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“Tras intento de violación hace 15 años en Guanacaste ahora duermo con mi machete y mi cuchillo”

Estefanía Pihen, hoy de 37 años, contó en su cuenta en Facebook que hace 15 años estuvo a muy poco…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 4 minutos
“Tras intento de violación hace 15 años en Guanacaste ahora duermo con mi machete y mi cuchillo”
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Estefanía Pihen, hoy de 37 años, contó en su cuenta en Facebook que hace 15 años estuvo a muy poco de ser violada por dos hombres en un apartamento en playa Grande, Guanacaste.

Y desde entonces su vida cambió drásticamente al punto de reconocer que ahora duerme con un machete y un cuchillo al lado de su cama, pero además sabe cómo defenderse ante una eventual agresión y hasta logró entrenar a sus perros para que la protejan ante una escena como la que vivió en el 2005.

El Observador conversó la tarde de este martes con Estefanía desde California, Estados Unidos, donde cursa un doctorado.

Desde allá aseguró que haber contado su historia -que se viralizó en cuestión de horas al haber sido compartida más de 8.400 veces y tener cerca de 1.300 comentarios- tiene el objetivo de empoderar a las mujeres y decirles que pueden vivir sin miedo porque no están solas, expresó vía telefónica.

Este es parte del relato que contó en su perfil hace tres días, luego de que se enteró del crimen de una mujer en un hotel en Manuel Antonio días atrás. Pero también por la desaparición de Allison Bonilla, la joven vecina de Cartago cuyo paradero es un misterio desde el pasado 4 de marzo.

“Ni una menos. Las queremos vivas… Cuando tenía 22 y vivía en playa Grande, dos hombres pusieron éter en el AC (aire acondicionado) del aparta donde vivía sobre un pequeño restaurante que alquilaba. Mientras esperaban a que yo me durmiera, tomaron cervezas y otros licores y cuando estuvieron listos ingresaron al segundo piso, donde yo dormía.

“Es muy difícil explicar con palabras lo que una siente cuando te das cuenta de que no estás soñando, realmente tu peor pesadilla está pasando. Me recuerdo cuánto me costó abrir los ojos pero pensar ‘hay hombres afuera del cuarto y están tratando de entrar’… mi perrita rescatada Felisa estaba en mi pecho, gruñiendo y cuando lograron entrar con un paño amarillo en la mano de uno de ellos (mojado con éter) ella saltó hacia ellos dándome suficientes segundos para yo soltar al balcón. Mientras miraba la piscina que estaba debajo el balcón, los escuchaba gritar porque Felisa, una zaguata de 7 meses, los mordía.

“Mi ángel protector. Y justo en el momento en el que iba a saltar al agua bajo mi lógica de que en el agua podía pelear mejor que en la tierra los vi salir por la ventana del baño. Me llené de valor y les grité, les grité muy duro pero en realidad me moría del miedo, un miedo tan profundo que no puedo explicar, pero que me ha hecho dormir cada noche después de esa con al menos dos objetos que pueda usar para defenderme”.

Después de esa experiencia, ella contó que los sujetos fueron detenidos luego de que se comprobara de que habían robado en varias casas y un hotel, pero al poco tiempo salieron libres.

Meses después ella vio en la playa a uno de ellos y la sensación fue de impotencia, miedo, paralización. “Me oriné del miedo”, relató.

Esta experiencia la marcó, sin duda alguna, pero ella asegura que no le ha robado la tranquilidad hasta el momento porque se empoderó.

“Más que un trauma y un miedo hay que aprender a ser inteligente. Yo cuando viajo siempre me tomo la molestia de tomarle foto a la placa al taxi antes de montarme y se la mando a mi familia, y lo hago a propósito para que el conductor vea. Me pasó en Turquía y el conductor se molestó. Cuando viajo y me quedo en hoteles me aseguro de saber cuáles son las formas y vías en las que puedo escapar si alguien entra por la puerta principal”, aseguró.

Estefanía describió algunas de las enseñanzas que su papá le dio desde aquel episodio en playa Grande, porque él sabía que entre más y mejor preparada estuviera ella, más segura se sentiría, entre ellas el buen manejo del machete así como de los cuchillos.

Esta investigadora de profesión desea que ninguna mujer pase por este episodio, por lo que confía en que haber contado su experiencia sirva para visibilizar un problema que muchas mujeres callan.

De hecho, ella comentó que en pocas horas recibió decenas de comentarios, entre ellas de mujeres que han sido víctimas de abuso social. Por eso abrió un perfil en Facebook llamado Sin miedo, porque quiere ayudar a esta población que no solo ha sido atacada, sino también aquellas mujeres que desean vivir tranquilas y no intranquilas solo por el hecho de ser eso… mujeres.

En este perfil se ofrecerán opciones de ayuda en diferentes áreas:

1. Servicios de defensa personal para mujeres, jóvenes y niñas.
2. Servicios de artes marciales para mujeres, jóvenes y niñas.
3. Servicios de educación en temas de violencia de género, los cuales pueden ser impartidos en centro educativos públicos y privados o a grupos de familias interesadas.
4. Servicios de educación sobre cómo prepararnos al viajar y/o vivir solas.
5. Historias de supervivencia e historias de cómo las mujeres se preparan para un eventual ataque en casa o fuera de esta.
6. Servicios de apoyo emocional, psicológico y relacionados.
7. Páginas, sitios web y cualquier otro tipo de herramienta que funcione para dar un tipo de ayuda a las mujeres en lo que respecta a violencia de género.
Por eso Estefanía cerró su mensaje en Facebook con esta reflexión:

“En un mundo justo no tendríamos que tener que hacer esto. En un mundo lógico las mujeres tendríamos que poder viajar o vivir solas y dormir tranquilas. En un mundo humano la gente no cuestionaría a las miles de mujeres que han sido asesinadas con la asquerosa interrogante de si fue culpa de ellas porque ‘incitaron o invitaron al hombre’.

“Somos miles las que hemos sobrevivido ataques. Y mientras trabajamos juntas para empoderar a nuestras chicas y a educar a nuestros chicos y a implementar leyes que nos protejan, mientras todo eso se pone en acción, les RUEGO que sepan cómo estar preparadas. Porque si sucede. Yo tuve una suerte infinita. Miles de mujeres no. Sepan que hacer, cómo escapar, cómo defenderse.