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70 especies de abejones buscando “amor” invaden casas ticas estos días

Las primeras lluvias del año son la bandera de salida para insectos como los “abejones de mayo”, que desentierran sus…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 3 minutos
70 especies de abejones  buscando “amor” invaden casas ticas estos días
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Las primeras lluvias del año son la bandera de salida para insectos como los “abejones de mayo”, que desentierran sus cuerpos y ponen a trabajar sus alas por estos días.

Este tipo de insectos suelen generalizarse bajo ese nombre, pero lo cierto es que en Costa Rica viven unas 70 especies, con diferencias poco distinguibles a simple vista.

Y aunque son considerados una molestia por muchas personas, lo cierto es que son inofensivos, pegan con las paredes porque luego de estar enterrados mucho tiempo, salen buscando cómo reproducirse y las luces artificiales los desorientan. En todo caso, cuando ya son adultos, que es cuando entran a nuestras casas, y aún cuando encuentren pareja para continuar su especie, solo viven tres semanas.

Estos abejones de antenas con gran sensibilidad a los aromas, pertenecen a la familia de escarabajos, de los que se presume que se han descubierto más de 350 mil especies.

El entomólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), Paul Hanson, hizo un llamado para protegerlos. “Los abejones representan una opción alimenticia para animales como las aves y además son insectos que no generan ningún daño al ser humano”, enfatizó el especialista.

Para Hanson, la gente sobre reacciona con la llegada de este insecto, una acción que puede ser provocada por la desinformación y los mitos que existen alrededor de los abejones y escarabajos.

Además, resaltó que estos insectos son identificados como una plaga en algunos cultivos como la caña o los frijoles, ya que pueden generar daños en su etapa de larva. Pero como adultos, los abejones son insectos inofensivos.

“No es necesario matarlos, no son dañinos ni van a picarnos; si nos molestan lo mejor es sacarlos de la casa. No son como otros insectos, como los mosquitos, que sí pueden transmitir enfermedades como el dengue o el zika”, dijo el entomólogo.

Desorientados buscando “amor”

La aparición de estos insectos, de tamaños y colores diversos, está directamente relacionada con su ciclo de vida y su paso a la etapa adulta, de acuerdo con Hanson.

Si se ha preguntado por qué aparecen entre el cuarto y quinto mes del año y a dónde se ocultan el resto del tiempo, la respuesta está en su reproducción.

Pero iniciemos por sus fases: primero vienen los huevos depositados por las hembras, después su transformación en larvas (que dura casi un año), luego su paso a pupas y por último, después de cambiar un par de veces su piel, se convierten en adultos.

Durante todo su crecimiento, estos insectos viven bajo la tierra, por lo que no es común observarlos.

Los abejones adultos, que usualmente nos encontramos desorientados en nuestras casas, tienen la función principal de reproducirse. Para esto, las hembras producen una feromona de atracción sexual que seduce a los machos aunque estos se encuentren a gran distancia.

Una vez fecundada, la hembra se entierra bajo la tierra, donde depositará sus huevos, que en poco tiempo se mudarán a su etapa de larva o “joboto”.

Las larvas se encargan de alimentarse de raíces y otra materia orgánica, para guardar la energía necesaria para su transformación en pupa y posteriormente, en abejón adulto.

Así, una vez superadas sus tres fases iniciales, su adultez es efímera: son dos o tres las semanas de vida que experimentan en su última etapa.

Los abejones adultos salen de la tierra para su reproducción (Vanessa Angulo para El Observador).

Además, el insecto que ya sobrevuela su hábitat, se alimenta -poco- de follaje. En esta etapa, el tamaño de un abejón puede oscilar entre los ocho milímetros hasta los 40 milímetros, según sea la especie.

Entre sus características también puede encontrarse una alta gama de colores, los más comunes son los café opacos, que son los que se observan de manera común en la ciudad.

Amenazas

Como técnica de defensa, estos insectos raramente vuelan durante el día, ya que prefieren esconderse para evitar a sus depredadores.

Por esto, al estar acostumbrados a la oscuridad, las luces artificiales suelen ser la causa de su aparente “torpeza”, que no es más que desorientación al encontrarse ante un hábitat que no es el suyo.  

Y si usted tiene la percepción de que la visita de estos insectos ya no es tan común en las zonas urbanas, podría estar en lo cierto.  

No obstante, aún no se cuentan con datos que evidencien si las poblaciones de este insecto han disminuido o si se han visto afectados por amenazas como el uso indiscriminado de plaguicidas, la pérdida de hábitat y, por supuesto, los embates del cambio climático.

Fotografías: Vanessa Angulo Asch.

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