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Tomará 247 años igualar condiciones entre hombres y mujeres, advierte ONU

Alcanzar un escenario donde hombres y mujeres disfruten de las mismas condiciones y oportunidades es una tarea tan compleja que…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 2 minutos
Tomará 247 años igualar condiciones entre hombres y mujeres, advierte ONU
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Alcanzar un escenario donde hombres y mujeres disfruten de las mismas condiciones y oportunidades es una tarea tan compleja que tomaría al casi dos siglos y medio de mantenerse las condiciones actuales.

Incluso paliar las desigualdades en general requerirá de 100 años según el Informe Mundial presentado este martes por el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Bajo el título de “Contra mi voluntad: desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y niñas e impiden la igualdad”, la medición de este año tuvo un importante abordaje de género que alertó sobre “prácticas nocivas” a nivel cultural, las cuales profundizan y sistematizan las problemáticas.

“En muchos casos estas prácticas nocivas son realizadas por padres, madres o miembros de las comunidades como una manera de alcanzar la aceptación social. En estos contextos, las prácticas se extienden”, manifestó la institución.

“Algunas familias no conocen en profundidad los riesgos físicos y psicológicos que conllevan y que constituyen violaciones de los derechos humanos de mujeres, jóvenes, adolescentes y niñas. Más allá de tradiciones, culturas y religiones, las raíces de dichas prácticas están en las inequidades de género y la discriminación contra mujeres y niñas”, agregó.

Prácticas sociales, dificultades económicas, leyes machistas y hasta el golpe de la COVID-19 forman parte del diagnóstico, que se sintetiza así:

¿Algo puede cambiar?

Tras advertir sobre las dificultades tanto tradicionales como coyunturales, el UNFPA destaca fija un plazo de 10 años para atacar la problemática.

Aunque se han tenido avances, se espera que para el 2030 las prácticas bajo cuestionamiento estén totalmente erradicadas.

La institución explica que aunque cada país pasa por sus propios procesos y particularidades las leyes especiales deben servir como catalizador ya sea para prohibirlas, prevenir que se lleven a cabo de manera clandestina y garantizando el acceso a los niveles más elementales de educación y salud.

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La Directora Ejecutiva del Fondo, Natalia Kanem, destacó, eso sí, que la generación de conciencia dentro de las familias es un paso esencial para profundizar las reformas necesarias.

“Para transformar la mentalidad y las normas sociales, el primer paso es informar a los progenitores acerca de las consecuencias que acarrea para sus hijas estas prácticas nocivas y sobre las ventajas para las familias y las comunidades que se derivan de que las niñas estén sanas, se fomente su autonomía y se respeten sus derechos”, planteó.

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