cosechas.
“El agricultor está cansado y este es un Gobierno que se preocupa solo por el Valle Central”, dijo.
Por su parte, la manufactura creció 0,7%, debido al buen desempeño de las empresas del régimen especial (7,8%), particularmente, de la producción de implementos médicos (catéteres, equipos de transfusión e implantes mamarios).
En contraste, las empresas del régimen definitivo disminuyeron su actividad (-3,3%), en especial las vinculadas con la elaboración de productos de papel y bebidas.
Y la actividad comercial se contrajo 0,5%, tanto por la caída en la comercialización de vehículos, así como por la menor venta de aparatos eléctricos y de materiales de construcción, coherente con la evolución de las importaciones y con la moderación en el consumo de los hogares.
Finalmente, los servicios crecieron 3,4%, impulsados por las actividades empresariales, la enseñanza y salud, los servicios financieros y los servicios de información y comunicaciones.
