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Recursos de 50.000 solidaristas en vilo por crisis de Aldesa

Una parte de los ahorros que administran 30 asociaciones solidaristas estaría expuesta a las consecuencias de los problemas de liquidez…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Recursos de 50.000 solidaristas en vilo por crisis de Aldesa
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Una parte de los ahorros que administran 30 asociaciones solidaristas estaría expuesta a las consecuencias de los problemas de liquidez de la empresa Aldesa Corporación de Inversiones.

Así lo confirmó Gonzalo Meza, asesor legal de un grupo de estas organizaciones y quien ostenta su representación legal. Según sus cálculos, las asociaciones afectadas engloban a unos 50.000 trabajadores.

En opinión del experto, las agrupaciones se vieron inmiscuidas en este problema por haber “confiado” en la solidez y el prestigio del empresa. Esto las llevó a hacer inversiones por más de $10 millones (unos ¢6.000 millones).

Argumentan que por alguna razón que desconocen, los fondos que colocaron mediante Aldesa Puesto de Bolsa –auditado y supervisado por la Superintendencia General de Valores (Sugeval) – terminaron en Aldesa Corporación de Inversiones, el brazo privado de la compañía, que desde el 8 de marzo anterior suspendió sus pagos y solicitó al Poder Judicial una intervención que la salve de la quiebra.

“Es una empresa bastante antigua y con un perfil de seriedad, de responsabilidad de cumplimiento. En esa medida, cuando a las asociaciones les hablaban de Aldesa estaban viendo la parte que está en bolsa, la regulada”, explica Meza.

¿Por qué invirtieron en Aldesa?

El solidarismo, como figura social, no busca el lucro sino la generación de excedentes que se reparten al final de un periodo entre sus asociados.

Son diversas las formas que la ley habilita para colocar el dinero, entre ellas las inversiones por medio de puestos de bolsa.

Meza aseguró que fueron los asesores de Aldesa, mediante su puesto de bolsa, quienes buscaron a las asociaciones.  “Nos contactaron por la parte de oferta pública que ellos tienen, es decir Aldesa tiene tres empresas inscritas en bolsa legalmente amparadas a nuestra legislación”, dijo.

Los primeros negocios datan de hace cuatro años. Diferentes asociaciones, mediante acuerdos de junta directiva, fueron sumándose a las inversiones que se suponían bursátiles y de oferta pública.

De conservadores a sofisticados

El jurista argumenta que nunca se le consultó a las asociaciones si querían hacer inversiones en operaciones que no estuvieran reguladas.

Por su perfil, las solidaristas son inversionistas “conservadores”, lo que quiere decir que buscan seguridad y poco riesgo. Los proyectos en los que terminó su dinero son negocios de riesgo, que distan de esa expectativa y son más bien para los conocidos como “inversionistas sofisticados”.

El defensor de las asociaciones sostiene que el traslado de fondos nunca se le consultó a sus representados.

“Presentamos una denuncia formal para que se investigue, porque imagínese que a las asociaciones solidaristas quien les captó fue el puesto de bolsa y la plata termina en corporaciones sin recibir la autorización del cliente y eso es indispensable para que se pueda dar”, alegó Meza

Una “telaraña” en Aldesa

El abogado Meza explicó que bajo “el buen nombre” que históricamente construyó Aldesa se generaron otras estructuras a las que describe como una “telaraña”.

“Tienen detrás de ellos una gran cantidad de negocios que no están inscritos, que son negocios privados totalmente. Pero eso nunca se lo advierten, por lo menos a las asociaciones solidaristas. No les dijeron que las iban a llevar a un proyecto como Monte del Barco, por ejemplo, en Guanacaste que es un riesgo para el inversionista”, indicó.

“Hay una gran cantidad de personerías jurídicas diferentes. Incluso me he dado cuenta de que rotaban a los asesores. En algún momento a una asociación la visitaba un asesor del puesto de bolsa o se identificaba como el empleado del puesto de bolsa, pero en realidad después lo pasaban a la corporación. Le van cambiando el perfil a los puestos pero en un mismo grupo de interés económico. Entonces aprovechaban el buen nombre, la estructura oficial, todo lo que tenían de estructura para atraer recursos a inversiones de alto riesgo”, agregó.

Sede de Aldesa, en Curridabat. (El Observador)

El representante de los solidaristas señaló que desde finales del año pasado sus alarmas comenzaron a encenderse por los problemas de Aldesa.

En primer lugar, cuando salió a luz una deuda tributaria millonaria que mantenía la empresa.

“Hubo casos en los que Javier Chaves, presidente de Aldesa, personalmente visitó a estas organizaciones cuando se dio un tema de impuestos, diciendo que tuvieran calma, que las inversiones estaban seguras y que estaban bien invertidas”, narra Meza.

Con el paso de los meses, los rumores se incrementaron y luego se dejó de recibir el pago de intereses en enero pasado.

Un caso similar es el que relató el abogado Federico Campos, quien representa a otros de los afectados y quien aseguró que a sus clientes Aldesa les instaba a seguir invirtiendo “aún cuando ya sabía que la situación no iba bien”.

En su criterio, el ocultamiento de información configuró un fraude piramidal bajo la modalidad de “esquema de Ponzi”.

“Eso significa que seguían captando dinero de reinversiones e inversiones nuevas y en realidad la usaban para cubrir obligaciones a corto plazo”, aseveró.

El escenario que viene

La solicitud de intervención presentada por Aldesa fue rechazada en primera instancia. El recurso de revocatoria tampoco tuvo éxito y ahora espera la decisión del Tribunal de Apelaciones.

Consultado por El Observador, Javier Chaves afirmó recientemente que su empresa atenderá cualquier denuncia “con total transparencia y por la vía que corresponde”.

Meza no espera resultados antes de seis meses y advierte que las personas afectadas empiezan a perder la paciencia.

En caso de se decrete la quiebra de Aldesa, las solidaristas y 500 inversionistas más deberán disputarse los bienes que queden para saldar, al menos en parte, las pérdidas.

Una de las preocupaciones de Meza es que ante el escenario que se vive, los trabajadores comiencen a retirarse de las asociaciones.

“Podemos tener una desbandada”, advierte. “Son organizaciones de capital abierto, constitucionalmente no se puede retener los ahorros de los trabajadores, hay libre afiliación”, agrega.

Otro de los problemas que podría generarse es el reclamo de los asociados a la Junta Directiva que llevó sus fondos a Aldesa. “Vamos a tener asambleas muy difíciles ahora, explicándole a los trabajadores cuál fue la mecánica de actuación y que es lo que sigue en el proceso”, dice.

“Al final perdimos, perdimos por todo lado. Dejamos de ganar los recursos que invertimos. Nos sentimos engañados nos sentimos utilizados”, concluyó Meza.

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