Manuel Sancho
El 3 de noviembre del 2019, ya fue el Personaje de la Semana de El Observador, luego de ser designado de emergencia ministro de Hacienda, por parte del presidente Carlos Alvarado, tras la renuncia de Rocío Aguilar.
Menos de cuatro meses después, Rodrigo Chaves vuelve a ocupar este espacio, ahora por sacudir la mesa política y económica del país, en – para la mayoría de los costarricenses – la preocupación más grave: el manejo de las finanzas, la forma de arrancar la alicaída economía, y de reparar el círculo vicioso del déficit fiscal.
El jerarca movió las aguas desde el podio del Primer Poder de la República el lunes pasado, cuando acudió al llamado de los diputados e intentó convencer a la oposición de que el nuevo plan para reactivar la economía y generar empleo sí impactará significativamente. La administración Alvarado Quesada ya anunció en cuatro veces previas en menos de un año un “plan” o “estrategia” en economía.
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“Hoy les voy a proponer a nombre del Gobierno de la República un plan integral para iniciar un círculo virtuoso de finanzas públicas más sanas, para generar mejor calidad de gasto público, más confianza en los consumidores e inversionistas, mayor crecimiento económico y más empleo”, dijo en el inicio de su mensaje.
Hizo un repaso histórico de lo que nos trajo a la peor crisis fiscal en 40 años, y defendió erogaciones de su gobierno, como el traslado de miles de millones a Japdeva para su rescate, y al Conavi para infraestructura. De hecho, una gran parte de sus primeros 30 minutos de discurso la concentró en justificar la reforma fiscal y la necesidad de desarrollar infraestructura. Antes de soltar la primera bomba: la agencia Moody’s bajó la calificación de Costa Rica en un nivel.
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Sin convencer
Rodrigo Chaves intenta ganar la confianza del mercado, de la oposición política, de entes internacionales, de la ciudadanía… (Presidencia)
Pero su mensaje no caló en el Congreso ni completamente en el sector privado. La Unidad Social Cristiana, Restauración Nacional, Liberación Nacional y Nueva República lanzaron durísimos dardos contra la propuesta y Chaves.
“Hace un planteamiento que genera aún más desconfianza. La única manera de mejorar la situación es haciendo cambios reales, materiales, estructurales y presupuestarios”, disparó Pedro Muñoz.
La Cámara de Industrias ya anunció su oposición a la idea de levantar el secreto bancario (hoy se necesita el aval de un juez), una de las medidas que persigue el Poder Ejecutivo.
Y las propuestas de vender la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) y Bicsa aparecen con poca carpintería para ejecutarlas y poca claridad sobre cuánto ganaría el Estado y cuánto impactaría en el déficit, ya en 7% del Producto Interno Bruto (PIB).
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Promesas, préstamos y más proyectos de ley
Estos son los números prometidos por Hacienda, si los proyectos del plan se cumplen.
Solo el ahorro de intereses de esta propuesta va a ser 2,7 billones en el período 20-24, pero muy importantemente para el año 2020 en lugar de tener un déficit primario de 1,28% le estamos proponiendo a ustedes señoras y señores diputadas y diputados que hagamos el balance primario %0,47 que lo cortemos casi por 60%. El financiero que lo cortemos por 0,80 y 2% del PIB y que la deuda PIB en este año no cruce el umbral de 60%.
Aunque las promesas del Gobierno tienen números, el sustento detrás de esas cifras generó diferencias en Cuesta de Moras
“También el Gobierno de la República propone reducir gasto público; primero, con mejor gestión administrativa y adoptando una nueva ley de empleo público, la cual el Ejecutivo les va a presentar a ustedes para su consideración el 27 de febrero del 2020. Eso nos va a generar ahorros de $630 millones por año”, aseguró, tomándose de una necesidad para el país como un nuevo régimen de empleo público, pero que tendrá efectos mayores en un mediano plazo.
“Queremos continuar lo que se ha empezado de remplazar deuda cara con deuda más barata. Les vamos a traer a ustedes unas propuestas por $1.430 millones en el año 2020, y muy pronto de empréstitos de organismos internacionales”, continuó, cayendo de nuevo en más préstamos, más deuda.
En el fondo, se plantea la necesidad de aprobar proyectos de ley (empleo público, venta de dos entidades, uso de superávits, eurobonos y más créditos) para cumplir en áreas fundamentales, como un sistema tecnológico adecuado para cobrar y pagar impuestos (vergonzosos rezago que Costa Rica arrastra). Parece una imploración a la Asamblea Legislativa.
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Sí a la regla fiscal, pero ¿y lo demás?
Los puntos principales del programa de consolidación fiscal presentado por el Ejecutivo este lunes.
Sin embargo, sus números, sus respuestas serenas, su esfuerzo por ser coloquial (“hay que meterle un güamazo a la deuda”; “me siento muy abrumado por estar aquí, es un honor”) e incluso la notoria incapacidad de muchos diputados por hacer preguntas punzantes, en lugar de comentarios y ataques retóricos, no calman las turbulentas aguas de las finanzas estatales y de la política. Ni tampoco establecen el camino concreto de acciones que sí se ejecutarían desde Zapote.
Los diputados lo cuestionaron por muchos aspectos, desde la posición en regla fiscal hasta el plan B si no se aprueban los planes en el Congreso.
“Si la Asamblea no aprueba empréstitos y eurobonos es pagar caro, porque no hay otra opción, a menos de que usted nos diga, ¿verdad? Es pagar caro, es continuar pagando más caro. No hay otra opción. Porque nosotros estamos proponiendo reducciones en el gasto serio”, respondió Chaves.
“Hacienda se encuentra chapeando con un cortaúñas. (…) sino tendríamos que ver qué apoyan ustedes o qué no y volver a recalcular las metas con respecto al espacio que nos dé la Asamblea Legislativa”, señaló, ante el panorama de que los diputados no voten afirmativamente.
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Sorteó la polémica con la regla fiscal, prometiendo su respaldo a lo que está en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, mientras su jefe el presidente Alvarado se enfrenta a la Contraloría por la interpretación que da Hacienda y hasta el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, intenta apaciguar los ánimos.
Pero se quedó corto en transformaciones “estructurales”, profundas, que la oposición le sigue cobrando.
El capataz de este nuevo intento cursó la semana con más sismos, “dejando ir” a dos viceministros y tres directores en Hacienda. El temblor continúa, mientras las finanzas del Estado costarricense siguen en estado de coma.
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Por segunda ocasión en menos de cuatro meses, Rodrigo Chaves es el Personaje de la Semana de El Observador. (Douglas Campos)
Manuel Sancho
