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Y2K: el “error del milenio” que preocupó a Costa Rica y el mundo hace 20 años

Hoy hace 20 años, el 31 de diciembre de 1999, Costa Rica y el mundo se preparaban para una fecha…

Por Marco Marín

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Y2K: el “error del milenio” que preocupó a Costa Rica y el mundo hace 20 años
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Hoy hace 20 años, el 31 de diciembre de 1999, Costa Rica y el mundo se preparaban para una fecha histórica: la llegada del nuevo milenio. No obstante, a diferencia de otros 1° de enero, la humanidad recibía este cambio de año con una mezcla de felicidad e incertidumbre.

El causante de la preocupación fue un pequeño error detectado en el software de las computadoras de ese entonces y que algunos bautizaron como “el error del milenio”, mientras que en otras latitudes lo acortaron y llamaron “Y2K”.

Sin embargo, como recuerda Miguel Ángel Rodríguez, quien fuera Presidente de Costa Rica entre 1998 y el 2002, el país logró sortear el obstáculo tecnológico, aunque el verdadero impacto fue más que todo económico y en los años posteriores.

El expresidente de Costa Rica (1998-2002), Miguel Ángel Rodríguez, narró que el verdadero impacto del error no fue en lo tecnológico, sino más bien en lo financiero. (Facebook Miguel Ángel Rodríguez)

Por su parte, el doctor en Ingeniería de Software de la Universidad de Oxford, Roberto Sasso, recordó que la situación obligó a diversos técnicos en el país a recurrir a su ingenio para arreglar el problema. En algunos casos hasta “patearon la bola”, aseguró.

“Las soluciones, no todas fueron óptimas, por así decirlo. No todo el mundo arregló el problema (…), sino que patearon la bola y este fin de año tienen otro problema”, agregó durante una conversación con El Observador.

Claro está, el experto aseguró que tras más de dos décadas, la solución es mucho más simple hoy en día. Incluso, las instituciones o empresas que no lo arreglen pueden rastrear los errores que se generen, detalló.

Dos dígitos problemáticos

El problema se hizo patente cuando en 1997 ingenieros ingleses notaron que la tendencia de muchos programadores, de las décadas previas (1980 y 1990) usaban fechas de dos dígitos y esto podía afectar la contabilidad interna de las omputadoras.

En corto, muchos sistemas no iban a interpretar el cambio de año como la llegada del 2000, sino como el 1900.

Esa diferencia, de 99 años, habría generado desajustes en diversos sistemas “contables, de facturación, de impuestos y de los bancos”, explicó Sasso.

Tanto él como Rodríguez, destacaron que el trabajo que se llevó a cabo y el cual, en el caso de Costa Rica, inició desde dos años antes, fue fundamental para que el país no sufriera los impactos directos del problema.

Efecto secundario

Para el exmandatario Rodríguez, hubo un riesgo que nadie anticipó: el principal inconveniente para el país estaba en las ventas de uno de sus productos estrella del momento, los microcomponentes.

“El verdadero impacto, fue económico. En esos tiempos, muchas empresas,alrededor del mundo, compraron equipos de cómputo nuevos, para un caso de emergencia, en el cual las soluciones aplicadas a sus equipos no fueran suficientes.

“Al todo salir bien, durante los próximos años bajó la demanda de nuevos modelos y por ende el desarrollo de nuevos microchips, lo cual tuvo una incidencia en los números de Intel”, recordó Rodríguez.

El expresidente agregó que a esta situación se unió la crisis bursátil del 2002, conocida como “la burbuja del puntocom”.

Este fue un período de crecimiento acelerado en las empresas vinculadas a Internet, el cual se nutrió de una alta especulación y mucho capital de riesgo.

Según Sasso, entre 1997 y el 2001, “se juntó el hambre con las ganas de comer. Hubo muchísimos recursos destinados a evitar el problema. Al mismo tiempo que Internet estaba en auge. Es más, en el 2000 Amazon había acumulado pérdidas por millones.

“Había miles de personas enfocadas en resolver el problema (del Milenio), pero al pasar eso quedaron muchos recursos disponibles que se invirtieron. Entonces la burbuja fue eso, que las cosas no iban a suceder tan rápido”, agregó.

Esta pizarra electrónica en la Escuela Central de Nantes, en Francia, evidenció el fallo conocido como Y2K. (Wikicommons)

La clave del éxito

Ambos entrevistados coincidieron en que la campaña de información que se llevó a cabo, fue fundamental para que la situación no fuera tomada a la ligera, aunque mucho gente pudo creer que se trató de un chiste.

“La campaña que se hizo pudo ser un poco exagerada, pero era importante que la gente se preocupara. Los aviones no se iban a caer pero todos los sistemas iban a fallar”, explicó.

Las acciones parecen corroborar lo expresado por Sasso, además de que el país no tuvo una afectación importante, la población también se lo tomó con tranquilidad.

“Es difícil para una persona, que no conoce sobre softwares, entender cuál era el riesgo. Arreglarlo fue un montón de trabajo, principalmente en los sistemas más viejos. Había instituciones con equipos de hasta 30 años, lo que lo hacía más complicado”, detalló.

Incluso, recordó que en el Ministerio de Hacienda “tuvieron que comprar una nueva”. Por otro lado, algunas soluciones fueron más pragmáticas.

El experto explicó que, y a pesar de que suena fácil, el trabajo era pasar las fechas de un formato de seis dígitos a uno de ocho.

La mayoría lo hicieron sin embargo, “en algunos casos” lo que hicieron fue agregar una fórmula que les permitía extender la diferencia a 10, 20 o hasta 50 años. “Ahora, este fin de año tienen otro problema”, narró de forma jocosa.

A veces nos cuesta creer y mucha gente tildó el asunto de una farsa. No obstante y como le recordó John Koskinen a la revista estadounidense Time. “Las industrias y las compañías no gastan $100 millones (de millones) en un problema que no creen que es serio”.

Koskinen sabe algo al respecto ya que él fue nombrado por el entonces presidente estadounidense, Bill Clinton”, como el encargado de solucionar el problema en su país.