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Standard & Poor’s rebaja calificación crediticia de Costa Rica a “B”, por persistente deterioro fiscal

La firma calificadora de riesgo Standard & Poor’s rebajó este martes la calificación crediticia de Costa Rica en un escalón,…

Por Christine Jenkins Tanzi

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Standard & Poor’s rebaja calificación crediticia de Costa Rica a “B”, por persistente deterioro fiscal
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La firma calificadora de riesgo Standard & Poor’s rebajó este martes la calificación crediticia de Costa Rica en un escalón, hasta B, debido al deterioro fiscal persistente y las “señales mixtas” que ha enviado el presidente Carlos Alvarado con sus políticas económicas.

La nota previa era de B+. Con la rebaja, la calificación de Costa Rica queda cinco escalones por debajo del nivel considerado grado de inversión por las tres grandes calificadoras. Moody’s Investors Service recortó al país en febrero mientras que Fitch anunció su rebaja durante mayo. Además, las tres mantienen una perspectiva, o outlook, negativa sobre la deuda.

“Ante el impacto de con la pandemia mundial de COVID-19, esperamos una contracción más profunda en el PIB de Costa Rica y un deterioro más persistente del perfil fiscal del gobierno en 2020 y 2021”, según explicaron los analistas Lisa Schineller y Joydeep Mukherji.

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“Las señales mixtas sobre el compromiso de la administración Alvarado para implementar un ajuste fiscal estructural, con un segundo cambio de Ministro de Hacienda en seis meses, han aumentado la incertidumbre política y podrían presionar la liquidez debido a las mayores necesidades de financiamiento de los mercados locales y externos”, agregaron.

Los analistas de S&P explicaron que asignaron una perspectiva negativa sobre la deuda para reflejar la posibilidad de una rebaja en caso de que el liderazgo político de Costa Rica no demuestre un compromiso más concertado, consistente y oportuno con las acciones fiscales.

“El outlook es negativo, lo que indica el riesgo de una rebaja en los próximos 12 meses si los traspiés en las políticas de la administración de Alvarado y de la Asamblea Legislativa pesan aún más en el perfil financiero del país”, consideraron.

Remplazo en Hacienda

En particular, señalaron la salida del exministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, después de pedir el veto de la ley que le permitió a las municipalidades salirse de la regla fiscal, que por primera vez introducía un tope al gasto corriente.

S&P destaca estos eventos, así como la firma de Alvarado de la ley, como acciones que pesa sobre la calificación al considerarse un mal augurio, más allá del impacto presupuestario directo que tienen.

“En nuestra opinión, estos eventos refuerzan las preguntas sobre el compromiso de la administración con la consolidación fiscal después de la pandemia. Ahora esperamos que el déficit del Gobierno alcance al 9% del PIB en 2020 y se mantenga cerca de ese nivel en 2021”, comentaron.

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Por su parte, el nuevo ministro de Hacienda, Elian Villegas, ha destacado la necesidad de reducir la alta carga de intereses de Costa Rica, que ha aumentado en los últimos años debido a la mayor deuda y los costos de los préstamos locales. La base de ingresos tributarios también caería en Costa Rica en medio de la pandemia de COVID-19, lo cual exacerba la presión presupuestaria de la factura de intereses, según S&P.

“Una combinación de necesidades grandes de financiamiento y malas decisiones de gestión de deuda potenciales (como depender del financiamiento del Banco Central u otro financiamiento no convencional) también podría conducir a una rebaja de la calificación”, agregaron.

Contracción del 3,6%

S&P estima una contracción del 3,6% en el PIB real este año ante un fuerte golpe a la demanda interna en medio de medidas para combatir el COVID-19 así como la caída en el turismo y las exportaciones de bienes debido a la contracción económica en Estados Unidos y otros socios comerciales. El país tendría una recuperación moderada en 2021 con un crecimiento del 3,3%.

También consideran que al acercarse las elecciones nacionales en febrero de 2022, el Gobierno podría evitar llevar adelante una corrección fiscal durante el próximo año.

S&P ahora espera que la deuda neta del Gobierno Central aumente por encima del 70% del PIB en 2022.

Según al calificadora, la Asamblea Legislativa ha atrasado la aprobación para la venta de Eurobonos o para acceder a deuda externa, creando un obstáculo que reduce la flexibilidad financiera del Gobierno y lo obliga a depender del mercado interno.

Infraestructura deficiente

Los altos déficits fiscales del país limitarán la capacidad del Gobierno para realizar inversiones, especialmente de carreteras e infraestructura, limitando además el crecimiento del país durante los próximos años. Aún antes del pandemia, el crecimiento del país llevaba varios años deteriorándose.

Sin embargo, destacan al posibilidad de revisar la perspectiva de negativa a positiva si el país reduce el déficit fiscal hasta un punto que le permita estabilizar la deuda, rebaje los intereses, o emprenda una gestión de deuda más flexible para reducir su exposición a posibles movimientos adversos en las tasas de interés y el tipo de cambio.

“Estos pasos, junto con un repunte en el crecimiento económico después de la pandemia, podrían aumentar la confianza de los inversionistas, mantener la inversión extranjera directa (IED) y reducir la vulnerabilidad externa del país”, escribieron.

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