Desde la Columna
Silvia Solano para El Observador
Las condiciones extraordinarias que estamos experimentando con esta pandemia, en donde la clave principal para mantenernos a salvo y cuidar de los demás es el aislamiento social; nos ha permitido también buscar nuevas e ingeniosas maneras para mantenernos conectados.
Algunos vivimos grandes contrariedades al ver a nuestros seres queridos y cercanos perder sus negocios o salir a trabajar bajo un gran riesgo.
Vemos a nuestro personal de salud en primera fila, entregándose en su totalidad a su vocación, cansados física y emocionalmente pero esperanzados. Marcando la diferencia. Salvando vidas.
¿Qué recomendar, entonces? Me persuadí al fin por relatos con notas más emocionantes. No está demás compartirles despertares más positivos. Divisar futuros prometedores, interesantes, científicamente brillantes y humanamente acogedores.
¿Y quién mejor que Julio Verne para esta importante tarea? Es imposible cansarse de leer y releer sus libros. Hay que maravillarse cada vez de su ingenio, su sencillez y su hermosa visión del mundo, del universo y lo desconocido. Y sobre todo del potencial infinito que como seres pensantes tenemos.
Sus visionarias novelas son el mejor alimento que existe para la imaginación. Aún y cuando lo leamos en pleno siglo XXI y no en el XIX, donde sin duda su impacto fue monumental.
Este escritor francés, visionario hasta la médula. Devorador de artículos científicos, inventor y ávido soñador, fue un genio para su época. Todas sus novelas son increíbles. Hoy les recomiendo estas dos:
- La vuelta al mundo en 80 días (1873)
“Hay que reconocer que has encontrado un chistoso modo de decir que la tierra se ha empequeñecido. De modo que ahora se da la vuelta al mundo en 3 meses…” Es una de las frases que encontramos en la ingeniosa novela.
Es una exquisita historia sobre las aventuras de Phileas Fogg y su gran compañero y protector Passepartout. Un emocionante y cronometrado viaje alrededor del mundo. Entre exóticos paisajes y grandes peligros los dos compañeros aprenden y se maravillan de las insuperables particularidades de las diferentes regiones que este hermoso planeta tiene. “Phileas Fogg no ha ganado con dar la vuelta al mundo sino la felicidad” comenta otra frase del libro, y de eso no nos queda duda.
- De la Tierra a la Luna (1865)
Esta es la historia de un ingenioso soñador, ferviente admirador de la ciencia, que logra convencer a los miembros del Gun-Club que son fabricadores de armas, que al término de la Guerra de Secesión, en vez de construir un cañón para destruir la Luna, sustituyan la bala del cañón por un proyectil cilíndrico con las condiciones para que puedan viajar algunos hombres, y llegar a la Luna.
“Un hombre enérgico tendrá éxito donde un indolente vegetaría e inevitablemente perecería”, sabia frase que nos comparte Verne en este emocionante relato. Se desarrollan así las aventuras, descubrimientos y desventuras de los protagonistas.
Volviéndola adictiva, emocionante, y muy reveladora. Me encanta una de las frases que se mencionan en el relato, que dice: “Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y el alma se mantengan unidos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad deba desesperar de la vida.”
Silvia Solano, es amante de la literatura, los viajes y las buenas historias. Blog: https://silabril.wordpress.com
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