Juan Pablo Arias
El ritmo de crecimiento de la economía costarricense se redujo a la mitad en el último año, según las cifras más recientes del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), publicadas por el Banco Central.
De acuerdo con el corte a julio, la variación interanual del indicador fue de un 1,5%, la mitad de la cifra mostrada un año antes (3%) para el sétimo mes.
La menor velocidad responde al deterioro registrado en actividades claves para el país como la agricultura, la construcción y el comercio, que decrecieron respecto al 2018.
El último dato es levemente mejor al de junio en dos decimas de punto porcentual, sin embargo, persiste la desaceleración en términos interanuales.
La ligera mejora obedeció principalmente, al desempeño de la manufactura de los regímenes especiales (que cuentan con incentivos fiscales) , los servicios de educación, salud y los empresariales.
“Esto más que compensó la caída en la actividad agropecuaria, la manufactura fuera de regímenes especiales, el comercio, la construcción y la administración pública”, señaló la Autoridad Monetaria en un informe divulgado la noche del miércoles.
Para el economista Daniel Suchar, si bien las cifra de crecimiento es muy baja, al menos es levemente superior a la del mes previo, lo que evidencia un intento de freno a la desaceleración.
Motivos de la desaceleración
Por su importancia relativa en la economía (90% de participación), las empresas del régimen definitivo son las que explican la desaceleración del indicador general. Según el Banco Central, este grupo presentó un crecimiento interanual de apenas un 0,2%, explicado por:
- La menor producción y exportación de bienes agrícolas, como el banano y la piña, que también repercutió en la demanda de papel, materiales de embalaje y servicios de transporte de carga.
- La disminución en las nuevas edificaciones comerciales y residenciales, que influyó en la menor demanda de materiales de construcción (cemento, vidrio, loza y productos de hierro), servicios de transporte de carga, de ingeniería y de arquitectura.
- Una menor demanda de vehículos, así como una profundización del deterioro en la confianza de los consumidores, lo que explica la contracción de 0,7% en la actividad comercial.
OBSERVE MÁS: Confianza de los consumidores profundiza deterioro, refleja su peor nivel
Específicamente en julio, el sector agrícola se contrajo debido a las condiciones climatológicas que afectaron la producción del banano, la piña, la papa, el frijol y el plátano. La reducción en los precios internacionales de la piña también causó una reducción del área cultivada.
Por su parte, la construcción, al igual que en los meses anteriores, disminuyó un 10,7% en julio, principalmente por la menor obra residencial y comercial, como consecuencia de la incertidumbre generada por la entrada en vigor de la reforma fiscal. Lo anterior según consultas realizadas por el Banco Central a empresarios de la industria.
Además, la lentitud en la ejecución de obra con destino público incidió negativamente en el crecimiento de la actividad constructora.
OBSERVE MÁS: Deterioro en confianza de consumidores inquieta al sector productivo
En el lado positivo estuvo el dinamismo de los regímenes especiales, cuya producción creció a tasas de dos dígitos, gracias al impulso de la producción de implementos médicos, como catéteres, equipos de transfusión e implantes mamarios, además del aumento en los servicios informáticos y empresariales.
