Tomás Gómez
Sin decorar sus palabras, el presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Román Macaya, narró los desafíos que implica competir contra el resto del mundo por equipo y suministros para atender la pandemia de COVID-19.
“Los mercados no están funcionando como normalmente lo hacen”, dijo Macaya durante el fin de semana tras describir la situación como “canibalismo”.
En medio de atrasos, desabastecimiento y prohibiciones de exportación en otros países, las autoridades han llamado a enfrentar la emergencia como si Costa Rica estuviera sola y han hecho un llamado al autoabasteciemiento, un reto en el que ya avanzan pequeñas empresas, transnacionales y las universidades estatales.
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De Poás al hospital
Una combinación de talentos de la provincia de Alajuela tiene en el horno un modelo de respirador bastante avanzando.
En la materialización del equipo han intervenido dos empresas que se definen “orgullosamente poaseñas”: TLS Precisión – encargada del diseño y maquinado del equipo-, y Enerza Industrial -encargada del proceso eléctrico y electrónico-.
“Ya tenemos el prototipo número 1 totalmente funcional. El trabaja, se mueve, comprime el ambú, lo único que nos queda son las pruebas médicas que garanticen que da el flujo de aire determinado con la presión indicada”, narró Brian Muñoz de la dirección comercial de Enerza.
La firma pasó así de una responsabilidad social en el pueblo a involucrarse en un proyecto con impacto nacional.
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Los modelos de las “U”
Las universidades estatales también atendieron el llamado de surtir las necesidades nacionales en medio de la emergencia.
En los laboratorios de la Universidad de Costa Rica se generó “RespiraUCR”, dos modelos de respirador – uno portable y uno para uso intrahospitalario – que ya superaron las pruebas respectivas.
«Ya estamos próximos a la fabricación de los respiradores. La idea es que ambos dispositivos sean completamente seguros y que les podamos incorporar la mayor cantidad de mejoras posibles», señaló el director de la Escuela de Física de la casa de estudios, Ralph García.
A la tarea también se sumó el Instituto Tecnológico con una propuesta conjunta entre la Escuela de Ingeniería en Materiales y la Maestría en Dispositivos Médicos para un dispositivo similar.
La propuesta se enfoca en la rapidez para producirlo. Además, la institución ha previsto posibles requisitos de los protocolos para que una vez aprobados, no se tarde mucho en adaptar los diseños a las exigencias de las autoridades sanitarias.
“Es mejor tener un prototipo ya probado y en espera de los protocolos para acortar el tiempo en caso de una emergencia” indicó Adrián Quesada, docente de Ingeniería de los Materiales y parte del grupo investigador.
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Los dramas del respirador
Aquellas personas a las que el coronavirus afecta con mayor intensidad y terminan hospitalizadas tienen, como parte de su tratamiento, a los respiradores, que les permiten llevar el oxígenos a los pulmones.
La experiencia internacional que entre un 3% y 5% de quienes enferman del virus requerirán de la conexión a la máquina y aunque el porcentaje parece mínimo también es la existencia de las máquinas, que escasean aún más con la explosión de las curvas en muchos países.
Aún en naciones más desarrolladas como Italia o España los sistemas han colapsado y ha correspondido a los profesionales en salud determinar a quien desahuciar y a quien darle la oportunidad de sobrevivir, una escenario que se trata de evitar en Costa Rica y al que contribuyen muchas organizaciones, incluyendo a Enerza Industrial, TLS Precisión, la UCR y el TEC.
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